Las persianas se abren al arte
Comerciantes y artistas urbanos se al¨ªan para decorar negocios en Valencia
Desde hace algunos a?os, cada vez m¨¢s locales de barrios tradicionales de Valencia, sobre todo en El Carmen, mantienen la alegr¨ªa y el color de los escaparates incluso cuando han echado el cierre tras la jornada laboral. Decenas de comercios han optado por decorar sus persianas bien para que sirvan de reclamo en tiempos de crisis o simplemente para evitar que alguien deje en ellas su huella con un espray. Una alianza entre comerciantes y artistas urbanos a la que Barcelona ha puesto freno, pero que en Valencia se est¨¢ convirtiendo en una forma de vida para un pu?ado de artistas.
"Quer¨ªa algo que quedara bien en el barrio y que fuera sobre mi trabajo", explica Mar¨ªa Pilar ?lvarez, due?a del quiosco de prensa del n¨²mero 1 de la calle Alta y pionera a la hora de decorar su negocio cuando est¨¢ cerrado. "Ten¨ªa unas persianas que daban pena, llenas de firmas", explica junto a unos dibujos que dejan claro que lo suyo son los peri¨®dicos. Fue hace cinco a?os y, en cumplimiento de un c¨®digo no escrito en el que un grafitero no destruye el trabajo de otro, ah¨ª sigue el dibujo. "Hasta la fecha s¨ª me lo han respetado".
Sr. Marmota: "Si salgo a la calle no voy a pintar un cruas¨¢n en la vida"
Julieta: "Todo arte transgresor que surge, la sociedad intenta absorberlo"
"Estaba harta de que me pintaran la persiana", explica Esther Comes, propietaria de la tienda de ropa Taconcitos, tambi¨¦n en la calle Alta (24). Al igual que otros comerciantes, comenta que es el mejor m¨¦todo para poner veto a los espr¨¢is incontrolados: "Es el motivo por el que lo hace todo el mundo". Y una vez metida en faena, est¨¢ muy orgullosa del dise?o realizado por la artista Julieta, del colectivo valenciano XLF. Un dise?o que no pasa desapercibido cuando el negocio est¨¢ cerrado y cumple a la perfecci¨®n la funci¨®n de publicidad y reclamo.
Restaurantes como el cercano Refugio, tiendas de ropa, negocios como la taquer¨ªa El Burrito y hasta garajes de edificios de viviendas se van llenando en El Carmen de dise?os impactantes y dibujos coloridos. Esquemas que hasta hace poco solo se ve¨ªan en muros de obras y unas cuantas paredes que los artistas urbanos conquistaban en noches de vigilia.
"A nosotros lo que realmente nos gusta es la pintura mural", explica otro artista, tambi¨¦n del colectivo XLF y que firma su arte como Sr. Marmota, "pintar persianas nos da la posibilidad de ganarnos la vida, y si pintas en una panader¨ªa en realidad es tu dise?o, pero lo haces para un cliente". Es decir, una cosa es la afici¨®n, la creatividad libre, y otra el negocio: "Si salgo a la calle no voy a pintar un cruas¨¢n en toda mi vida".
Para muchos artistas urbanos, pintar en la calle es casi una necesidad, una manera de satisfacer sus impulsos creativos. Cada uno en su estilo, pues no es lo mismo una firma, que un grafiti que una pintura mural. "No se puede meter a todos en el mismo saco, a los que hacen plantillas reivindicativas, que a los que firman o a los que hacen mu?ecos...", comenta Carles, conocido como Cesp, tambi¨¦n de XLF.
Lo mismo que mientras unos buscan que sea una actividad transgresora otros intentan plasmar su arte donde creen que no hacen da?o a nadie.
Pero al tiempo, para unos pocos ha acabado por convertirse en una forma de vida. En un tiempo en el que la sociedad ya no los identifica con unos v¨¢ndalos. Como ejemplo, el afamado brit¨¢nico Banksy, cuyo arte ha entrado en los museos y que hasta ha rodado una pel¨ªcula sobre el arte urbano, Exit Through The Gift Shop, filme que por otra parte reconoce la repercusi¨®n art¨ªstica del trabajo de un valenciano, Escif.
"Todo arte transgresor que surge", explica Julieta, "la sociedad intenta absorberlo". Y as¨ª se explica que los ocho miembros del colectivo XLF (www.xlface.com/soberana/) lo mismo firmen pinturas murales en una bodega de Valdepe?as, decoren las habitaciones y los pasillos del pabell¨®n infantil del hospital Comarcal de D¨¦nia, pongan un toque transgresor en el muro de un instituto de Torrevieja o alegren las paredes del garaje de una galer¨ªa comercial. Al tiempo que llenan de color unas persianas que reclaman la atenci¨®n en el casco antiguo.
Pero la bonanza que ahora disfrutan los aficionados a la pintura mural es una situaci¨®n que no disfrutan en otras ciudades. En Barcelona, con un colectivo mucho mayor, cada vez quedaban menos paredes para crear. Y hace un a?o surgi¨® una iniciativa, Persianes Lliures, mediante la que los comerciantes ced¨ªan las de sus comercios, que se transformaban as¨ª en lienzos en blanco para que un artista las pintara cada 80 d¨ªas. Nadie pagaba. Los comerciantes consegu¨ªan decoraci¨®n gratis, y los artistas un enclave para pintar sin infringir ninguna ley.
Marc Garc¨ªa S¨¢nchez, dise?ador de p¨¢ginas web y promotor con su hermano graffitero de la iniciativa, cuenta que el proyecto comenz¨® con modestia en el barrio de Guinard¨® pero que en unos d¨ªas contaron con 250 comercios. Todo cambi¨® cuando el Ayuntamiento anunci¨® que multar¨ªa a los comerciantes puesto que la pintura mural altera la fachada. Pero la iniciativa ha tenido repercusi¨®n y se ha preparado el desembarco en otras ciudades con actividades en Madrid (ayer domingo 6 de febrero) y Valencia (en marzo).
Sr. Marmota argumenta que en Barcelona la situaci¨®n (muchos artistas, pocas paredes) es distinta de la de Valencia, donde se est¨¢ lejos de recurrir al sistema rotativo de Persianes Lliures. "A pintar gratis las persianas no hemos llegado", comenta Julieta, que prefiere, siempre, hacer arte sobre una pared. "Lo que es genial es colonizar, cuando hay un muro nuevo y lo pintas", a?ade la artista.
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