Homenaje a los grandes
Este espect¨¢culo, Maestros, est¨¢ dedicado a grandes cantaores del pasado, fundamentalmente los que se caracterizan por una voz dulce y melodiosa, de la que fue un ejemplo Juan Valderrama. El espect¨¢culo se hab¨ªa presentado ya en Madrid, aunque esta noche se ofreci¨® ligeramente acortado a prop¨®sito para reducir la extensi¨®n del programa.
Juan Antonio Valderrama se apoya, indudablemente, en la figura del padre para triunfar en este mundo del flamenco. No s¨¦ hasta qu¨¦ punto lo necesita, pues ¨¦l tiene una voz interesante y canta bien. Pero por ahora basa gran parte de su quehacer en lo que hac¨ªa el padre, con sus tonos de voz y sus matices. Algunos de ellos, al menos. Edulcora la voz y aproxima sus cantes a los modelos paternos, es decir, Vallejo, Porrinas de Badajoz, Pepe Marchena y, por supuesto, el propio Valderrama.
MAESTROS
Cante: Valderrama hijo y P. del Pozo. Guitarras: D. Casares y A. Carri¨®n. Piano: Laura de los ?ngeles. Violonchelo: Rafael Dom¨ªnguez. Contrabajo: Alberto Rom¨¢n. Viol¨ªn: Alejandro ?lvarez. Madrid, 9 de febrero. Circo Price.
Tiene el valor tambi¨¦n de hacer cantes no muy conocidos, como la trilog¨ªa formada por la temporera, el cante de siega y el cante de trilla, propios seg¨²n ¨¦l de Torredelcampo, el pueblo de la saga en Ja¨¦n. Valderrama hijo los hizo, y fue de lo m¨¢s relevante de la noche, por casi desconocido. Hizo tambi¨¦n un cante creaci¨®n de su padre y dedicado a Vallejo, con recitado incluido, lo que era frecuente en aquella ¨¦poca, pero no en esta afortunadamente. Hizo la taranta en un cante compuesto por su propia voz y una grabaci¨®n del padre, lo que fue bastante conseguido. En general Valderrama hijo recibi¨® grandes aplausos, y se ve que esa l¨ªnea cantaora tiene su p¨²blico. Aunque el local estaba bastante vac¨ªo, las ovaciones de los espectadores sonaban a una gran concurrencia.
El homenaje a Enrique Morente lo resolvi¨® Valderrama cantando a d¨²o con Paco del Pozo La estrella, en una versi¨®n realmente poco afortunada, mon¨®tona y mec¨¢nica. Paco del Pozo hab¨ªa actuado abriendo el cartel, con cuatro cantes dichos -a mi juicio- con excesivo ¨¦nfasis. Del Pozo es un cantaor correcto, a veces incluso acertado, que interpreta bien lo que hace aunque a veces lo hace demasiado enf¨¢ticamente.
Hubo tambi¨¦n baile, aunque quiz¨¢ m¨¢s valiera omitir esta parte. Adem¨¢s, ello contribuy¨® a alargar el programa excesivamente. Sali¨® primero Carmen La Talegona por alegr¨ªas, de manera muy convencional e irregular, una forma de bailar que ciertamente no aportaba nada estimable al espect¨¢culo. Despu¨¦s El G¨¹ito hizo su sole¨¢, la de siempre, que se considera una obra maestra, aunque en esta ocasi¨®n el bailaor nos pareci¨® hasta cierto punto distante, fr¨ªo, inexpresivo. No fue El G¨¹ito que estamos acostumbrados a ver, aunque evidentemente dej¨® detalles de su clase, esa que tanto apreciamos habitualmente.
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