"Mantuvimos un a?o la ilusi¨®n de reflotar la empresa"
Manuel Su¨¢rez llevaba casi 25 a?os como empleado de plantilla de Astilleros M. C¨ªes, de Vigo. Antes trabaj¨® en Barreras y en una plataforma petrol¨ªfera. Un d¨ªa del a?o pasado, tras entrar al tajo como todos los anteriores, descubri¨® que los directivos se hab¨ªan ido a la francesa, "sin despedirse ni pararse a explicar la situaci¨®n". Nunca volvieron a tener ninguna noticia suya.
El astillero, con una plantilla de unos 40 trabajadores, ten¨ªa carga de trabajo hasta 2014 "a pleno rendimiento" gracias al encargo de cuatro barcos. Pero la empresa pasaba por graves problemas de liquidez -"fue por mala pr¨¢ctica empresarial, no por falta de trabajo: por los sueldos que cobraban los empresarios y los familiares que hab¨ªan empleado como directivos y que no resolv¨ªan nada", apunta Su¨¢rez- que la llevaron a la quiebra, al concurso de acreedores y a la liquidaci¨®n.
"Soy soldador, pero estoy capacitado para trabajar en cualquiera de las secciones de la construcci¨®n naval, en calderer¨ªa, tuber¨ªas, lo que sea", afirma con tristeza. Es la primera vez que est¨¢ en paro. "Moralmente estoy muy tocado, sin la menor perspectiva de mejora. Estoy cansado de llamar a todas las puertas, ya he recorrido todas las empresas auxiliares del sector y no hay el menor hueco: en todas est¨¢n echando a gente". Y a¨²n le faltan unos a?os de cotizaci¨®n para cubrir los 35 necesarios (antes de la reforma) para acceder a su pensi¨®n plena de jubilaci¨®n.
El 20 de enero sufri¨® el ¨²ltimo revolc¨®n. Desde que cerr¨® la empresa, la plantilla estuvo reuni¨¦ndose un d¨ªa a la semana a las puertas del astillero "para cambiar impresiones y, sobre todo, con una ilusi¨®n: pens¨¢bamos que pod¨ªamos reflotar la empresa". El d¨ªa 20 se subast¨® y lo que ellos pod¨ªan reunir se qued¨® muy lejos del precio de adjudicaci¨®n.
De la rutina de la jornada laboral a los d¨ªas vac¨ªos. "Me tiene abatido", dice Manuel. "No tengo humor para nada. Cuando trabajaba sal¨ªa m¨¢s de casa; ahora me levanto a las 10 o las 11, y casi no piso ni la calle". Vive con su mujer y dos hijos, de 38 y 35 a?os. Todos en el paro. El peque?o trabajaba con ¨¦l en el astillero y la hija, delineante, trabaj¨® hasta hace dos a?os en una empresa de piedra para construcci¨®n.
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