ERE
Hasta 11 iniciativas en relaci¨®n con las irregularidades en los expedientes de regulaci¨®n de empleo (ERE) se abordar¨¢n en el pleno del Parlamento de esta semana. Un indicio claro de hasta qu¨¦ punto ¨¦ste esc¨¢ndalo acapara el debate pol¨ªtico. El asunto ha adquirido tal relevancia que restar¨¢ protagonismo a una de las propuestas m¨¢s ambiciosas y discutidas como es la ley de reforma del sector p¨²blico que se somete, por fin, a aprobaci¨®n. La pol¨¦mica tiene pinta de adquirir niveles no conocidos hasta ahora. Si alguien so?aba con marcar distancias con la etapa de Manuel Chaves ha encontrado precisamente en este asunto el instrumento id¨®neo. Aunque qui¨¦n sabe si ya el juguete se ha escapado de todo control.
Por tanto, mientras el ruido crece, la Junta sigue dando el visto bueno a nuevos expedientes con los que resolver conflictos tanto en Astilleros de Huelva o como en Santana Motor, de Linares. Un sorprendido consejero de Empleo, Manuel Recio, dec¨ªa d¨ªas atr¨¢s desconocer que su departamento hubiera dado luz verde al ERE de la factor¨ªa onubense. Pero, en efecto, as¨ª ha sido. Se ha cerrado con el acuerdo de todas partes implicadas y el pago de las correspondientes p¨®lizas a los trabajadores afectados ser¨¢ a trav¨¦s de Uniter, firma que junto con Vitalia, est¨¢ siendo investigada por las anomal¨ªas detectadas. Habr¨¢ que estar atentos a ver si surgen posteriormente intrusos a la hora de cobrar. Pero es que, adem¨¢s, se va a proceder de igual forma con la factor¨ªa linarense.
La Junta va a finiquitar, de una vez por todas, esta empresa automovil¨ªstica. La salida pactada con los sindicatos pasa por otro ERE y por un plan social que incluye compromisos concretos de inversiones en la zona. Otro consejero, el de Innovaci¨®n, Antonio ?vila, es el principal art¨ªfice de la soluci¨®n final adoptada. Esto es, pasar¨¢ a la historia como el liquidador de una ruinosa empresa p¨²blica, pero, al mismo tiempo, ser¨¢ el que siente las bases del futuro de este important¨ªsimo n¨²cleo industrial de Andaluc¨ªa.
Decisi¨®n, en todo caso, que resuelve definitivamente el pozo sin fondo en el que se hab¨ªa convertido el mantenimiento de una actividad que hab¨ªa dejado de ser competitiva hace mucho tiempo. Es la salida m¨¢s radical pero, al mismo tiempo, la m¨¢s honesta. El argumento de la paz social a costa de cuantiosos recursos p¨²blicos sin ton ni son debe dejar paso a nuevos planteamientos que preserven y potencien, a pesar de todo, el tejido productivo andaluz.
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