El mal salvaje
El buen salvaje de Rousseau parece haber pasado ya a peor vida, pero sus seguidores perversos no cesan de acrecentarse d¨ªa tras d¨ªa. En sentido estricto, lo que queda del buen salvaje es un rosario de hospitalizados en instalaciones de campa?a a cuenta del sida, la malaria o el ?bola, atendidos en general por esforzadas ONG que a menudo no son tan altruistas, y eso si no se cuenta entre ellos a algunos representantes del socialismo tropical que han fagotizado cualquier posibilidad de progreso de sus pueblos a cuenta de una revoluci¨®n ilusoria que nunca existi¨®. No es ya que el dinero carezca de patria, ya que las patrias de ocasi¨®n siempre encuentran la manera de albergar las grandes fortunas resueltas a esquivar los engorros impositivos demandados en otras patrias no menos fragmentadas. No es por reivindicar a nadie, tarea que excede a la simple opini¨®n del columnista, pero ya Marx dej¨® dicho algo as¨ª como que el capital reci¨¦n nacido viene al mundo cargado de sangre y cieno desde los pies hasta la cabeza. No hay nada hasta ahora que sirva para descalificar tan apocal¨ªptica observaci¨®n, m¨¢s bien sucede al contrario. Eso, y la desatenci¨®n interesada al hecho de que al intercambiar sus productos entre s¨ª las personas intercambian en realidad relaciones sociales. El de Tr¨¦veris a?ad¨ªa, ya resuelto a matizar: "No lo saben, pero lo hacen", en una afirmaci¨®n tan arriesgada como prematuramente freudiana.
?Y qu¨¦ es lo que ha cambiado de todo eso y de muchas cosas m¨¢s ardientes todav¨ªa? Pues que ahora hasta los salvajes conocidos son malos, se acab¨® la supuesta placidez de la existencia espont¨¢nea, y que todo el mundo parece saber muy bien lo que se hace, desde los que paran los ferrocarriles birlando el cobre de los tendidos el¨¦ctricos hasta los que hacen su negocio con el AVE, aunque tanto unos como otros parezcan saberlo solo en apariencia. Luego pasa lo que pasa, que la gente se harta y monta las broncas que se est¨¢n montado en el norte de ?frica, qui¨¦n lo hubiera dicho, y no se trata precisamente de cuatro ocupas desarrapados. Solo que mientras all¨ª tratan de echar a Mubarak cuanto antes, aqu¨ª se trata de algo como m¨¢s dom¨¦stico: ver si Camps llega a ser designado candidato antes de que los jueces lo imputen en un par de cosas, a sabiendas de que en cosa de poco tiempo todo eso puede cobrar mayor enjundia de la que se supon¨ªa.
Porque el mundo siempre cambia por donde menos te lo esperas y cuando menos lo supones. La misma revoluci¨®n rusa, inspirada por el marxismo, tuvo lugar en un pa¨ªs de campesinos semianalfabetos y no en un industrioso pa¨ªs de Europa central, como cre¨ªa el profeta, en un error de perspectiva ante el cual el cometido por los que profetizaron en su d¨ªa que la revoluci¨®n no ser¨ªa televisada palidece de pura ingenuidad, porque si la televisi¨®n existe se televisar¨¢ todo, por lo mismo que el desarrollo inform¨¢tico de la informaci¨®n profundiza con asombrosa rapidez en el coraz¨®n de las tinieblas.
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