"Jes¨²s Aguirre era pura ficci¨®n"
Manuel Vicent reconstruye la vida del cura, editor y ¨²ltimo duque de Alba - Entre la biograf¨ªa y la cr¨®nica, el libro repasa un convulso fin de siglo espa?ol
Es dif¨ªcil de creer el ingenio, la inteligencia, la malicia y la finura que se escapan por la boca de los personajes que cruzan las p¨¢ginas de Aguirre, el magn¨ªfico (Alfaguara), el ¨²ltimo libro de Manuel Vicent. Este retrato de Jes¨²s Aguirre, cura, editor de Taurus y ¨²ltimo duque de Alba, es -adem¨¢s de un rosario de hilarantes y surrealistas an¨¦cdotas- la cr¨®nica de una generaci¨®n que, seg¨²n Vicent, se ahog¨® en la piscina de su propio ingenio.
Quiz¨¢ por eso el libro arroja una mirada melanc¨®lica a un tiempo "que lo inaugur¨® todo pero no se sinti¨® satisfecho con nada"; vivido por unos hombres que eran "demasiado autocr¨ªticos, demasiado snobs, demasiado inteligentes, demasiado esc¨¦pticos. Todo, hasta quemarse en su propio ingenio".
"Es un personaje digno de la corte de los milagros de Valle-Incl¨¢n"
Sin ellos (algunos fallecidos, como Juan Garc¨ªa Hortelano o Juan Benet, y otros vivos como Javier Pradera o Clemente Auger) no se entender¨ªa el brillo de un personaje lleno de tantas sombras como el de Jes¨²s Aguirre. "Un personaje digno de la corte de los milagros de Valle-Incl¨¢n", dice Vicent, para quien si Aguirre se hubiera expuesto a los espejos del callej¨®n del Gato los hubiera roto en mil pedazos. "Siendo real, es un personaje de pura ficci¨®n, su propia ficci¨®n".
Vicent asegura que no ha querido hacer un libro ni morboso ni escandaloso, aunque por Aguirre, el magn¨ªfico se pasean desde el rey Juan Carlos al mism¨ªsimo Papa: Joseph Ratzinger fue amigo y maestro del duque de Alba en M¨²nich y delante del Rey, en la ceremonia del Cervantes a Torrente Ballester, Aguirre nombr¨® a Vicent "su bi¨®grafo" oficial.
Pero contar la vida de este cura que "confes¨®, cas¨® o bautiz¨® a toda la izquierda espa?ola" y que acab¨® casado con Cayetana Fitz-James Stuart no era una tarea f¨¢cil. "En el fondo era un hombre muy herm¨¦tico que nunca acab¨® de mostrar sus sentimientos". Hijo natural de una chica de buena familia de Santander, Vicent afirma que era "un artista a la hora de enmascarar su pasado y tambi¨¦n su ambici¨®n".
"La personalidad de Jes¨²s Aguirre responde a una frase de Dal¨ª que dec¨ªa que ¨¦l no era creyente, era practicante. Yo creo que esa afirmaci¨®n encaja perfectamente en Aguirre, y esa liturgia la llev¨® a todas las facetas de su vida. La llev¨® a Taurus y luego a la aristocracia, oficiando de m¨¢s arist¨®crata que cualquier arist¨®crata".
Jes¨²s Aguirre entr¨® en el palacio de Liria con tres fotograf¨ªas en la maleta: la de Aranguren, la de Walter Benjamin y la de Enrique Ruano, el joven estudiante de Derecho que muri¨® en 1969 tras ser interrogado por la Brigada Pol¨ªtico Social y al que ¨¦l adoraba. Garc¨ªa Hortelano fue de los pocos de sus viejos amigos a los que cuando ya era duque sigui¨® viendo ("lo que m¨¢s envidio de este palacio de Liria es que tiene en el jard¨ªn un surtidor propio de gasolina gratis que le ha instalado Campsa. Eso es mejor que un Vel¨¢zquez", sol¨ªa decir Hortelano). Muy cerca de ese surtidor de gasolina, y "bajo el denso perfume de l¨¢udano", el duque de Alba mor¨ªa solo en 2001.
"La moral la llevamos la clase media a cuestas como una cruz. La aristocracia y la clase baja no la tienen. Est¨¢n dentro de sus peceras y respiran por las branquias como lo hacen los peces. El que llega de fuera tiene que aprender a respirar igual. ?l lo trat¨® y casi lo consigui¨®, pero al no poder entr¨® en una locura que le aisl¨® y de la que no se salv¨®".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.