La paradoja alimentaria andaluza
La dieta mediterr¨¢nea decae y la regi¨®n sufre un 30% de obesidad infantil
Uno de cada tres ni?os andaluces sufre sobrepeso u obesidad, lo que sit¨²a a la comunidad, junto con Canarias, como la regi¨®n de Espa?a m¨¢s castigada por este problema de salud p¨²blica. La acumulaci¨®n de tejido graso afecta a los j¨®venes de la regi¨®n en una proporci¨®n superior a la media europea, donde aproximadamente un 20% de los menores padece problemas de peso. En el caso de los adultos, la situaci¨®n no es mucho m¨¢s alentadora: los estudios m¨¢s recientes se?alan que el 15% de los andaluces est¨¢n por encima de su peso ideal. Adem¨¢s, la prevalencia de la enfermedad crece a un ritmo vertiginoso: un 2% anual, seg¨²n el Plan Integral contra la Obesidad Infantil de la Junta de Andaluc¨ªa.
Los estudios indican que algunos ni?os no dan ni mil pasos al d¨ªa
?C¨®mo es posible que ocurra esto en una tierra que se precia de ser la cuna de la dieta mediterr¨¢nea y de los h¨¢bitos alimentarios m¨¢s sanos del mundo occidental? Es lo que Federico Soriguer, jefe de Endocrinolog¨ªa del Hospital Carlos Haya de M¨¢laga, llama "la paradoja andaluza". Seg¨²n ¨¦l, descartada la "tentaci¨®n biologicista" de atribuir el sobrepeso andaluz a razones gen¨¦ticas, hay que buscar la respuesta en factores socioecon¨®micos -"en los pa¨ªses desarrollados la gente con m¨¢s estudios tiene m¨¢s capacidad de discriminar la informaci¨®n y sufre menos obesidad", afirma- y en el sedentarismo. "La mayor¨ªa de la poblaci¨®n es aplastantemente sedentaria. El 70% de los andaluces no hace ning¨²n ejercicio f¨ªsico tras el trabajo, y muchos de los que lo practican es por indicaci¨®n m¨¦dica, cuando el da?o ya est¨¢ hecho. Vemos gente corriendo por los parques, pero son siempre los mismos", se lamenta el especialista, que calcula que si un malague?o caminara a paso ligero una hora diaria perder¨ªa 7,3 kilos al a?o.
Los endocrin¨®logos constatan que la dieta mediterr¨¢nea est¨¢ desapareciendo en los h¨¢bitos de los andaluces. "Si comparas la dieta de un ni?o de El Palo con la de un ni?o de Liverpool, las diferencias son m¨ªnimas. La p¨¦rdida de la dieta mediterr¨¢nea, basada en las legumbres, las hortalizas, la fruta y el aceite de oliva, est¨¢ detr¨¢s del aumento espectacular de la obesidad", afirma Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Andaluza de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n. Este m¨¦dico, que fue disc¨ªpulo de Soriguer y ahora dirige el mismo departamento del Hospital Cl¨ªnico de M¨¢laga, considera que las campa?as de prevenci¨®n de la obesidad basadas en la informaci¨®n "est¨¢n superadas" y defiende "pol¨ªticas de acci¨®n" contra cierto tipo de grasas, "m¨¢s en la l¨ªnea de las aplicadas para el consumo del tabaco y el alcohol". Entre las medidas que plantea Tinahones figuran "restringir el paso a cierta boller¨ªa industrial entre los menores" o reforzar el etiquetado de los productos que se hacen llamar diet¨¦ticos.
La obesidad es algo m¨¢s que un problema est¨¦tico. El sobrepeso es un factor fundamental de la diabetes tipo II, de enfermedades coronarias y de algunos tipos de c¨¢ncer. "Algunos economistas hablan de subvencionar el consumo de frutas y verduras como forma de rebajar el gasto sanitario futuro", afirma el doctor Tinahones, que pronostica un "tsunami" de casos de obesidad: "los estudios demuestran que algunos ni?os no dan ni mil pasos al d¨ªa. No recorren ni un kil¨®metro, en los recreos no se mueven y las horas de gimnasia son pocas. Se plantea la hip¨®tesis de que la actual generaci¨®n de ni?os sea la primera del posdesarrollismo que vivir¨¢ menos que sus padres".
Frente a las pol¨ªticas "duras" de Tinahones, el doctor Soriguer defiende un cambio cultural en la forma de enfrentarse a la alimentaci¨®n. "Se trata de descubrir el valor de la frugalidad, entrenar la saciedad y mantener una serie de h¨¢bitos y liturgias ante la comida", plantea. "Hay que sentarse a comer y hacerlo despacio. Comer solo es un marcador de que se come demasiado, y hacerlo delante de la tele es peor que comer solo, porque uno ni siquiera se oye. Hay que prestar atenci¨®n a lo que se est¨¢ comiendo, incluso para disfrutar de ello", aconseja el endocrin¨®logo, que el pasado mi¨¦rcoles pronunci¨® una conferencia en el Ateneo de M¨¢laga, en la que habl¨® de la obesidad como "una met¨¢fora del modelo de vida occidental".
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