La revuelta gana fuerza en Yemen
La rebeli¨®n contra el r¨¦gimen de Saleh se extiende y ampl¨ªa su base social
La manifestaci¨®n estudiantil contra el presidente yemen¨ª, Ali Abdal¨¢ Saleh, se convirti¨® ayer en una batalla campal cuando un somat¨¦n de sus partidarios bloque¨® el paso de los participantes en la calle de Rabat en San¨¢. Armados de palos, cuchillos y piedras, los progubernamentales atacaron a los cr¨ªticos ante la impasibilidad policial. El aumento de la represi¨®n, el mi¨¦rcoles en Ad¨¦n y ayer en San¨¢, apunta a que el r¨¦gimen empieza a sentirse contra las cuerdas ante la progresiva ampliaci¨®n de la base social de la protesta.
"A¨²n no hemos llegado al punto sin retorno, pero estamos en ello", resume Abdullah al Faqih, polit¨®logo y analista de seguridad, convencido de que "el cambio va a llegar". Similar opini¨®n expresa el jeque Mohammed Abulahoum, un destacado l¨ªder tribal y pol¨ªtico hasta ahora afiliado con el gubernamental Congreso General del Pueblo (CGP). "El r¨¦gimen a¨²n tiene una peque?a oportunidad de hacer reformas serias, pero si no las hace, van a cambiarlo", afirma. Al Faqih tiene serias dudas de que el presidente vaya a hacer concesiones.
Los partidos de oposici¨®n, por su parte, se encuentran atenazados ante la imposibilidad de rechazar el di¨¢logo que les ofrece Saleh (y que ellos reclamaban desde hace a?os) y una calle cuyas demandas desbordan con mucho su programa. "?Qu¨¦ di¨¢logo? Todo se ha hablado. Lo que queremos es ver resultados", admite Abdulwahab al Anisi, l¨ªder del islamista Islah, el principal grupo opositor. Tambi¨¦n el l¨ªder del Partido Socialista, Yasin Said Nauman, se muestra convencido de que el Gobierno solo est¨¢ tratando de ganar tiempo. "Los pasos est¨¢n claros: la salida de todos los familiares del presidente de la direcci¨®n de las fuerzas de seguridad y que todos los temas y todos los interlocutores est¨¦n en la mesa", compendia Nauman.
"Fuera, fuera, Ali", "despu¨¦s de Mubarak, Ali Abdal¨¢ Saleh", coreaba ayer una multitud de j¨®venes armados de folios y cartulinas con la palabra "vete". Enfrente, tras un doble cord¨®n policial, los leales del r¨¦gimen les amenazaban con sus palos. "Nuestra sangre, nuestra alma, por ti, Ali", clamaban bajo numerosos p¨®steres del presidente. "Nuestra sangre, nuestra alma, por ti, Yemen", respond¨ªan los estudiantes, a los que iban uni¨¦ndose otras personas de distinta condici¨®n.
Hasta que de repente, el cord¨®n policial se desvaneci¨® al tiempo que empezaba la lluvia de piedras. Muchos de los manifestantes, cuyo n¨²mero pudo acercarse al millar, empezaron a retirarse entonces. Otros optaron por devolver las pedradas. Y algunos incluso llegaron a enzarzarse en el cuerpo a cuerpo. En varias ocasiones, la polic¨ªa dispar¨® al aire para impedir que los estudiantes avanzaran sobre sus rivales. La Media Luna roja evacu¨® a por lo menos una docena de chavales con heridas en la cabeza. M¨¢s tarde, fuentes oficiales dieron cuenta de medio centenar de detenciones.
"El r¨¦gimen nos ha robado el pasado, tenemos que luchar por el futuro", declar¨® Arwa Othman, una de las escasas mujeres presentes en la manifestaci¨®n. "El presidente es un cobarde, en vez de enviar al Ej¨¦rcito env¨ªa a polic¨ªas vestidos de civil", a?adi¨® un joven. Essam, un hombre que se identifica como capit¨¢n del Ej¨¦rcito y muestra su carn¨¦ militar, confirma ese extremo: "Han sacado a delincuentes de la c¨¢rcel y los dirigen polic¨ªas de paisano". Tambi¨¦n asegura que hay oficiales que respaldan la exigencia de un cambio de r¨¦gimen. "La semana pasada coincid¨ª con un general en la manifestaci¨®n. Nos han ofrecido dinero para que no participemos, pero lo he rechazado. Quiero un Ej¨¦rcito profesional, no una milicia privada para defender a una familia".
La de ayer fue sin duda la manifestaci¨®n m¨¢s numerosa que ha tenido lugar en la capital desde la convocada por los partidos de oposici¨®n el pasado d¨ªa 3. En otras ciudades como Ad¨¦n, Ibb o Taiz la respuesta popular es a¨²n mayor, pero el bloqueo informativo hace dif¨ªcil confirmarlo. De la gravedad de lo que ocurre en el sur da una idea el que Saleh enviara a Ad¨¦n a su vicepresidente y ordenara una investigaci¨®n sobre los incidentes que el mi¨¦rcoles dejaron al menos dos muertos. Seg¨²n algunas informaciones, el Ej¨¦rcito est¨¢ patrullando por las calles de esa ciudad.
Adem¨¢s, ha empezado a ampliarse la base social de las protestas. Tras la huelga del mi¨¦rcoles de los jueces, tambi¨¦n han anunciado paros los empleados de Yemenia (la compa?¨ªa a¨¦rea nacional) y el sindicato de periodistas. Incluso en el Parlamento empieza a haber deserciones. Diecisiete diputados del CGP han formado un grupo cr¨ªtico y otros tres han devuelto sus carn¨¦s.
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