La pol¨ªtica tiene precio en Lanzarote
Los ¨²ltimos casos de corrupci¨®n suman m¨¢s de 100 imputados, con representantes de todos los partidos. Entre ellos se cuentan 11 alcaldes y ex alcaldes de la isla y familias enteras
A tenor de los ¨²ltimos acontecimientos podr¨ªa pensarse que la pol¨ªtica en Lanzarote es un polvor¨ªn, pero las apariencias enga?an. Es algo m¨¢s complejo. La ideolog¨ªa es variable como muestra lo sucedido en la ¨²ltima semana: se ha creado un nuevo partido, Opci¨®n Por Lanzarote (OPN), compuesto de socialistas descontentos, cuya primera decisi¨®n ha sido coaligarse con el Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL). Al mismo tiempo, el comit¨¦ local del PNL en Yaiza ha decidido pasarse a Coalici¨®n Canaria (CC). Para cerrar el c¨ªrculo, un concejal de Har¨ªa, de Coalici¨®n Canaria, ha decidido nutrir las filas del PNL. Estas escaramuzas no son nuevas en la isla, donde 30 cargos p¨²blicos (el 21% de un total de 138) han abandonado sus puestos en la presente legislatura. Claro est¨¢, la mayor¨ªa no lo ha hecho voluntariamente. Los dos ¨²ltimos casos de corrupci¨®n suman ya m¨¢s de 100 imputados. En la n¨®mina no faltan integrantes de todos los partidos pol¨ªticos; entre ellos, 11 alcaldes y exalcaldes. Para una isla con siete municipios, el dato no es irrelevante.
El alcalde de Yaiza est¨¢ imputado: tambi¨¦n su mujer y tres de sus cuatro hijos. El cuarto es menor de edad.
Dimas Mart¨ªn, ex presidente del Cabildo, ha sido condenado por malversaci¨®n de fondos p¨²blicos, cohecho y fraude
Quien siga de cerca la pol¨ªtica en Lanzarote hace tiempo que habr¨¢ agotado su capacidad de asombro. Es habitual que haya varios alcaldes en un mismo municipio a lo largo de una legislatura. Mociones de censura, transfuguismo, compra de votos. Y no es de extra?ar que los sumarios judiciales inunden de imputados algunas sagas familiares. Sin ir m¨¢s lejos, Jos¨¦ Francisco Reyes, alcalde de Yaiza, est¨¢ imputado por varios delitos. Su mujer y tres de sus cuatro hijos lo est¨¢n por blanqueo de capitales. El cuarto hijo se salva porque tiene menos de 10 a?os. Marido y mujer, padres e hijos, hermanos, sobrinos, la relaci¨®n familiar/imputado es inigualable. No hay nada parecido en Espa?a. Para aclararse en el confuso mapa pol¨ªtico de Lanzarote se hace necesario algo m¨¢s que un ¨¢rbol geneal¨®gico. Hace falta una br¨²jula: los cambios de afiliaci¨®n pol¨ªtica (caso de lo sucedido esta semana) forman parte del ecosistema local.
La corrupci¨®n urban¨ªstica es el argumento del deterioro pol¨ªtico. Nada que no haya sucedido en otros puntos de Espa?a. Sin embargo, ha alcanzado niveles casi insostenibles en una isla que se hab¨ªa caracterizado por su defensa de la naturaleza. Los movimientos ciudadanos, apoyados en alg¨²n caso por el artista C¨¦sar Manrique, hab¨ªan conseguido en los a?os ochenta que la isla fuera pionera en la normativa de ordenaci¨®n del territorio. Fueron a?os en los que Lanzarote irradiaba una imagen de turismo sostenible, hasta el punto de ser declarada reserva de la biosfera por la Unesco. Sin embargo, esas conquistas medioambientales fueron perdiendo fuerza bajo la presi¨®n del urbanismo: las 50.000 plazas hoteleras en 2001 se convirtieron en 72.000 en 2006. Como sucedi¨® en otros lugares, la econom¨ªa se volc¨® hacia el turismo y la construcci¨®n, de forma que, entre 1996 y 2006, la tasa de crecimiento de la poblaci¨®n ha sido 10 veces superior a la media espa?ola. En 20 a?os, Lanzarote ha duplicado sus habitantes.
Bajo esa presi¨®n, la corrupci¨®n ha hecho el resto. La isla paradis¨ªaca es un hervidero en los juzgados, con m¨¢s de 30 contenciosos que han dado lugar a sentencias que declaran ilegales la mitad de las camas hoteleras, realizadas con fondos europeos que han de devolverse. Y para remate, una responsable de la Unesco afirma en Financial Times que Lanzarote corre el riesgo de perder su t¨ªtulo de reserva de la biosfera.
Durante los noventa y los primeros a?os del nuevo siglo, Lanzarote hab¨ªa asistido a algunos esc¨¢ndalos (Operaci¨®n Yate, entre ellos) que hac¨ªan presagiar c¨®mo la vida pol¨ªtica en la isla estaba contaminada por la corrupci¨®n, pero la gran eclosi¨®n tuvo lugar d¨ªas antes del 5 de junio de 2008. Carlos Espino, consejero del Cabildo por el PSOE, se hab¨ªa mostrado muy combativo con respecto a la concesi¨®n de una ¨²nica licencia para un proyecto con m¨¢s de 1.000 viviendas denominado Costa Roja. De hecho, hab¨ªa llevado el caso a los tribunales. Es en ese contexto cuando el promotor del proyecto, Luis Lle¨®, pretende desbloquear la cuesti¨®n enviando a una tercera persona, Fernando Becerra, a convencer a Espino. O, dicho de otro modo, a pedirle precio a Espino. Para situar la cuesti¨®n en sus justos t¨¦rminos, hay que significar que Fernando Becerra es miembro de una familia con pedigr¨ª pol¨ªtico. ?l es afiliado al PP, su hermano Ubaldo es miembro del PIL y su otro hermano, Juan Carlos, es presidente del PNL. Una de tantas sagas como abundan en la isla.
Fernando le propone a Carlos Espino celebrar una reuni¨®n y le anticipa cu¨¢les son sus intenciones, pero no cuenta con que Carlos Espino acuda a la Guardia Civil y el caso entre en el Juzgado n¨²mero 5, donde hace un par de meses acaba de llegar un joven juez con ganas de trabajar, C¨¦sar Romero Pamparacuatro. Se toma entonces la decisi¨®n de que Espino acepte la reuni¨®n en su despacho para proceder a su grabaci¨®n con respaldo judicial. La cita se establece para el 5 de junio de 2008. Arranca la Operaci¨®n Uni¨®n.
Fernando acude confiado y desde el primer momento explica a Espino qu¨¦ es lo que debe hacer para desbloquear el asunto de Costa Roja. "Hombre, podemos amarrar si quieres a Coalici¨®n y al PP. A Coalici¨®n es muy f¨¢cil", le dice para tranquilizarle. La conversaci¨®n es larga y resulta esclarecedora. Fernando le recomienda a Carlos Espino que acepte un dinero (no detalla la cifra) para asegurarse un futuro tras la pol¨ªtica. Le recomienda que, mientras tanto, simule que sigue siendo un hombre modesto.
-Mira, aqu¨ª te dan ca?a cuando est¨¢s en pol¨ªtica; una vez que ya no est¨¢s, ?qui¨¦n va a decir nada? (...) Entonces t¨² est¨¢s en pol¨ªtica, t¨² debes ser un t¨ªo modesto (...) aunque tengas mil kilos. (...) Eso es un consejo que te doy, t¨² sigue haciendo lo mismo... y cuando te digan algo, pero si yo tengo el mismo coche cochambroso de siempre y la misma camisa del barato de 10 euros.
Seg¨²n avanza la conversaci¨®n, Fernando le propone otros planes, le plantea un futuro espl¨¦ndido.
-El plan general, si lo agarras t¨² eso, entonces ya te puedes retirar 10 veces, te retiras 10 veces, en una legislatura, ?eh?, cuatro a?os, un t¨ªo listo, cantidades que ni te imaginas con el plan general de Arrecife puedes trincar con una operaci¨®n de esas.
Y le aconseja c¨®mo disfrutar el dinero tras el retiro de la pol¨ªtica.
-T¨² despu¨¦s tienes que crear tu empresita, claro, hombre, mi hermano la tiene, cada uno crea su empresita, t¨² tienes la empresa privada cuando termines tu legislatura, (...) lo que sea, cualquier cosa, un peque?o restaurante, una cafeter¨ªa con un socio. Pides al banco 10 o 12 millones de pesetas, que te los dan, y ya est¨¢; pero, claro, ah¨ª t¨² tienes 400 kilos para blanquear, ah¨ª lo blanqueamos, pum pum, y vas generando beneficios, y eso ya es legal, cuando blanqueas t¨² declaras a Hacienda, pagas y todo tiene... la empresa ha generado tanto, tal, en hosteler¨ªa es muy f¨¢cil blanquear dinero porque ?cu¨¢nto vale un cortado, eh?
A lo largo de la conversaci¨®n, Fernando muestra sin reparos sus conocimientos de las alcantarillas del sistema. Est¨¢ claro que es un intermediario y se ofrece para trabajar para Espino. Da nombres, pone ejemplos, cuenta casos. No se libra ning¨²n partido.
-Es m¨¢s, te digo una cosa, esta operaci¨®n, si sale, va a salir de puta madre, ya lo ver¨¢s. Cuando t¨² te encuentres con una cosa de esas, si quieres, voy yo y lo arreglo, o sea, t¨² no tienes ni que aparecer (...). As¨ª es como lo hace todo el mundo. Mira mi hermano, jam¨¢s se ha sentado con nadie a negociar nada, jam¨¢s, nunca jam¨¢s, jam¨¢s, jam¨¢s con un empresario siendo consejero de Turismo (...). La parte extraoficial la hac¨ªa otra persona, que es la que se reun¨ªa en privado con la empresa y le dec¨ªa mire tal, tal, tal, pum, as¨ª es como se hacen las cosas.
La conversaci¨®n es un buen hilo del que comenzar a tirar. El juez tiene una lista por donde empezar y solicitar nuevas intervenciones telef¨®nicas. La madeja crece y la operaci¨®n estalla en mayo de 2009 con las primeras detenciones. Entre ellas est¨¢ la de Dimas Mart¨ªn, el gran personaje de Lanzarote, el fundador del PIL, exsenador y expresidente del Cabildo. Durante todo este tiempo, Dimas Mar¨ªn ha estado en la c¨¢rcel por otros procesos judiciales. Casi no hay operaci¨®n de envergadura en la que no est¨¦ imputado. Y desde la c¨¢rcel ha sabido mantener su extenso poder.
Pero la Operaci¨®n Uni¨®n es solo el principio. La madeja sigue dando hilo y nace la Operaci¨®n Jable. Adem¨¢s de asuntos urban¨ªsticos, hay otras cuestiones que facilitan el tr¨¢nsito del dinero de unos bolsillos a otros. La contrata de basuras, por ejemplo, donde aparece una empresa, Urbaser, cuya sede central est¨¢ en Madrid y cuyo gerente en Lanzarote, Jacinto ?lvarez, facilita una prueba de gran valor al juez: un diario.
No lo hace voluntariamente, claro. D¨ªas antes de ser detenido, alguien le avisa de que puede haber registros. El hombre toma sus precauciones y retira documentaci¨®n de su casa y su oficina. La mete en el coche y la esconde en un edificio en obras, sin caer en la cuenta de que sus pasos est¨¢n siendo vigilados. Cuando los agentes entran en su casa d¨ªas despu¨¦s, se muestra muy tranquilo. Incluso se permite hacer un corte de mangas a los fot¨®grafos que esperan en la calle cuando es introducido en un coche: pensaba que le conducir¨ªan a prestar declaraci¨®n. Su cara de sorpresa es may¨²scula cuando se da cuenta de que el veh¨ªculo policial se dirige hacia la casa en obras, en donde recopilan 27 cajas con documentaci¨®n.
Y entre esas cajas est¨¢ un diario. Por la raz¨®n que fuere, quiz¨¢ por exceso de celo, Jacinto ?lvarez hab¨ªa anotado uno por uno los regalos y entregas de dinero que hace a pol¨ªticos y funcionarios. Y adem¨¢s adorn¨® sus notas con comentarios. As¨ª, califica como "la trincona" a la alcaldesa de Arrecife, Isabel D¨¦niz. Describe c¨®mo le regala a ella un Rolex, un bolso de Louis Vuitton, un viaje para toda la familia a Marraquech, a la que acude su hermana Carolina (de nuevo las sagas familiares), juez y en esos momentos viceconsejera de Justicia del Gobierno canario. La polic¨ªa se limita a cotejar esa informaci¨®n con los locales donde se adquirieron los regalos. La prensa local facilita la tarea: el Rolex aparece omnipresente en la mu?eca de Isabel en muchos actos p¨²blicos y as¨ª lo muestran las fotograf¨ªas.
La suma de ambas operaciones, cuyos sumarios todav¨ªa conservan gran parte bajo secreto, describe con precisi¨®n el mapa de la corrupci¨®n en la isla y, sobre todo, c¨®mo no se libra del contagio ning¨²n partido pol¨ªtico. En un informe, la Guardia Civil califica al PIL como una organizaci¨®n destinada a extorsionar a los empresarios y el juez imputa a sus dirigentes por asociaci¨®n il¨ªcita. Que su l¨ªder, Dimas Mart¨ªn, estuviera en la c¨¢rcel no fue un obst¨¢culo para el partido pol¨ªtico.
Dimas Mart¨ªn merece cap¨ªtulo aparte. A pesar de su extensa biograf¨ªa penal, no ha dejado de ser el hombre m¨¢s carism¨¢tico de Lanzarote. Dimas suma cuatro condenas, que juntadas todas ellas agrupan 12 a?os de c¨¢rcel y m¨¢s de 20 de inhabilitaci¨®n. Ha sido condenado tres veces por cohecho, una por desobediencia a la autoridad, otras por malversaci¨®n de fondos p¨²blicos, fraude a la Hacienda P¨²blica y un delito contra la Seguridad Social. Est¨¢ pendiente de juicio por delito contra el patrimonio, y ahora la Operaci¨®n Uni¨®n suma en su expediente nuevas imputaciones. Su llegada a la pol¨ªtica en 1983 no pudo ser m¨¢s significativa: accedi¨® a la alcald¨ªa de Teguise gracias al voto de un tr¨¢nsfuga del PSOE. A?os despu¨¦s (a?o 2000), la tercera de sus condenas fue ratificada por el Supremo: qued¨® probado que hab¨ªa comprado el voto de un concejal del PP por 12 millones de pesetas por abstenerse en la votaci¨®n que convirti¨® en alcaldesa a una compa?era de partido.
A pesar de las condenas, Dimas Mart¨ªn consigui¨® hacerse una imagen de pol¨ªtico rebelde y evitar que el PIL perdiera vigor. Su partido ha gobernado en coalici¨®n con el PSOE o participado en pactos con otros partidos. Su estancia en la c¨¢rcel no ha ido acorde a las condenas: el Gobierno del PP lleg¨® a indultarle y los favores le han otorgado el tercer grado. De una u otra manera, decisiones procedentes de Madrid terminan salv¨¢ndole el pellejo a Dimas Mart¨ªn.
Y es Madrid la que ha vuelto a decidir sobre el futuro de estas operaciones. El juez que ha llevado estos casos (como sucediera en su momento con el juez Torres en la Operaci¨®n Malaya) estaba a la espera de un destino definitivo. Ese destino lleg¨® cuando a¨²n no hab¨ªa terminado la instrucci¨®n. Obligado a dejar el juzgado, solicit¨® una pr¨®rroga que se le concedi¨®. Tres meses. Tambi¨¦n hab¨ªa solicitado que se le adjudicara otro juez para descargarle de trabajo, petici¨®n que fue denegada. La pr¨®rroga acab¨® en septiembre y solicit¨® una nueva. El caso ha estado parado desde entonces a la espera de respuesta porque daba la impresi¨®n de que el Consejo del Poder Judicial era reticente a concederla a pesar del visto bueno del Tribunal Superior de Justicia. La respuesta lleg¨® esta misma semana: se le conceden tres meses m¨¢s y no parece que vaya a permitirse una nueva pr¨®rroga. Demasiado poco tiempo para que el juez Romero pueda seguir sus pasos hasta el final, seg¨²n los investigadores. De nuevo, un bal¨®n de ox¨ªgeno a Lanzarote, mientras el PIL sigue presente en todas las instituciones.
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