Ratzinger defendi¨® en 1970 una reforma urgente del celibato
Un documento de los te¨®logos alemanes refleja un fuerte debate en la Iglesia
En 1970 Joseph Ratzinger pensaba que el celibato no era una instituci¨®n intocable. M¨¢s que eso: era partidario de reformarlo y de que la Iglesia cat¨®lica volviera a la tradici¨®n antigua oriental: curas casados, obispos c¨¦libes. Lo afirma, negro sobre blanco, un documento nunca publicado, firmado por el actual Papa, que entonces era profesor en Tubinga, y por otros ocho te¨®logos alemanes, que ha sido dado a conocer por la revista Pipeline, del grupo cat¨®lico cr¨ªtico Aktionskreis Regensburg (AKR).
El texto era un informe preparatorio solicitado por la Conferencia Episcopal Alemana de cara al s¨ªnodo de los obispos que se iba a celebrar el a?o siguiente en Roma. Los te¨®logos alemanes indicaban que la obligaci¨®n de la solter¨ªa era una de las principales causas de la falta de vocaciones y de j¨®venes curas. El documento tiene fecha del 2 de febrero de 1970 y fue firmado por estudiosos de fama mundial como los te¨®logos Karl Rahner, Otto Semmelroth y los hoy cardenales Karl Lehmann y Walter Kasper.
Pablo VI no quiso decidir solo y someti¨® el asunto a votaci¨®n
Los europeos apoyaban revisar la solter¨ªa; ?frica y Am¨¦rica lo frenaron
La falta de vocaciones llev¨® a la jerarqu¨ªa a replantear la norma
Los te¨®logos tomaron como ejemplo a la Iglesia ortodoxa
El texto duda de que "sea factible una vida c¨¦libe para los curas de ahora"
El documento que firma el Papa apela al "nuevo contexto hist¨®rico y social"
"Nuestras consultas y estudios coinciden en la necesidad de un tratamiento distinto de la ley que establece el celibato (...) tanto para la Iglesia alemana como para la Iglesia mundial", escribieron los te¨®logos en el informe dirigido a los obispos alemanes.
La noticia es m¨¢s curiosa que desconocida. El debate sobre el celibato fue uno de los dos argumentos centrales del s¨ªnodo celebrado en 1971, bajo el papado de Pablo VI; el segundo tema crucial en la reuni¨®n fue la elaboraci¨®n de un texto sobre el nuevo orden econ¨®mico mundial, que anticip¨® la inminente crisis del petr¨®leo.
El contexto general de la Iglesia estaba cambiando radicalmente. Gracias a la apertura favorecida por el Concilio Vaticano II, que dur¨® desde 1959 hasta 1965, un viento de renovaci¨®n sacud¨ªa a la Iglesia y a la sociedad civil. Mayo del 68 en Par¨ªs. Argelia luchando por su independencia. "La Iglesia se sent¨ªa ya globalizada. Eran los a?os del boom de la Iglesia africana y latinoamericana", recuerda el vaticanista Filippo di Giacomo. "Con la descolonizaci¨®n de ?frica, hab¨ªan nacido cerca de 50 pa¨ªses nuevos de golpe, en unos meses de 1960, y eso hab¨ªa obligado al Vaticano a crear 46 conferencias episcopales nuevas".
El celibato entr¨® en el s¨ªnodo porque el concilio hab¨ªa ampliado la atenci¨®n hacia ?frica; porque el caso Lefebvre, depuesto por ordenar obispos africanos, hab¨ªa suscitado mucha pol¨¦mica, y tambi¨¦n, afirma Di Giacomo, "porque la Iglesia preve¨ªa que en unos pocos a?os iba a producirse un enorme aumento de cat¨®licos que necesitar¨ªan ser evangelizados".
Para atender esa demanda que se esperaba, el Vaticano pens¨® que ordenar a curas casados, volver a la tradici¨®n antigua oriental, pod¨ªa ser una soluci¨®n eficaz. Pablo VI no quiso tomar la decisi¨®n solo, y lo someti¨® a la discusi¨®n del s¨ªnodo, afirmando que respetar¨ªa el resultado de la votaci¨®n.
Todas las conferencias de obispos europeas pidieron opini¨®n a los te¨®logos sobre la decisi¨®n a tomar. Tambi¨¦n los te¨®logos italianos, como el cardenal Pellegrino, los franceses y los espa?oles apoyaron ante sus episcopados la decisi¨®n de reformar el celibato. Solo los estadounidenses se opusieron.
La sorpresa fue que, en el s¨ªnodo, los obispos europeos votaron a favor de la reforma del celibato, pero los latinoamericanos y africanos se opusieron mayoritariamente.
"La paradoja", analiza el canonista Di Giacomo, "es que el episcopado te¨®ricamente m¨¢s conservador hizo la elecci¨®n progresista, y los progresistas, entre ellos los que enseguida dar¨ªan forma a la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, pidieron a su episcopado que votara en contra".
Los autores del documento eran asesores de la Conferencia Episcopal Alemana, y aunque en el texto repet¨ªan muchas veces que con su an¨¢lisis no quer¨ªan "perjudicar ninguna decisi¨®n", todos los autores se dec¨ªan "muy convencidos de la necesidad de reexaminar la obligaci¨®n al celibato por parte de los niveles m¨¢s altos de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, pues", afirmaban, "es urgente".
Fuese cual fuese el resultado de la discusi¨®n, el celibato deber¨ªa permanecer como una verdadera y real opci¨®n para los sacerdotes que as¨ª lo quisieran, seg¨²n los autores. "Quien sin embargo considera esta aclaraci¨®n superflua, demuestra tener escasa fe en la fuerza de este consejo del Evangelio y en la misericordia de Dios".
El documento con la firma de Ratzinger, que no se hab¨ªa publicado hasta ahora, fue entregado por un colaborador de Karl Rahner a otro cl¨¦rigo de confianza que pertenec¨ªa al grupo cat¨®lico cr¨ªtico con la Iglesia de la ciudad de Regensburg, Aktionskreis Regensburg (AKR). El documento permaneci¨® cuidadosamente archivado durante 41 a?os, y aparece ahora publicado por el AKR en su revista Pipeline.
Los autores del documento razonaron entonces acerca de lo que ahora la curia vaticana, y el mismo Papa, demonizan como "esp¨ªritu del tiempo". En aquel texto consideraron posible una revisi¨®n del celibato "simplemente porque ser¨ªa teol¨®gicamente incorrecto" que "no se pudiera volver a someter a prueba algo en un nuevo contexto hist¨®rico y social". "Decir lo contrario", escribieron, "no ser¨ªa posible a trav¨¦s de ning¨²n argumento teol¨®gico".
Los te¨®logos mencionaban el ejemplo de la Iglesia oriental, y se refieren a menudo a la Biblia, por ejemplo a la ep¨ªstola de Pablo a los G¨¢latas. Del documento se desprende la toma de conciencia de los te¨®logos de que el Concilio Vaticano II hab¨ªa teniendo efectos en los niveles m¨¢s bajos de la Iglesia. En 1970, igual que hoy, los te¨®logos ortodoxos estaban preocupados por la falta de gu¨ªas espirituales. "Ahora los j¨®venes curas se preguntan acerca de la cada vez m¨¢s grave falta de curas, y acerca de c¨®mo se puede superar el problema vital de la iglesia y de su mismo oficio. Para ellos no es suficiente la mirada ideal hacia el pasado". El problema ser¨ªa "poner en duda hoy la factibilidad de una vida c¨¦libe para los j¨®venes curas de ahora".
Los principales factores a considerar ser¨ªan, dijeron los te¨®logos, la p¨¦rdida de un verdadero reconocimiento por parte de la comunidad de fieles, as¨ª como la "fragilidad ps¨ªquica de los j¨®venes en una sociedad sobreexpuesta a la sexualidad". Los autores consideraban que si no se lograba atraer a curas j¨®venes, "entonces la Iglesia tendr¨¢ la obligaci¨®n de llevar a cabo una modificaci¨®n de su moral". M¨¢s o menos lo que pasa ahora. Solo que ahora son otros tiempos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.