Concepci¨®n desnuda con el v¨ªdeo a protagonistas de obras de arte
"Quitemos importancia a la composici¨®n, dejemos sin ropaje a los personajes y hag¨¢moslos contempor¨¢neos, iguales a nosotros". El artista Miguel ?ngel Concepci¨®n (Isla Cristina, Huelva, 1966) explica as¨ª la videoinstalaci¨®n que desde ayer y hasta el 8 de febrero puede visitarse en la Escuela de Arte Le¨®n Ortega de Huelva, de 18.00 a 21.00. Su nombre anticipa la perplejidad que genera la obra: Har¨¢n crecer del todo, a¨²n el blanco.
La apuesta de Concepci¨®n consiste en desnudar a los regios protagonistas de las obras m¨¢s importantes de la historia del arte. Ya sin ropa, se les maquilla de blanco. Formando parte de c¨ªrculos giratorios, aparecen en pantalla el Retrato de Inocencio X, de Vel¨¢zquez, la Dama genovesa, de Van Dyck, El matrimonio Arnolfini ("tan er¨®tico y tan virginal"), de Van Eyck, o la Gioconda, de Leonardo da Vinci. Tambi¨¦n asoman otros de Rubens, Holbein, Durero... Pero, eso s¨ª, todos sin ropa. La provocaci¨®n genera perplejidad en algunos, incomodidad en otros, ensimismamiento en la mayor¨ªa. Es el desconcierto de la ruptura de prejuicios.
"No quiero virtuosismo ni artesan¨ªa", resume el artista. "Desnudar el arte, bajarlo a la tierra". El montaje no llega a los seis minutos. Para conocer los cuerpos bajo los recargados ropajes, Concepci¨®n no lo duda: "Me los invento". "?C¨®mo eran los pubis del XIX? Es curioso pensarlo", pregunta el artista, como si la obra siguiera en proceso. Apostar por "juego y reflexi¨®n" es el objetivo.
Los fotomontajes ocupan la pantalla, no dejan de moverse, giran y giran, sin joyas, sin telas, sin reposo, sin marco que los cobije flotando en la ausencia de color. Solo blanco. A veces, asoman llamas de fuego, leves. La proyecci¨®n finaliza con un repique de campanas, como de catedral antigua. Y en el suelo, cuatro metros de otro elemento blanco: sal. "La sal es el s¨ªmbolo de la creaci¨®n, de la pureza y, ?c¨®mo no?, del lienzo en blanco. El blanco es la ballena blanca por excelencia, Moby Dick", remata Concepci¨®n: "Es un juego y es muy serio".
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