"Me vendieron por 200.000 pesetas"

Antonio Barroso descubri¨® hace tres a?os, con 38 ya cumplidos, que su vida era una mentira. "Me llam¨® un amigo y me dijo que nuestros padres, que eran amigos tambi¨¦n, nos hab¨ªan comprado en Zaragoza. A ¨¦l se lo hab¨ªa dicho su padre".

A escondidas, sin que su madre se enterase, Antonio cogi¨® un bastoncillo y le tom¨® una muestra para hacerse una prueba de ADN. Sali¨® negativa. "Todas las veces que me hab¨ªa contado cosas del embarazo y del parto era una invenci¨®n. Tengo todo falsificado. No s¨¦ qui¨¦n soy. No s¨¦ c¨®mo me llamo". Inmediatamente despu¨¦s de ver aquellos resultados, quiso encontrar a su familia. "No es lo mismo saber que te adoptaron a que te robaron a una madre. En mi caso me vendi¨® una monja por 200.000 pesetas. Cada a?o ¨ªbamos a verla a Zaragoza, se llamaba Montserrat".

Su madre adoptiva sabe ahora que est¨¢ buscando a su verdadera madre. "A¨²n no he podido hacerle todas las preguntas que me gustar¨ªa. Tenemos una conversaci¨®n pendiente. Ella compr¨® un ni?o, pero no sab¨ªa que lo hab¨ªan robado. Mis padres tambi¨¦n son v¨ªctimas. El m¨¦dico dec¨ªa que era hijo de un analfabeto y una prostituta, o que los padres hab¨ªan muerto. No sab¨ªan que estaban cometiendo un delito".

No tiene rencor hacia los padres con los que se ha criado, pero "las 24 horas del d¨ªa, desde que me enter¨¦ de esto, siento la necesidad de encontrar a mi madre, contarle lo que pas¨®, darle un abrazo", cuenta por tel¨¦fono.

Antonio dirige una asociaci¨®n, Anadir, que llevar¨¢ cerca de 400 casos de robos de ni?os a la Fiscal¨ªa General del Estado el pr¨®ximo d¨ªa 27. "Me ha ayudado contactar con otras personas en mi misma situaci¨®n. Nos apoyamos mucho. Esto es muy duro. Es como si hubi¨¦semos estado secuestrados. Nos han robado nuestra identidad. La justicia tiene que hacernos caso".