Invitado a tirarse a la piscina
El adjudicatario de una instalaci¨®n municipal en M¨¢laga declara a la fiscal que el concejal de Urbanismo le anim¨® a ir al concurso y le present¨® a un socio
La investigaci¨®n judicial sobre un posible cohecho en la concesi¨®n de la explotaci¨®n de la piscina municipal de El Puerto de la Torre, en M¨¢laga, pone en la picota al concejal de Urbanismo, Manuel D¨ªaz (PP), y al empresario Enrique Vega, que ha tenido diversos contratos con el Ayuntamiento y dirige Central Ciudadana, una asociaci¨®n c¨ªvica pr¨®xima al PP.
Antonio L¨®pez Belda, uno de los socios de la uni¨®n temporal de empresas que result¨® adjudicataria de la instalaci¨®n deportiva ha declarado a la fiscal encargada del caso que acudi¨® al concurso animado por el concejal de Urbanismo, con quien mantiene una estrecha relaci¨®n de amistad. L¨®pez Belda es administrador de una sociedad que gestiona centros deportivos en Alicante (Explotaci¨®n y Desarrollo de Servicios Deportivos), pero el concurso de M¨¢laga inclu¨ªa tambi¨¦n la construcci¨®n de unas pistas deportivas de p¨¢del y tenis contiguas a la piscina, para lo que L¨®pez Belda reconoce que carec¨ªa de capacidad econ¨®mica. Seg¨²n su testimonio, para buscar un socio el propio concejal le present¨® a Enrique Vega, quien a su vez lo puso en contacto con el constructor Augusto Parody, administrador de Incomar Blue, con quien finalmente lleg¨® a un acuerdo para unirse y concurrir al concurso abierto, en el que resultaron adjudicatarios al ser la ¨²nica oferta presentada, por acuerdo de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) del 30 de abril de 2008.
El edil compr¨® un coche a uno de los socios beneficiarios de la concesi¨®n
El contrato no se firm¨® hasta casi un a?o despu¨¦s, el 7 de abril de 2009, y ya para entonces L¨®pez Belda hab¨ªa renunciado a sus derechos por discrepancias con su socio. Seg¨²n ha confesado a la fiscal, se sinti¨® utilizado y enga?ado, porque su compromiso era el de asesorar en la gesti¨®n de la instalaci¨®n deportiva, y en cambio el socio le exigi¨® aportaciones econ¨®micas para correr con gastos de mantenimiento y pago de n¨®minas; y a¨²n hoy le adeuda 20.000 euros.
La gesti¨®n de la piscina levant¨® pronto numerosas protestas de los usuarios, y la propia Fundaci¨®n Deportiva Municipal ha reconocido anomal¨ªas e incumplimientos de las obligaciones por parte de la adjudicataria. L¨®pez Belda ha dicho a la fiscal estar convencido de que su socio, que ten¨ªa cuantiosas deudas y embargos, nunca tuvo inter¨¦s alguno por la explotaci¨®n del complejo, sino que persegu¨ªa otros fines.
Uno de los extremos que investiga el juez es por qu¨¦ el concejal de Urbanismo tiene un veh¨ªculo todoterreno Mazda que perteneci¨® a Parody. Manuel D¨ªaz aport¨® ayer a EL PA?S una copia del contrato de compra del coche con el promotor, suscrito en septiembre de 2009, cinco meses despu¨¦s de la firma del contrato de concesi¨®n de la explotaci¨®n y de la transferencia bancaria por 20.000 euros de los 26.000 que dice le cost¨® el veh¨ªculo.
D¨ªaz, que reconoci¨® la relaci¨®n de amistad familiar con L¨®pez Belda -su hermano, Alberto D¨ªaz, director de la junta de distrito de Cruz de Humilladero es padrino de una hija del empresario alicantino-, neg¨® haberle instado a participar en el concurso y dijo que se enter¨® por sus propios medios ya que hab¨ªa realizado servicios en otras piscinas de M¨¢laga.
D¨ªaz insisti¨® en que en todo el procedimiento no hay "ninguna ilegalidad, ni conexiones ni relaciones extra?as". El concejal dijo desconocer que los obreros polacos que le hicieron unas obras de reforma en su vivienda eran trabajadores de una empresa de Enrique Vega y que trabajaron adem¨¢s en una subcontrata de mantenimiento en la piscina del El Puerto de la Torre. D¨ªaz explic¨® que pregunt¨® a Vega -"y a otras muchas personas m¨¢s"- si conoc¨ªan alguien de garant¨ªa que pudiera hacerle las obras y que Vega le dijo que conoc¨ªa a una familia de polacos que trabajaban muy bien", por los que finalmente se inclin¨®. Los contrat¨® como trabajadores aut¨®nomos -se dieron de baja en la empresa de Vega, a la que luego volvieron a cursar alta temporalmente- con un presupuesto de obras de 70.000 euros.
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