Una anomal¨ªa encantadora
?Por qu¨¦ convocar a tanto forofo del rock independiente cuando lo que necesit¨¢bamos con urgencia era un soci¨®logo en la sala? Eso es: una mente l¨²cida y desapasionada que encuentre explicaci¨®n al fen¨®meno delicioso y redentor, pero incomprensible, de Love of Lesbian, seis treinta?eros de aspecto anodino que llenan la Joy Eslava -900 espectadores- durante cuatro noches consecutivas. Y con la pasi¨®n desaforada entre la chiquiller¨ªa de las primeras filas, chavalas que rebasaban la mayor¨ªa de edad a duras penas.
A Santi Balmes, el art¨ªfice de todo este dulce misterio, le entraba la risa anunciando tras la primera canci¨®n: "Somos Love of Lesbian y venimos a presentar nuestro nuevo disco, 1999". Risas porque la criatura lleva un par de a?os en circulaci¨®n. No importa: un disco complejo y conceptual sigue constituyendo un se?uelo poderos¨ªsimo para corear sus estribillos -taciturnos, evocadores, a veces indescifrables- abrazados en buena compa?¨ªa.
Los catalanes abren boca con All¨ª donde sol¨ªamos gritar y desde el primer momento quedan las cartas boca arriba: una voz afectada pero vulnerable, l¨ªrica entre surrealista y evocadora, alusiones a las p¨¦rdidas, los encontronazos y la vida en el filo. Un reto para la memoria: el p¨²blico corea versos que, como ese de "soy grito y soy cristal", no fueron concebidos para la radiof¨®rmula. Es el triunfo de la inmensa minor¨ªa.
Chicos diferentes
Se?or soci¨®logo: ay¨²denos. Por caridad. Los lesbianos se nos escapan de la casu¨ªstica al uso. No son guapos ni especialmente j¨®venes. No podemos adscribirlos a la corriente gafapasta ni a ninguna otra tribu con entrada propia en la Wikipedia. Incluso ahora sabemos que el bajista, Joanra Planell, espigado sosias de Pepe Viyuela, ronca hasta umbrales de dif¨ªcil tolerancia para el o¨ªdo humano. M¨¢s pesadillesco a¨²n: el susodicho interpret¨® Te hiere mucho con un tanga de Superman por todo atuendo. No le auguramos ning¨²n futuro en la industria del cine adulto, pero todo abunda en la sensaci¨®n de que nos hallamos ante una anomal¨ªa encantadora.
Las fiebres, en estos casos, son contagiosas. Amaro Ferreiro asom¨® para rasguear la ac¨²stica en la estupenda Universos infinitos (el s¨¢bado se apuntar¨¢n Amaral). El grupo al completo se concedi¨® un ba?o de masas con Algunas plantas, bailoteando entre sus seguidores. Chicos raros, l¨²dicos y diferentes. A falta de un soci¨®logo de confianza, por ah¨ª pueden ir los tiros.
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