Torres, tan seco como el Chelsea
Meireles da el triunfo a un defensivo Liverpool en Stamford Bridge en el gris estreno del delantero como 'blue'
Ra¨²l Meireles vale por tres delanteros o m¨¢s. De llegada puntual, golpeo ajustado y criterio pr¨¢ctico, el medio del Liverpool aplast¨® en Stamford Bridge al Chelsea y sus aspiraciones clasificatorias: a 10 puntos ya del l¨ªder, el Manchester United. Marc¨® Meireles, hombre-tatuaje, alopecia irremediable y f¨²tbol vigoroso, y gan¨® el Liverpool, que no cont¨® con el lesionado Carroll, el fichado Luis Su¨¢rez ni el traspasado Fernando Torres, que se estren¨® de blue o eso pareci¨®.
The Kid se enfund¨® el 9 del Chelsea y en el t¨²nel de los vestuarios salud¨® a cuantos rivales, tambi¨¦n amigos, pudo. No as¨ª a Carragher ni Gerrard. Pero ambos le tendieron la mano antes del partido en un gesto deportivo que eliminaba las rencillas. Aunque no los sentimientos. Enardecidos los de Carragher, que marc¨® a Torres de forma furibunda, pero limpia y eficiente; confusos los de El Ni?o, que no encontr¨® su espacio sobre el c¨¦sped, despistado ante los mecanismos de sus compa?eros y desafortunado en el remate. El primero, en el arranque del partido, se march¨® a las nubes; el segundo, a la media hora, lo despej¨® Reina. Ah¨ª se acabaron Torres y el Chelsea.
CHELSEA 0 LIVERPOOL 1
Chelsea: Cech; Bosingwa (David Luiz, m. 73), Ivanovic, Terry, Ashley Cole; Mikel (Malouda, m. 71), Essien, Lampard; Anelka; Torres (Kalou, m. 66) y Drogba. No utilizados: Turnbull; McEachran, Sala y Ferreira.
Liverpool: Reina; Kelly, Carragher, Skrtel, Agger, Johnson; Maxi (Fabio Aurelio, m. 75), Lucas, Meireles (Poulsen, m. 83), Gerrard; y Kuyt. No utilizados: Gulacsi; Ngog,Luis Su¨¢rez, Jovanovic y Kyrgiakos.
Gol: 0-1. M. 69. Gerrard llega hasta la l¨ªnea de fondo para sacar un centro que remata Meireles en el segundo palo.
?rbitro: Andre Marriner. Mostr¨® la cartulina amarilla a Mikel y Lucas.
Stamford Bridge: 41.829 espectadores.
El Ni?o, perdido sobre el c¨¦sped, tuvo dos buenas ocasiones y las malogr¨®
El talonario de Roman Abram¨®vich ha remozado las dos ¨¢reas del Chelsea. Un central f¨ªsico, veloz y t¨¢ctico como David Luiz y un ariete definitivo como Torres. Dos piezas doradas que no arreglan el principal desaguisado del equipo: la falta de circulaci¨®n de la pelota, la escasez de ingenio en los metros concluyentes. No solo le falla la inventiva para descuajaringar a una defensa atestada como la que le plante¨® el Liverpool, sino que tambi¨¦n carece del ¨²ltimo pase. Lampard brilla por la llegada, pero no por su visi¨®n perif¨¦rica; Essien y Mikel destruyen, pero no mezclan, y el parche de Anelka -mediapunta porque Torres le aleja del gol- no pasa de eso porque su juego se entiende desde la conducci¨®n y no desde el toque. R¨¦mora sin soluci¨®n, por m¨¢s que Drogba se multiplique.
Tampoco es muy amigo el bal¨®n del Liverpool, que ha mejorado su juego desde la destituci¨®n de Hogdson porque Dalglish ha adelantado a Meireles, de mediocentro a volante. Un diamante porque permite el pase en campo ajeno, un socio id¨®neo que Gerrard desaprovecha, poco dado a compartir parcela -le ocurre en la selecci¨®n inglesa con Lampard- y convencido de que su f¨²tbol reluce con libertad de movimientos. Sin salida de la pelota, con escasa complicidad en el eje y, sobre todo, con una l¨ªnea de cinco zagueros en la que los laterales reniegan de la condici¨®n de carrileros, el Liverpool result¨® un castigo para el f¨²tbol. Pero se cerr¨® bien, juntas las l¨ªneas y con el ancla echada. Arma crucial para vencer.
Resulta que el Chelsea se defiende con siete: Anelka, Drogba y Torres no est¨¢n para eso. Una bendici¨®n si el rival se descuida atr¨¢s, una perdici¨®n si ataca organizado. Como el Liverpool, que tiene una v¨ªa ofensiva y le funciona por la ley de la repetici¨®n. La pelota sale desde el costado, el hombre m¨¢s avanzado rompe hacia esa banda en busca del bal¨®n largo y, con el esf¨¦rico controlado, centro a la llegada de los volantes. As¨ª, Martin Kelly la jug¨® para Gerrard, que lleg¨® a la l¨ªnea de fondo y la puso en el ¨¢rea, donde Cech e Ivanovic se molestaron para permitir el remate de Meireles. La segunda llegada y un gol, una resoluci¨®n inesperada por lo r¨¢cano del juego de ambos equipos. Antes, sin embargo, hab¨ªa avisado y errado Maxi Rodr¨ªguez, que mand¨® el bal¨®n al larguero a dos metros de la l¨ªnea. Bote rebelde, rid¨ªculo gordo.
Sin m¨¢s recursos y con Torres ya en el banquillo, el Chelsea baj¨® la cabeza y los brazos. No hay juego, no hay remate. Algo que le sobra a Meireles.
![Agger obstaculiza a Torres en su intento de regate.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/G2BIHLX7DBI4ZOVV3Y2OIKPWJI.jpg?auth=048c99448daa8cf2fbdcc36754a640ce0b76b9932599bfd7096eb5f7ad161628&width=414)
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