El 62% de las denuncias contra 'mossos' acaban en juicio
Solo el 6,8% de las sentencias son condenatorias
En los ¨²ltimos tres a?os se han presentado en Catalu?a 659 denuncias contra agentes de los Mossos d'Esquadra. De ellas, dos de cada tres (410) acabaron en juicio por considerar el juez que exist¨ªan indicios para acusar a los polic¨ªas de alg¨²n delito, pero ¨²nicamente el 6,8% de esos juicios finalizaron con una sentencia condenatoria (28 casos). Son las ¨²nicas cifras oficiales que constan referidas a los Mossos, pues el hermetismo de los responsables pol¨ªticos de cualquier cuerpo policial es enorme al hablar de esta cuesti¨®n y los datos se interpretan de manera muy distinta desde uno y otro lado.
Miquel Prat, director de la polic¨ªa catalana, considera que las cifras son "realmente bajas" y precisa que el objetivo ser¨ªa que no se presentara ninguna denuncia, aunque lo considera "inevitable". En su opini¨®n, las denuncias esconden en muchas ocasiones "objetivos tendenciosos y subjetivos", y a?ade que "los Mossos tienen menos denuncias que otros cuerpos", aunque dice que no dispone de las cifras.
Prats asegura que se usan para vigilar a los detenidos y no a los agentes
El abogado Jaume Asens, que lleva a?os defendiendo a v¨ªctimas de los supuestos excesos policiales, lo ve de otra manera y asegura que "los malos tratos son m¨¢s frecuentes de lo que se podr¨ªa suponer en un Estado que se precia de ser democr¨¢tico y de derecho". A pesar de que no se conocen las cifras oficiales, todas las fuentes consultadas coinciden en que las denuncias han disminuido en Catalu?a. Entre 2002 y 2004 s¨ª se sabe que se presentaron 197 denuncias, seg¨²n desvel¨® en su d¨ªa el Comisario Europeo de Derechos Humanos del Consejo de Europa, ?lvaro Gil-Robles, pero en aquella ¨¦poca los Mossos d'Esquadra estaban desplegados en municipios que representaban un porcentaje muy peque?o de la poblaci¨®n catalana.
La disminuci¨®n de las denuncias se atribuye a la puesta en marcha de mecanismos de control de la labor policial. El m¨¢s conocido son las c¨¢maras de seguridad en las comisar¨ªas de los Mossos, algo que no est¨¢ extendido en el resto de los cuerpos policiales.El efecto de las c¨¢maras fue inmediato, pues en los dos primeros a?os posteriores a su instalaci¨®n (de abril de 2007 a febrero de 2009) no se conoci¨® ninguna denuncia por agresiones de la polic¨ªa en el interior de las comisar¨ªas, seg¨²n fuentes de la fiscal¨ªa.
La instalaci¨®n de las c¨¢maras vino precedida de una pol¨¦mica con los sindicatos policiales y alg¨²n responsable de Interior contrario a su puesta en marcha, aunque ahora nadie parece cuestionarlas. Ni siquiera el propio director de la polic¨ªa, Miquel Prat, quien asegura que las c¨¢maras son "una garant¨ªa jur¨ªdica si se utilizan para vigilar a los detenidos, no a la polic¨ªa". Prat muestra tal entusiasmo por las c¨¢maras que asegura: "Si por m¨ª fuera y pudiera, las colocar¨ªa en todas las comisar¨ªas que quedan, aunque es dif¨ªcil por problemas presupuestarios".
David Miquel, portavoz del Sindicato de Polic¨ªas de Catalu?a, afirma: "El porcentaje de condenas indica que no somos tan malos como algunos nos quieren pintar", y admite que "siempre se puede mejorar el servicio". En su opini¨®n las cifras son "satisfactorias" y suponen "una buena noticia", pero tambi¨¦n precisa que le preocupa que no todos los tribunales act¨²en con el mismo criterio. Concretamente asegura que algunos jueces de instrucci¨®n de Barcelona son m¨¢s receptivos a las denuncias contra los Mossos d'Esquadra que el resto de sus colegas de Catalu?a. "En Lleida, Tarragona y Girona no se admiten tantas denuncias, ni contra los Mossos ni contra el resto de los cuerpos policiales", precisa David Miquel.
Pese a que de 659 denuncias presentadas en los ¨²ltimos tres a?os acabasen en juicio 410, Jaume Asens considera que el comportamiento m¨¢s extendido de los jueces es el de no investigar las denuncias, y si finalmente llegan a juicio, que finalicen en absoluci¨®n o en condena por faltas, casi nunca por delito. Ese desenlace lo achaca, en primer lugar, a "la tendencia natural de la fiscal¨ªa a creerse en muy pocas ocasiones el relato de la v¨ªctima" y, adem¨¢s, a la actitud de los tribunales de minimizar la condena, si es que la dicta.
Uno de los ejemplos m¨¢s ilustrativos es el caso de Rub¨¦n P., el detenido que recibi¨® una paliza en la sala de cacheos de Les Corts que fue grabada con c¨¢mara oculta. La Audiencia de Barcelona conden¨® a tres de los cuatro acusados a multa de 600 euros, a pesar de que -en este caso s¨ª- la fiscal¨ªa acusaba por torturas. El Tribunal Supremo anul¨® hace unos meses la sentencia e inst¨® al tribunal a dictar otra por considerar que incurri¨® en una "arbitrariedad" en la explicaci¨®n de los hechos, ya que concluy¨® que los agentes se defendieron cuando el detenido agredi¨® a uno de ellos. La Audiencia ha hecho caso omiso de ese requerimiento y ha vuelto a dictar la misma sentencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.