Francia reabre el debate de la eutanasia m¨¢s all¨¢ de ideolog¨ªas
Una posible "muerte r¨¢pida" divide tanto a la izquierda como a la derecha
En Francia es un debate recurrente. Desde el a?o 2000, cada a?o, un parlamentario, un senador o un grupo de ellos trata de que el Parlamento franc¨¦s apruebe una ley encaminada a regular el derecho a morir dignamente. La pen¨²ltima intentona de instaurar la eutanasia en Francia naufrag¨® en 2009 en la Asamblea Nacional. La ¨²ltima, se fragu¨® hace una semana en la comisi¨®n de Asuntos Sociales del Senado. Los senadores examinaron anoche una proposici¨®n, presentada por tres senadores, uno socialista, otro comunista y otro perteneciente a la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), el partido de centro derecha de Sarkozy, en la que el art¨ªculo primero dec¨ªa as¨ª: "Toda persona, en fase avanzada o terminal de una enfermedad grave e incurable que le cause un sufrimiento f¨ªsico o ps¨ªquico que le sea insoportable puede pedir asistencia m¨¦dica a fin de procurarse una muerte r¨¢pida y sin dolor". La proposici¨®n ten¨ªa muy pocas posibilidades de salir adelante. Horas antes, incluso, una senadora de la UMP y otro del RDSE (partido heterog¨¦neo, compuesto en su mayor¨ªa por senadores de izquierda), introdujeron una enmienda encaminada a vaciar de significado este primer art¨ªculo determinante. La senadora Marie-Th¨¦r¨¨se Hermange, de la UMP, partidaria de esta enmienda, lo explic¨® as¨ª: "La proposici¨®n se ha redactado con precipitaci¨®n". "?C¨®mo definir lo de sufrimiento ps¨ªquico?", se pregunt¨®.
Tres senadores de partidos distintos presentan la moci¨®n
El 94% de la poblaci¨®n es partidaria, seg¨²n una encuesta
Por lo general, los diputados y senadores de la derecha est¨¢n en contra; y la izquierda, a favor. Pero solo en general. En Francia, la discusi¨®n sobre la eutanasia traspasa las fronteras pol¨ªticas. De hecho, hay voces dentro del partido de Sarkozy, y de sus aliados centristas, que son favorables a que se modifique la ley a fin de que los enfermos terminales puedan morir dignamente. En un asunto de conciencia como este, la UMP dio ayer a sus senadores (mayoritarios en el senado) libertad de voto. Ahora bien: el primer ministro franc¨¦s, Fran?ois Fillon, mediante una tribuna publicada en el peri¨®dico Le Monde de ayer, se cuid¨® de dejar claro (a sus senadores incluidos, por supuesto) cu¨¢l es su postura respecto a la proposici¨®n: "La cuesti¨®n consiste en saber si la sociedad est¨¢ en condiciones de legislar la muerte. Creo que ese l¨ªmite no debe sobrepasarse. Por otra parte, s¨¦ que en este debate, ninguna convicci¨®n carece de sentido", sostiene Fillon. Y a?ade: "Nuestra estrategia es clara: desarrollar los cuidados paliativos y evitar un encarnizamiento terap¨¦utico". El primer ministro agrega que el texto aprobado la semana pasada le parece precipitado, improvisado, que no ofrece garant¨ªas, y especifica: "Sobre estas cuestiones tan profundas, con resonancias ¨¦ticas tan profundas, no nos deben guiar ni los sondeos ni el humor del instante".
A la izquierda, la socialista S¨¦gol¨¨ne Royal, ex candidata presidencial, mantiene su distancia con el texto: "Se tiene que llegar al final de la vida con dignidad pero tengo grandes reservas sobre la legislaci¨®n acerca de la eutanasia". El senador socialista y ex ministro de Justicia, Robert Badinter, coincide con Royal. Por el contrario, la primera secretaria, Martine Aubry, del Partido Socialista franc¨¦s y el ex primer secretario, Fran?ois Hollande, manifestaron que, de ser senadores, habr¨ªan votado a favor.
Los ciudadanos parecen tenerlo m¨¢s claro: una encuesta llevada a cabo en octubre, citada ayer por el peri¨®dico Lib¨¦ration, aseguraba que el 94% de la poblaci¨®n es partidaria de regular la eutanasia.
Actualmente, el cuidado de enfermos terminales en Francia se regula por la denominada Ley Leonetti, aprobada en 2005, que proh¨ªbe el "encarnizamiento terap¨¦utico", autoriza que se detenga el tratamiento cuando lo pida el paciente y que se le sede para paliar el dolor aunque esto acarree riesgos para el enfermo.
El Observatorio del Fin de la Vida, un organismo creado en 2010, analiza desde entonces las condiciones en las que mueren los franceses a fin de elaborar un informe que estar¨¢ listo en 2012. "En un a?o, habr¨¢ un debate verdadero que se podr¨¢ sostener en datos cient¨ªficos y no en ideolog¨ªas", aseguraba ayer en Le Monde R¨¦gis Aubry, presidente de este observatorio. "De informe en informe, a las personas se las deja sin soluci¨®n", replica el senador socialista Jean-Pierre Godefroy, uno de los impulsores de la regulaci¨®n de la eutanasia.
Antecedentes
- Holanda. Ha sido el primer pa¨ªs del mundo en regular la pr¨¢ctica de la eutanasia. Lo hizo en 2001, y actualmente estudia su ampliaci¨®n a enfermos inconscientes o, incluso, a otros que, sin tener una dolencia cr¨®nica y sin salvaci¨®n, aleguen que est¨¢n cansados de vivir.
- B¨¦lgica. En este pa¨ªs no se lleg¨® a aprobar la posibilidad de la eutanasia para menores de edad. Seg¨²n una ley de 2002, puede solicitar la muerte asistida, mediante petici¨®n consciente, un adulto enfermo terminal o que padezca una dolencia que genere sufrimiento y dolor insuperables. Un m¨¦dico ha de dar su consentimiento.
- Luxemburgo. Es el tercer pa¨ªs del Benelux, y el ¨²ltimo en adoptar una ley que regula la eutanasia. Lo hizo en 2008 en medio de un conflicto constitucional, porque el gran duque Enrique se neg¨® a firmar la ley alegando problemas de conciencia.
- EE UU. Aunque la eutanasia es ilegal en todo el pa¨ªs, en tres Estados (Oreg¨®n, Washington y Montana) se permite el suicidio m¨¦dicamente asistido. Es decir, el m¨¦dico no puede inyectar un c¨®ctel mortal al paciente que lo desee, pero s¨ª puede facilit¨¢rselo y que sea ¨¦l quien se lo administre. El m¨¦dico Jack Kevorkian llev¨® esta teor¨ªa al l¨ªmite, al fabricar un dispositivo que simplificaba al m¨¢ximo esta posibilidad: bastaba con que el enfermo pulsara un bot¨®n para recibir la combinaci¨®n letal.
- Suiza. El caso de Suiza es peculiar: la eutanasia no est¨¢ permitida, pero un vac¨ªo legal autoriza el suicidio asistido. Como en el caso de EE UU, el paciente no puede estar inconsciente, ya que debe ser el que, al final, se tome las pastillas que los facultativos le han preparado.
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