Mubarak pas¨® las ¨²ltimas 48 horas en una base militar antes de huir

Cuando las protestas de los manifestantes se acallaron para escuchar las plegarias de las mezquitas, nada hac¨ªa prever que en uno de los helic¨®pteros que cruzaban el cielo de El Cairo, hu¨ªa el odiado Fara¨®n. Hosni Mubarak se fue, junto con su familia, a Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo, en el extremo sur de la pen¨ªnsula del Sina¨ª. Poco despu¨¦s de aterrizar en ese enclave donde Mubarak gustaba de celebrar sus cumbres internacionales y entretener a los mandatarios extranjeros, el dictador comunic¨® que dejaba su poder en manos del alto mando militar.

Seg¨²n el gubernamental diario Al Ahram, Mubarak pas¨® las ¨²ltimas 48 horas de sus 31 a?os de gobierno sin oposici¨®n en una base militar donde le fue garantizada su seguridad. El hombre que no dej¨® crecer la hierba bajo sus pies sigui¨® resisti¨¦ndose a escuchar las demandas de libertad de su pueblo pese a que el miedo le impidi¨® dormir en su cama presidencial sus dos ¨²ltimas noches de Gobierno.

Se ha refugiado en la ciudad donde celebraba sus cumbres

Est¨¢ acompa?ado por su esposa y su hijo Gamal, el frustrado heredero

Acosado por un pueblo que se ha puesto en pie, Mubarak se ha refugiado en su preciada pen¨ªnsula del Sina¨ª, que logr¨® recuperar para Egipto en 1982, despu¨¦s de que su predecesor, Anuar el Sadat, firmara la paz con el vecino que se la hab¨ªa arrebatado en la guerra de 1967. Tal vez el anciano mandatario, de 82 a?os, conf¨ªa en diluirse entre los millones de turistas de Sharm el Sheij y escapar al proceso por asesinato y apropiaci¨®n indebida de fondos p¨²blicos que algunos miembros de la oposici¨®n piden contra ¨¦l.

Fuentes militares dijeron a Al Ahram que Mubarak permaneci¨® en la base porque las circunstancias no permit¨ªan los movimientos de la comitiva presidencial. Pese a ello, el fara¨®n se permiti¨®, en la noche del jueves, burlarse de su pueblo por ¨²ltima vez. En representaci¨®n de millones de egipcios que sue?an con ser due?os del destino de su pa¨ªs, decenas de miles de personas se hab¨ªan congregado en la plaza de la Liberaci¨®n para escuchar juntas lo que se esperaba fuese el mensaje de despedida del rais. Lo que oyeron, sin embargo, es que se quedaba hasta las elecciones de septiembre pr¨®ximo. La plaza estall¨® en un grito de furia: "?Fuera, fuera!".

Ayer, antes de que trascendiera su huida, miles de manifestantes marcharon hacia el palacio presidencial, rodeado de alambradas y protegido por tanques, adem¨¢s de por la guardia presidencial, que declar¨®, a primera hora de la tarde, que manten¨ªa la seguridad del recinto. Fue necesario esperar a que Mubarak se instalase secretamente en Sharm el Sheij para escuchar al vicepresidente Omar Suleim¨¢n leer un breve comunicado que indicaba que el fara¨®n hab¨ªa cedido el poder al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Ninguna televisi¨®n, ni nacional ni extranjera, logr¨® captar la imagen de la huida, aunque fue la cadena Al Arabiya la primera en anunciar que Mubarak hab¨ªa aterrizado en una base del sur del Sina¨ª.

El expresidente va acompa?ado, al menos, por su esposa, Suzanne, y su hijo Gamal, de 47 a?os. Los intentos de poner en marcha una dinast¨ªa hereditaria que consagrara como presidente, en otros comicios fraudulentos, a Gamal fue uno de los detonantes de la revuelta que acab¨® con las aspiraciones de Mubarak. Gamal dimiti¨® el pasado 4 como l¨ªder del gobernante Partido Nacional Democr¨¢tico, junto a la c¨²pula de este. El primog¨¦nito de la familia, Alaa, es un pr¨®spero hombre de negocios que vive en El Cairo y nunca mostr¨® aspiraciones pol¨ªticas.

Nacido en mayo de 1928 en el delta del Nilo, Mubarak entr¨® en las fuerzas a¨¦reas en 1947. El antiguo piloto de bombarderos sali¨® de la capital en helic¨®ptero pero ha declarado en sus dos ¨²ltimos mensajes a la naci¨®n que no se ir¨¢ del pa¨ªs. "Morir¨¦ en la tierra de Egipto".

Tras 300 muertos en los 18 d¨ªas que ha costado echarle del poder, seg¨²n la organizaci¨®n Human Rights Watch, parece dif¨ªcil que Mubarak no sea llevado ante la justicia. El tiempo dir¨¢ si finalmente no elige el exilio para escapar a un proceso.