Escudos, batallas y guerra
En las primeras semanas de 2011 asistimos a una intensa reducci¨®n de los diferenciales soberanos de los pa¨ªses perif¨¦ricos de la UME. El movimiento se ha apoyado en gran medida en la expectativa de reformulaci¨®n del Fondo Europeo de Estabilizaci¨®n Financiera (FEEF). No solo en tama?o -insuficiente en opini¨®n de casi todos-, sino tambi¨¦n en los costes del rescate y en sus funciones -capacidad de comprar deuda en el mercado secundario, concesi¨®n de l¨ªneas puntuales de liquidez a pa¨ªses en situaci¨®n comprometida y de pr¨¦stamos a pa¨ªses rescatados para recomprar su deuda en el mercado-. Es decir, una expectativa de contar con un escudo m¨¢s robusto.
Sin embargo, la vuelta a las tensiones es patente desde hace unas sesiones, siendo superior en el caso de Irlanda y Portugal. La guerra se recrudece. Hay factores comunes y espec¨ªficos que permiten explicar el cambio de sentimiento. Las condiciones que el eje franco-alem¨¢n estar¨ªa exigiendo para la reformulaci¨®n del FEEF -entre otras, mayor armonizaci¨®n fiscal, desvinculaci¨®n salarial a inflaci¨®n, homogeneizaci¨®n de edad de jubilaci¨®n, prohibiciones a incurrir en d¨¦ficit p¨²blico- encuentran oposici¨®n en casi todos los Estados miembros. Sigue siendo muy dif¨ªcil refrendar con hechos concretos el compromiso verbal de avance consensuado por todos.
En entredicho queda el escudo de nuevo, y con ello, factores espec¨ªficos de cada pa¨ªs vuelven a alimentar la incertidumbre en los inversores. E incertidumbre en los mercados financieros es sin¨®nimo de exigencia de mayor prima de riesgo. Dada la ¨ªntima interacci¨®n entre ambos factores, comunes y espec¨ªficos, el deterioro en estos ¨²ltimos retroalimenta la urgencia por hallar una soluci¨®n a aquellos, y viceversa.
El reciente deterioro de condiciones macroecon¨®micas en econom¨ªas perif¨¦ricas -Portugal es un claro ejemplo- y las potenciales consecuencias del desencanto social en otras -la proximidad de elecciones en Irlanda est¨¢ elevando las voces que exigen reformular las condiciones del rescate y, lo m¨¢s inquietante, una participaci¨®n en las p¨¦rdidas por parte de los tenedores de bonos emitidos por sus bancos- son hoy principales focos de riesgo espec¨ªfico.
En Espa?a, la mejora en las condiciones espec¨ªficas deber¨ªa permitir que el desmarque del resto de la periferia perdurase. Pero es necesario que una vez que se ha mostrado al mercado el camino a seguir (cumpliendo compromisos de austeridad, reformas y acelerando la reestructuraci¨®n y saneamiento del sector financiero) no se baje el pie del acelerador ni un instante.
Y es que, aun caminando en la direcci¨®n correcta, queda mucho por hacer. Los riesgos de ejecuci¨®n en los numerosos frentes abiertos son elevados. Cualquier desviaci¨®n de la senda marcada derivar¨¢ en una mayor percepci¨®n de riesgo soberano. Finalmente, y aunque comencemos a ganar la batalla, mientras las condiciones comunes sigan sin una soluci¨®n estable a medio y largo plazo, la guerra no habr¨¢ terminado y, por tanto, seguiremos sujetos a posibles episodios de contagio con origen en la situaci¨®n de otros miembros de la UME.
Jos¨¦ Manuel Amor y Daniel Su¨¢rez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas, Afi.
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