La supresi¨®n del voto emigrante pone en jaque a Baltar y Louz¨¢n
Las papeletas del exterior fueron determinantes en Bande, Cerdedo o Silleda
Rafael Louz¨¢n y Jos¨¦ Luis Baltar repiten estos d¨ªas jaculatorias contra la reforma de la Ley Electoral que suprimir¨¢ en mayo el voto de los espa?oles residentes en el exterior. No es para menos. Los presidentes de las Diputaciones de Ourense y Pontevedra se enfrentan a sus sombras. La recompensa por el duro esfuerzo de a?os de trabajo del voto de la emigraci¨®n se desploma. Baltar puede perder el omn¨ªmodo poder en el que se ampara y Louz¨¢n, no solo su Diputaci¨®n sino la presidencia provincial del partido que ahora ostenta.
"Acato, pero no comparto que los emigrantes no puedan votar en las municipales", protest¨® Baltar hace unos d¨ªas, defendiendo la vinculaci¨®n que, a trav¨¦s de "las vacaciones del verano", tienen los residentes en el exterior con sus pueblos. Arremeti¨® contra la ley que "s¨ª les permite votar en las generales y auton¨®micas", pero no explic¨® que en estos casos la nueva Ley Electoral restringe tambi¨¦n ese derecho a los emigrantes, que deben solicitarlo previamente.
"Acato pero no comparto", protesta el bar¨®n del PP ourensano
Dos centenares de votos en Cerdedo dieron a Louz¨¢n la presidencia
El presidente ourensano se juega en las municipales de mayo un diputado en Trives y otro en Bande con la supresi¨®n del sufragio exterior. No porque estos Ayuntamientos, gobernados por el PP, vayan a perder concejales, lo cual no entra en sus c¨¢lculos, sino porque Baltar se quedar¨¢ sin la riada de votos de los emigrantes cuya suma lo a¨²pa a presidir la Diputaci¨®n cada cuatro a?os, desde hace 20. Es la suma de los votos de cada provincia, y no la de los ediles, la que decide su composici¨®n. Y ah¨ª es donde est¨¢ la fuga.
S¨®lo en el partido judicial de Bande, el PP podr¨ªa perder medio centenar de papeletas. El Censo de Residentes Ausentes (CERA) supone el 50% del global de 4.000 personas con derecho a voto, aunque apenas lo ejerza "un n¨²mero insignificante", seg¨²n destaca el alcalde de este Ayuntamiento, Jos¨¦ Antonio Armada.
Armada sabe que conservar¨¢ "sin problema alguno la mayor¨ªa absoluta". No tendr¨¢ esta vez el colch¨®n del voto de la emigraci¨®n, pero su holgada hegemon¨ªa (nueve esca?os frente a uno del PSOE y otro del BNG) le permitir¨ªa incluso pasar de la campa?a. No lo har¨¢. Su mujer y antecesora en la alcald¨ªa, la diputada en Cortes Ana Bel¨¦n V¨¢zquez, acaba de aprobar unas oposiciones en la Diputaci¨®n para una plaza de t¨¦cnico bien remunerada. Y Baltar necesita compensar los votos del exterior que ahora se le esfumar¨¢n.
En los comicios de 2007, PSOE y BNG quedaron a dos esca?os de la mayor¨ªa absoluta en la Diputaci¨®n. En esta ocasi¨®n, la nueva Ley Electoral pone a Baltar contra las cuerdas, cuando tiene m¨¢s demonios a los que enfrentarse: los de la fractura que ¨¦l mismo provoc¨® en el PP de Ourense al designar a su hijo candidato al congreso fratricida -seg¨²n el propio PP, ofreciendo empleos en la Diputaci¨®n a cambio de apoyos- que lo puso al frente del partido.
En Pontevedra, Louz¨¢n consigui¨® la presidencia de la Diputaci¨®n en 2007 por dos centenares de papeletas que los emigrantes depositaron en Cerdedo, con un padr¨®n de 2.300 habitantes pero uno de los seis municipios de Pontevedra con m¨¢s votantes en el extranjero (un tercio del censo).
Y en Silleda, del censo de 9.200 votantes, 2.255 corresponden a la emigraci¨®n. Aqu¨ª el PP no va tan holgado como en Bande. El recuento de las municipales de 2003 se dirimi¨® en un juzgado. Un pu?ado de votos de una mesa de la emigraci¨®n le dio la alcald¨ªa a los populares. En 2007, la urna de la emigraci¨®n volvi¨® a dar el triunfo al PP. Estaba en juego el octavo concejal y el voto del exterior se escor¨® hacia los populares, con 150 papeletas frente a las 50 de los socialistas. Finalmente, PSOE y PP empataron a seis concejales y el BNG obtuvo uno.
La ex alcaldesa socialista de Silleda Paula Fern¨¢ndez Pena, desbancada en una moci¨®n de censura por el PP con el respaldo de dos tr¨¢nsfugas socialistas, cree que en esta ocasi¨®n, sin voto del exterior, volver¨¢ a gobernar y contribuir¨¢ a "echar a Louz¨¢n de la Diputaci¨®n".
Bande y Avi¨®n, casos paradigm¨¢ticos
Aunque la ausencia del voto emigrante en los comicios municipales pone en peligro para el PP las diputaciones provinciales de Ourense y Pontevedra -las dos que mantiene en Galicia, frente a Lugo y A Coru?a, gobernadas por coaliciones entre socialistas y nacionalistas- la mayor parte de los gallegos registrados en el Censo de Residentes Ausentes corresponden a la provincia de A Coru?a, con 127.580 censados. Pontevedra tiene 105.798, Ourense, 81.803 y Lugo, 49.991.
En total, los residentes ausentes suponen m¨¢s de la cuarta parte de los censos de los 315 ayuntamientos gallegos y, en los municipios ourensanos de Bande y Avi¨®n, la cifra se dispara: los emigrantes que hasta ahora pod¨ªan votar igualaban, en el caso de Bande, o superaban, en el de Avi¨®n, al de los residentes habituales en cada uno de estos pueblos.
Los regidores de estos dos municipios insisten en restarle importancia a estos datos objetivos. "Aqu¨ª solo suelen votar 20 ¨® 30 emigrantes", asegura el popular Antonio Montero, alcalde de la localidad de Avi¨®n. Exactamente el mismo argumento -con el mismo n¨²mero exactamente de votantes del exterior: "20 ¨® 30"- que esgrime su compa?ero de partido y regidor en Bande, Jos¨¦ Antonio Armada, restando trascendencia a la novedad electoral aprobada por el Congreso de los Diputados en Madrid.
PSdeG y BNG barajan otras cifras y ven, pese a los no del todo halag¨¹e?os sondeos demosc¨®picos, m¨¢s cerca que nunca el poder en los ¨²ltimos bastiones provinciales que le quedan al PP: los que dirigen Rafael Louz¨¢n en Pontevedra y Jos¨¦ Luis Baltar en Ourense.
La reforma electoral lleva tambi¨¦n aparejado un antivirus contra el transfuguismo, ya que inutiliza el papel de los tr¨¢nsfugas en las mociones de censura en los consistorios. El senador socialista Miguel Fidalgo ya alert¨® en Ourense a Baltar de la "gran p¨¦rdida" de poder municipal que la nueva normativa le iba a suponer.
Mientras tanto, Louz¨¢n y el propio Baltar hacen cruces, al tiempo que intentan sumar votos a los votos locales que les garanticen su futuro pol¨ªtico. Y, en el caso del bar¨®n ourensano, tambi¨¦n el futuro de su hijo.
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