Obama al contraataque
La reducci¨®n del d¨¦ficit centra un mensaje de la Uni¨®n destinado a recuperar votantes
Barack Obama ha pronunciado su tercer discurso sobre el estado de la Uni¨®n consciente de que la carrera para obtener un segundo mandato ha entrado en un periodo decisivo. Tras la derrota de los dem¨®cratas en las elecciones de noviembre, ning¨²n error le est¨¢ permitido y ning¨²n flanco pol¨ªtico dejar¨¢ de pasarle factura. Pero tampoco una actitud meramente defensiva ser¨ªa suficiente para revalidar la mayor¨ªa de quien lleg¨® a la Casa Blanca con un discurso reformista cuyo balance, hasta el momento, ha producido decepci¨®n en sus filas y la movilizaci¨®n de sus adversarios.
El margen pol¨ªtico del que dispon¨ªa Obama para mantenerse fiel a su programa original e introducir las correcciones necesarias era reducido. En su intervenci¨®n ha sabido, sin embargo, encontrar una l¨ªnea argumental para pasar al contraataque. Las reformas, viene a decir el presidente, son la respuesta que Estados Unidos necesita para mantener su posici¨®n frente a las potencias emergentes, en particular China. Obama se compromete a mantener la inversi¨®n en sectores como la formaci¨®n, la educaci¨®n y la sanidad, pero se anticipa a las cr¨ªticas por la cifra de d¨¦ficit anunciando recortes en el gasto p¨²blico, incluido el militar, y congelando hasta cinco a?os la inversi¨®n en programas no prioritarios. Este equilibrio no le evitar¨¢ el choque con los republicanos, pero puede contribuir a desmentir que el debate se establece entre quienes no se preocupan del d¨¦ficit y quienes se proponen reducirlo. Obama se ha mostrado decididamente en este ¨²ltimo campo, aunque disintiendo de la oposici¨®n en los cap¨ªtulos en los que deber¨ªa ahorrarse.
En pol¨ªtica exterior, el programa presidencial parte de la nueva realidad internacional creada por los pa¨ªses emergentes, en la que Washington est¨¢ obligado a reformular sus an¨¢lisis y sus l¨ªneas de actuaci¨®n para mantener la supremac¨ªa. Tras el reconocimiento del papel de China con ocasi¨®n de la visita de Hu Jintao, Obama quiere reforzar los lazos con Am¨¦rica Latina, donde Brasil es otro de los actores fundamentales de la nueva realidad. El apoyo expreso de Obama a los tunecinos que derrocaron la dictadura de Ben Ali conten¨ªa un doble mensaje: EE UU sigue comprometido con la promoci¨®n de la democracia, pero no mediante guerras como las que emprendi¨® su antecesor en la Casa Blanca. No ha habido, sin embargo, palabra alguna sobre el otrora prioritario futuro Estado palestino.
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