"Situaciones de vergonzosa impunidad"
Elena F. sufri¨® cuatro agresiones de su pareja entre el 2 de mayo y el 28 de noviembre de 2006, hasta que se cans¨® y se fue a denunciarlo. All¨ª relat¨® su calvario y la lenta maquinaria judicial se puso en marcha. Hace unos d¨ªas se celebr¨® el juicio en el Juzgado de lo Penal n¨²mero 1 de Matar¨® (Barcelona) y la mujer no quiso declarar, acogi¨¦ndose al derecho de dispensa que le reconoce la ley. Como era la ¨²nica prueba de cargo, el juez ha absuelto al acusado, porque el Tribunal Supremo ha dicho que de nada sirven las declaraciones incriminatorias que hubiera realizado la v¨ªctima en el juzgado o ante la polic¨ªa si despu¨¦s no las ratifica el d¨ªa del juicio.
"El derecho de la denunciante a no declarar genera en casos como este situaciones de vergonzosa impunidad, m¨¢s cuando se lee el brutal relato de los hechos de la acusaci¨®n y los informes sobre la personalidad con tendencias piscop¨¢ticas del acusado", asegura la sentencia dictada por el magistrado Gregorio Callejo.
Seg¨²n el Supremo, el juicio oral es el momento en el que la declaraci¨®n de la v¨ªctima adquiere la categor¨ªa de "prueba id¨®nea" para desvirtuar la presunci¨®n de inocencia.
El juez Callejo razona en la sentencia que la declaraci¨®n del polic¨ªa que acudi¨® a la casa el d¨ªa de la ¨²ltima agresi¨®n "es meramente referencial" y que "solo puede atestiguar que hab¨ªa signos visibles de lesi¨®n, pero no pudo ver agresi¨®n alguna".
Los informes periciales tambi¨¦n constatan lesiones en d¨ªas coincidentes con los hechos y un estado mental del acusado "que eventualmente pudiera haber tenido incidencia en la culpabilidad, pero de nuevo dejan yermo de prueba el elemento de la autor¨ªa". La t¨ªa del acusado tambi¨¦n testific¨® y dijo que nunca hab¨ªa visto ning¨²n acto de violencia, pese a que la v¨ªctima declar¨® en su d¨ªa a la polic¨ªa que esa mujer le aconsej¨® que abandonara a su pareja y que eso le cost¨® dos empujones del sobrino.
La fiscal¨ªa solicit¨® en el juicio penas que sumaban siete a?os y cinco meses de c¨¢rcel contra Jos¨¦ Luis M. R., a quien se le imputaban cuatro delitos de malos tratos en el ¨¢mbito familiar y otro de violencia f¨ªsica habitual. Han pasado ya casi cinco a?os de los hechos y la pareja sigue junta. Atr¨¢s quedan los pu?etazos en la cabeza y la cara, los golpes en el pecho, los mordiscos en el hombro y los cortes en un dedo.
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