Cantigas e Agarimos hace mudanza
La agrupaci¨®n folcl¨®rica abandona tras 54 a?os su local hist¨®rico en Compostela
Los miembros de Cantigas e Agarimos -80 en los grupos de baile, coro, instrumental y pandereta y 125 alumnos de la escuela de m¨²sica tradicional- sab¨ªan que 2011 iba a ser un a?o lleno de conmemoraciones, porque celebran el 90? aniversario de su nacimiento, en plenas fiestas del Ap¨®stol de 1921. Pero al final ser¨¢ tambi¨¦n un a?o de mudanzas: en el plazo de un mes, calcula Ant¨®n Fern¨¢ndez, el presidente de la instituci¨®n, Cantigas e Agarimos tendr¨¢ que abandonar el que fue su local de trabajo en los ¨²ltimos 54 a?os para trasladarse a un antiguo colegio del barrio de O Casti?eiri?o, en Santiago.
Por el bajo de la r¨²a A Algalia de Arriba -donde se instal¨® el grupo en 1957- los miembros pagaban hasta hace dos a?os 24 euros al mes; el edificio, como otros tantos del centro hist¨®rico compostelano, estuvo sometido hasta diciembre de 2009 a un alquiler de renta antigua. Ya por entonces la empresa propietaria del inmueble anunci¨® al presidente de Cantigas que deb¨ªan abandonar el local, aunque finalmente el Ayuntamiento de Santiago consigui¨® prorrogar el alquiler en dos ocasiones, la primera hasta agosto de 2010 y la segunda hasta diciembre. El viernes de la semana pasada, el pleno del Ayuntamiento aprob¨® el cambio de uso del nuevo local de O Casti?eiri?o, as¨ª que el mes que hoy empieza ser¨¢ el de recoger los b¨¢rtulos de medio siglo de historia en la Compostela vieja. "Pero tenemos muchas esperanzas en el cambio. Nos vamos a un barrio nuevo que est¨¢ creciendo much¨ªsimo. Lo que necesitamos es gente joven", se?ala el presidente.
El grupo estren¨® en Galicia 'Os vellos non deben de namorarse' en 1961
Este a?o 125 alumnos aprenden folclore gallego en la escuela de A Algalia
Lo que ofrece O Casti?eiri?o que no ten¨ªa la Algalia, a un lado los recuerdos, es un espacio m¨¢s adecuado para los cursos, a los que este a?o asisten unos 125 alumnos en las modalidades de baile, pandereta, gaita, lenguaje musical, percusi¨®n y acorde¨®n. Extinto el alquiler de renta antigua, durante los meses prorrogados la agrupaci¨®n pag¨® 300 euros mensuales por el uso del local de A Algalia. "Nos preocupaba no encontrar algo asequible con las condiciones de espacio que necesit¨¢bamos. Significar¨ªa desmantelar la escuela. Y no podemos porque es nuestro futuro". La mayor¨ªa de los alumnos tiene entre tres y 20 a?os y en los ¨²ltimos tiempos hasta el local hist¨®rico se les quedaba peque?o, por eso algunos grupos ensayaban en colegios y centros socioculturales de la ciudad.
Otra cosa son los hitos que Cantigas y Agarimos alcanz¨® durante sus 54 a?os en el casco viejo de Compostela. Uno de los tesoros de la agrupaci¨®n folcl¨®rica es la partitura original con la que Roberto Matos puso m¨²sica a Lela, de Castelao, conservada en el archivo de A Algalia, que en las pr¨®ximas semanas ser¨¢ trasladado tambi¨¦n a los nuevos locales de O Casti?eiri?o. El Ayuntamiento pondr¨¢ a disposici¨®n del grupo cuatro aulas del antiguo colegio Ram¨®n Cabanillas. Fern¨¢ndez conf¨ªa en que el nuevo espacio haga m¨¢s sencilla una idea que lleva tiempo rond¨¢ndole: la recuperaci¨®n del grupo de teatro que en 1961 estren¨® en Galicia Os vellos non deben de namorarse, de Castelao. Cantigas e Agarimos, en su versi¨®n teatral, fue uno de los primeros grupos en llevar el gallego a los escenarios en plena posguerra. Que este a?o se cumplan 50 de la puesta en escena de la pieza del escritor, pol¨ªtico y dibujante de Rianxo ser¨¢, argumenta Fern¨¢ndez, una buena excusa para devolverle el teatro a Cantigas.
Mientras, en A Algalia, alumnos y profesores apuran las ¨²ltimas tardes de ensayo en su local hist¨®rico. Los 130 metros cuadrados que todav¨ªa hoy acogen, de seis de la tarde a once de la noche, las reuniones del grupo, fueron reformados y adecentados con pico y pala en los a?os cincuenta: los locales de ensayo eran cuadras cuando la agrupaci¨®n folcl¨®rica, entonces presidida por el Marqu¨¦s de Figueroa, consigui¨® el alquiler del bajo. Era la primera vez que el grupo, nacido en la itinerancia, contaba con un lugar estable para preparar sus actuaciones. "Hasta aquel momento siempre estuvimos de prestado, primero en los locales del C¨ªrculo Mercantil, despu¨¦s, durante los primeros a?os de la dictadura, en el Instituto San Clemente", recuerda Fern¨¢ndez.
El franquismo impuso a la agrupaci¨®n un cambio de nombre -pas¨® a llamarse Masa Coral Gallega Rosal¨ªa de Castro- y su integraci¨®n en la Obra Sindical de Educaci¨®n y Descanso. De esta manera, explica el presidente, el r¨¦gimen intentaba romper los v¨ªnculos que la agrupaci¨®n ten¨ªa con su pasado, inseparable de la reivindicaci¨®n de la cultura gallega. En 1952 recuperaron su identidad y ese mismo a?o grababan en el Centro Galego de Madrid el disco que hizo c¨¦lebre la canci¨®n de A Rianxeira. En la misma d¨¦cada, y ya en el local de A Algalia, recorrieron las fiestas y los cert¨¢menes folcl¨®ricos de Galicia. Hasta 2003 publicaron una revista, bautizada como la calle que ahora abandonan.
![Alumnos de la escuela de Cantigas e Agarimos, durante un ensayo, en local de A Algalia de Arriba, en Compostela.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/G66BRDQ6PW43MWZZAR2V7FAOOM.jpg?auth=c677aa234abb622695acba4ce9bf43934001f690bb5e565a32041b85a1045ce8&width=414)
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