Pakist¨¢n encarcela a un estudiante de 17 a?os por blasfemia
El Gobierno paquistan¨ª ha encarcelado a Muhammad Samiullah, de 17 a?os, acusado de blasfemia por unos supuestos comentarios sobre el profeta en un examen escrito para su escuela en abril de 2010. Samiullah fue arrestado el pasado 28 de enero y permanece en una prisi¨®n juvenil en Karachi, el centro financiero del pa¨ªs, en espera de juicio.
"El Gobierno de Pakist¨¢n debe retirar inmediatamente los cargos por blasfemia contra un estudiante de 17 a?os y brindarle una liberaci¨®n segura". Con estas palabras Human Rights Watch (HRW) comenz¨® ayer una campa?a a favor del joven.
Pakist¨¢n se caracteriza por el abuso de la ley de la blasfemia, "pero mandar a un estudiante a prisi¨®n por algo que garabate¨® en un examen de escuela es realmente horrible", asegura en un comunicado Bede Sheppard, investigador de derechos de los ni?os de HRW.
La ley de la blasfemia, introducida en el C¨®digo Penal en los a?os ochenta, durante el mandato del dictador Muhammad Zia ul Haq, volvi¨® al foco de atenci¨®n internacional en noviembre pasado. Entonces, una cristiana llamada Asia Bibi fue condenada a muerte. En enero, el gobernador del Punjab, Salman Taseer, fue asesinado por uno de sus guardaespaldas por su postura p¨²blica en contra de la ley.
Tras su asesinato, 40.000 personas se manifestaron en Karachi para apoyar al asesino, Mumtaz Qadri, que asegur¨® en la corte que cre¨ªa que Taseer era un blasfemo, lo que mostr¨® la gran divisi¨®n en Pakist¨¢n por esta ley.
Sin cambios legales
El Gobierno hab¨ªa prometido que revisar¨ªa las propuestas de reformas legales pero luego guard¨® silencio. Ayer, la principal promotora de la enmienda a la ley, Sherry Rehman, miembro del parlamento por el gobernante PPP (Partido del Pueblo de Pakist¨¢n) asegur¨® en un comunicado a la BBC que no podr¨ªa continuar con esta revisi¨®n como representante del partido. Rehman asegur¨® que el primer ministro, Yousuf Raza Giliani, descart¨® siquiera la discusi¨®n de cambios.
Rehman, ex ministra de Informaci¨®n, dice que seguir¨¢ con su lucha por la enmienda a pesar de no contar con el apoyo de su partido y que, desde que propuso la revisi¨®n en noviembre, ha recibido constantes amenazas de muerte. Y desde el asesinato del gobernador del Punjab no sale de su casa por miedo a represalias.
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