"Mi ilusi¨®n se llama Amen"
Bezabeh, que fue padre el s¨¢bado, vivir¨¢ en Etiop¨ªa mientras dure su sanci¨®n
En la maternidad del hospital Gregorio Mara?¨®n, en Madrid, a Alemayehu Bezabeh, sonriente, feliz por primera vez en un par de meses, le acompa?an un par de matrimonios amigos, compatriotas et¨ªopes, que contemplan embobados a Amen, nacida el ¨²ltimo s¨¢bado de enero. "Mi ilusi¨®n se llama Amen", dice Bezabeh; "esta ni?a me da mucha fuerza". Amen, 3,250 kilos, un nombre et¨ªope y sencillo para que en Espa?a todos lo puedan pronunciar.
Lo cuenta as¨ª Miguel ?ngel Mostaza, que es su m¨¢nager y una de las pocas personas en las que conf¨ªa, con las que habla en Espa?a. De la prensa no quiere saber nada. Tampoco del atletismo, ni de entrenarse ni de la Residencia Blume, de la que fue expulsado.
"Sin beca, sin club, sin ingresos, no puedo seguir en Espa?a", ha dicho a sus amigos
A Bezabeh le cambi¨® la vida para siempre la Operaci¨®n Galgo, la irrupci¨®n de la Guardia Civil en una cita en El Escorial, reci¨¦n amanecido el 9 de diciembre, cuando iba a proceder a una transfusi¨®n de sangre, una pr¨¢ctica prohibida en el deporte. Espa?ol desde julio de 2008, hab¨ªa regresado la v¨ªspera de Etiop¨ªa, donde hab¨ªa nacido en un a?o desconocido -lleg¨® a Espa?a sin papeles, un inmigrante m¨¢s, en 2004, y dijo que era menor para ser admitido sin preguntas, pero un an¨¢lisis radiol¨®gico decidi¨® que no, que ten¨ªa m¨¢s de 18 a?os, y restando 18 a?os y un d¨ªa fijaron su fecha de nacimiento en el 26 de septiembre de 1986, fecha que figura en todos sus papeles-, reci¨¦n casado y acompa?ado de Beti, su esposa, embarazada de siete meses y que quer¨ªa dar a luz en Madrid.
Como atleta de ¨¦lite, Bezabeh ya se ganaba bien la vida en Espa?a. Como campe¨®n de Europa de cross ten¨ªa derecho a una beca, hab¨ªa batido en junio el r¨¦cord nacional de los 5.000 metros -el primer espa?ol que bajaba de 13 minutos- y su cach¨¦ en las carreras crec¨ªa d¨ªa a d¨ªa. "Entre unas cosas y otras, el a?o pasado ingresar¨ªa unos 75.000 euros, que ahorraba casi ¨ªntegros, pues viv¨ªa y com¨ªa en la Blume", dice Mostaza, "y este a?o podr¨ªa haber llegado a los 100.000".
La misma noche del 9 de diciembre, Bezabeh acudi¨® a la federaci¨®n espa?ola para confesar su encuentro con la Guardia Civil y su intenci¨®n de doparse. La confesi¨®n le vali¨® la suspensi¨®n provisional; el fin, provisional tambi¨¦n, de su sue?o. La continuaci¨®n de una historia triste.
"Lo pas¨® muy mal al principio porque no entend¨ªa nada. Sal¨ªa a entrenarse, a correr por la calle, de vez en cuando, pero lo dej¨®. Hab¨ªa ca¨ªdo en Espa?a con Pascua, un entrenador a la vieja usanza; uno que manten¨ªa que, como todo el mundo se dopa, sus atletas, para estar al mismo nivel, deb¨ªan doparse tambi¨¦n, y ¨¦l hizo lo que le dec¨ªan", dice Jos¨¦ Antonio Bodoque, su fisio, otro de los pocos en los que conf¨ªa Bezabeh. Bodoque quiere que se diga que sigue a su lado pese a todo: "Quiero que se me vincule con ¨¦l. Me entristece verle envuelto en una historia de dopaje cuando es buen¨ªsimo, tiene un gran talento natural para correr y no necesitaba recurrir al doping para ganar carreras. Pero en la vida uno tiene que ser consecuente con sus actos y ahora le toca estar sin competir, que es lo que m¨¢s le gusta, pero volver¨¢ y seguir¨¢ ganando porque es un superclase".
En el hospital, Bezabeh le dijo a Bodoque que esperar¨ªa unas semanas a que su hija, espa?ola, nacida en Espa?a, cogiera peso y la autorizaran a volar para volverse a Etiop¨ªa con la familia. "Si aqu¨ª no puedo competir, aqu¨ª no puedo vivir. Sin beca, sin ingresos por parte del club, sin carreras, no tengo ingresos", le dijo; "me vuelvo a Etiop¨ªa a cuidar de mi esposa y mi hija".
"Bezabeh espera que todo se resuelva lo m¨¢s r¨¢pidamente posible. Conf¨ªa en que no sean dos a?os de sanci¨®n, pues no hubo consumaci¨®n del dopaje", recuerda Mostaza; "ha sido sincero y espera que se le trate bien".
Con los ahorros, como hacen los emigrantes que no quieren olvidar de donde vienen, Bezabeh se estaba construyendo una casa en su pa¨ªs de nacimiento. Ahora parar¨¢ las obras y se ir¨¢ a vivir con toda la familia. "Tiene dinero para sobrevivir dignamente un tiempo. Aqu¨ª, en Espa?a, solo un piso de alquiler en Vallecas se le ir¨ªa a 700 euros al mes", concluye Mostaza, "y a ese ritmo no podr¨ªa aguantar mucho".
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