Quiebra de modelo
La 25? edici¨®n de los Goya llega con buenas pel¨ªculas, pero con menos p¨²blico en las salas
La 25? edici¨®n de los Goya se celebra hoy en un momento particularmente delicado del cine espa?ol. No solo se trata de que el anfitri¨®n de la gala, Alex de la Iglesia, haya anunciado hace poco su dimisi¨®n como presidente de la Academia, sino que ha sido su gesto el que ha permitido ver algunas de las fisuras que existen dentro del propio sector. La decisi¨®n del realizador se produjo por su desacuerdo con la manera en que el ministerio de Cultura gestion¨® la llamada ley Sinde, destinada a proteger los derechos de autor en la Red, y a partir de ah¨ª se desencaden¨® un bochornoso espect¨¢culo.
Inicialmente el director de la Academia y la ministra de Cultura escenificaron su complicidad en la batalla contra las descargas ilegales pero, tras la torpe tramitaci¨®n de la iniciativa como un ap¨¦ndice de la Ley de Econom¨ªa Sostenible y su fracaso inicial en el Congreso, la ruptura entre ambos se produjo cuando los partidos pol¨ªticos le dieron el visto bueno en el Senado tras acordar algunos cambios. Lo que la dimisi¨®n de Alex de la Iglesia saca a la luz son las dificultades a las que se enfrenta hoy el modelo de negocio de la industria cinematogr¨¢fica. M¨¢s all¨¢ de las diferencias que puedan existir en los intereses de los distintos segmentos que forman parte de la cadena que permite que una pel¨ªcula llegue a la pantalla (realizadores, productores, exhibidores...), el verdadero quebradero de cabeza de la industria del cine espa?ol es su falta de ¨¦xito comercial. Los ¨²ltimos datos conocidos se?alan que las pel¨ªculas espa?olas han perdido 6,7 millones de espectadores y m¨¢s de 37 millones de euros de taquilla en 2010 frente a las cifras del a?o anterior.
Las cifras de la industria chocan, sin embargo, con la cada vez mayor proyecci¨®n internacional del cine espa?ol y con la buena factura y acogida cr¨ªtica de muchas de las pel¨ªculas que compiten por los Goya. Es probable que en la ceremonia de hoy se vuelva a escenificar la unidad del mundo del cine en la batalla contra la llamada pirater¨ªa de Internet. Pero convertir las descargas en el chivo expiatorio que explique los malos resultados econ¨®micos de poco va a servirle a un sector que debe reinventar su manera de hacer negocio en el marco creado por las nuevas tecnolog¨ªas. Como tantas otras industrias sostenidas en buena medida por subvenciones, el cine espa?ol no puede sortear sus responsabilidades echando balones fuera. El p¨²blico lo est¨¢ abandonando. El desaf¨ªo es recuperarlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.