Bono en Guinea

El hecho de que la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jim¨¦nez, aconsejara al presidente del Congreso Jos¨¦ Bono aceptar la invitaci¨®n del dictador Obiang Nguema para visitar Guinea Ecuatorial solo prueba que, desde la parte espa?ola, se han cometido dos errores por el precio de uno. Jim¨¦nez no ha hecho m¨¢s que prolongar la estrategia de su predecesor, quien llev¨® a cabo uno de los giros m¨¢s espectaculares de la pol¨ªtica exterior espa?ola hacia Malabo. Jos¨¦ Bono, por su parte, ha roto con la firme actitud que mantuvo el anterior presidente del Congreso, Manuel Mar¨ªn, con ocasi¨®n de la visita de Obiang Nguema a Madrid. Con su viaje a Guinea, Bono y los parlamentarios que le acompa?an han regalado al dictador un desagravio para el que no ha hecho m¨¦rito alguno. En las ¨²ltimas elecciones, la maquinaria de cometer fraude dirigida por Obiang concedi¨® un ¨²nico esca?o a la oposici¨®n. Y la pena de muerte ha vuelto al pa¨ªs.

Al igual que otras visitas anteriores, tambi¨¦n esta se ha presentado como un intento de mejorar las relaciones econ¨®micas con la excolonia. El presidente del Congreso traiciona una pol¨ªtica exterior espa?ola que se dec¨ªa basada en los principios. Pero adem¨¢s persiste en el error de exhibir un ansioso inter¨¦s hacia los recursos guineanos. Con los viajes anteriores, el dictador consigui¨® romper el cerco internacional; y lo hizo sin avenirse a ninguna de las concesiones econ¨®micas que hab¨ªa buscado la insostenible estrategia diplom¨¢tica espa?ola. No existen razones para que ahora act¨²e de otra manera.

Al igual que los ¨¢rabes, los africanos tambi¨¦n han sido v¨ªctimas de una imagen interesada que los consideraba incompatibles con la democracia, si no por raz¨®n del credo, s¨ª por el nivel de desarrollo. El ¨²ltimo sinsentido que cabr¨ªa esperar es que, para justificar una visita injustificable, los parlamentarios declarasen que han ido a Guinea a impulsar la transici¨®n democr¨¢tica.