El derribo de la cuarta pared
Escena Contempor¨¢nea convierte el bar Oeste Celeste en un punto de encuentro para que actores y espectadores debatan sobre el presente del teatro
Son las cinco de la tarde del pasado domingo. Un grupo de personas apura sus cigarrillos ante la puerta del bar Oeste Celeste, en la empinada cuesta de la calle de Buenavista, en Lavapi¨¦s. Al entrar, se dirigen sin pensarlo a la ¨²ltima mesa del local: all¨ª les espera el C¨ªrculo de Espectadores, una iniciativa del festival Escena Contempor¨¢nea que pretende reunir a p¨²blico, artistas, directores y expertos en este local de aire bohemio. Los reci¨¦n llegados son los mismos que estrenaron el s¨¢bado C¨ªclido Amarillo, el director y los actores del valenciano Teatro de los Manantiales.
En la mesa hay tazas de caf¨¦, teteras de cer¨¢mica y copas de orujo de hierbas con hielo. Hablar del concepto esc¨¦nico en la actualidad es complejo. El teatro se ha colado en las galer¨ªas de arte, ha comprobado la enorme utilidad del v¨ªdeo para crear una tercera dimensi¨®n m¨¢s all¨¢ de proyectar un decorado y ha convertido las instalaciones en parte simb¨®lica de la obra teatral. "Hay que abrir la mente. Por eso no he querido poner en el cartel: pintura, teatro... y he optado por lo de artes vivas", explica Alberto N¨²?ez, director del festival. Con un caf¨¦ en la mano, N¨²?ez merodea por la sala, pero no se atreve a acercarse al punto de encuentro. "El primer d¨ªa que estuve en la reuni¨®n todos dec¨ªan que el festival iba muy bien, que todo estaba perfecto. No quiero que se corten porque est¨¦ yo delante", explica.
El festival esc¨¦nico promueve el cruce entre las distintas artes
"Hay que abrir la mente", asegura el director de esta cita esc¨¦nica
En la mesa del fondo siguen hablando sobre la escena. Ya hay unas 20 personas. Un aficionado comenta: "Muchas obras actuales parten directamente del silencio. Estamos en una sociedad con un exceso de informaci¨®n absoluto". Ximo Flores, director de Los Manantiales, alimenta su postura: "El teatro, hoy d¨ªa, a diferencia de los a?os ochenta de La Fura, no tiene por qu¨¦ hacer m¨¢s ruido. Ahora paro y reflexiono".
El debate salta a la necesidad de hacer visible el nombre del autor. Flores dice que "es necesario trabajar desde zonas de opacidad, entrar en el terreno de la invisibilidad". Los representantes del p¨²blico hablan de una deconstrucci¨®n del reconocimiento del autor en el programa de mano que "va en l¨ªnea con las tendencias pol¨ªticas de disoluci¨®n de las jerarqu¨ªas" y el auge de los movimientos an¨®nimos.
Sale en la charla la televisi¨®n. Una estudiante de teatro recuerda que "el teatro no naci¨® para entretener" y que ahora "se est¨¢ volviendo a los or¨ªgenes, al teatro como una ceremonia ritual y una reflexi¨®n de lo pol¨ªtico". "El teatro se est¨¢ televisizando, se est¨¢n cogiendo caras bonitas, apostando por temas que gustan y se est¨¢ usando como una herramienta de distracci¨®n de la mirada", le contesta el director entre la indignaci¨®n y la impotencia.
Estas reuniones se est¨¢n convirtiendo en un punto de referencia. El jueves pasado, tras la obra Photoromance, de Rabih Mrou¨¦ y Lina Saneh en La Cuarta Pared, espectadores y gente del teatro se encontraron de nuevo para comentar la revisi¨®n de los libaneses sobre la pel¨ªcula de Ettore Scola Una giornata particolare.
Un nuevo cruce entre artes que promueve este festival, y que tendr¨¢ su respuesta en la proyecci¨®n de la pel¨ªcula esta tarde en el Instituto Italiano de Cultura. "No son actividades paralelas, son partes de un todo", aclara el director de Escena Contempor¨¢nea.
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