El sue?o de JRJ
La peri¨®dica aparici¨®n de textos in¨¦ditos de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez ha pasado a convertirse en una peculiar costumbre que favorece de alg¨²n modo la evaluaci¨®n general de la poes¨ªa espa?ola contempor¨¢nea. Nada m¨¢s acorde con la insaciable, vehemente voluntad creadora del poeta que ese c¨®mputo consecutivamente acrecentado de su "Obra". Es lo que viene a refrendar de nuevo este Arte menor (Ediciones Linteo), preparado y editado por Jos¨¦ Antonio Exp¨®sito Hern¨¢ndez con puntual solvencia cr¨ªtica. El libro puede considerarse en puridad in¨¦dito, al menos nunca fue publicado como tal volumen independiente, y en ¨¦l se re¨²nen 142 poemas breves, de los que 43 se publican ahora por primera vez, con lo que la edici¨®n adquiere un manifiesto rango de primicia. Sin duda que este nuevo incremento del caudal po¨¦tico juanramoniano corrobora una vez m¨¢s lo consabido: esa dedicaci¨®n sacral, ese obstinado, exaltado, incesante trabajo creador que hizo posible que sigan sum¨¢ndose -todav¨ªa- nuevas aportaciones al poco menos que abrumador registro de poemas que van de Rimas (1902) a Espacio (1954), dando por preteridos -como arbitr¨® el autor- Ninfeas y Almas de violeta (1900).
Junto a canciones de sencilla tonalidad descriptiva, no faltan atisbos de penetraci¨®n en lo absoluto
El poeta se anticipa a la rehabilitaci¨®n de G¨®ngora promovida por D¨¢maso Alonso y secundada por los restantes poetas del 27
El libro puede considerarse en puridad in¨¦dito, nunca fue publicado como tal volumen independiente
Anuncia ese designio po¨¦tico esencial que va a ir acrecentando su potencia a partir de 'Diario de un poeta...'
Dentro de esa laber¨ªntica red de r¨ªos y afluentes que suele agobiar a los investigadores de la poes¨ªa juanramoniana, la presente edici¨®n tambi¨¦n reclama por eso la gratitud. Resultan de veras meritorios los esfuerzos llevados a cabo por esa media docena de expertos en Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, entre los que Jos¨¦ Antonio Exp¨®sito Hern¨¢ndez ocupa un lugar eminente, para normalizar tan extraordinario corpus po¨¦tico, siempre sujeto a ordenaciones y reordenaciones consecutivamente sometidas a nuevos planteamientos parciales o generales. "?Qu¨¦ lucha, en m¨ª, entre lo completo y lo perfecto!". Resulta tambi¨¦n de lo m¨¢s llamativo que un poeta que afirm¨®, con singular pedagog¨ªa est¨¦tica, que "escribir poes¨ªa es aprender a llegar a no escribirla", se dedicara con excluyente avidez a una elaboraci¨®n tan sistem¨¢ticamente inabarcable de su "Obra".
Arte menor, datado en 1909, se sit¨²a cronol¨®gicamente en el ¨¢mbito inicial de la obra po¨¦tica de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, all¨ª donde se acent¨²a un lirismo de claro linaje popular, como desglosado de alg¨²n cancionero an¨®nimo andaluz, oriundo en sus mejores momentos de cierto modernismo a¨²n contaminado de seducciones rom¨¢nticas. Dentro de los mismos nutrientes sentimentales que comparecen, por ejemplo, en Las hojas verdes (1906) o Baladas de primavera (1907), Arte menor prolonga una id¨¦ntica estrategia ret¨®rica, pero tambi¨¦n anuncia ocasionalmente ese designio po¨¦tico esencial que va a ir acrecentando su potencia reflexiva a partir de Diario de un poeta reci¨¦n casado (1916). A medio camino entre la canci¨®n de cu?o tradicional y una depurada interiorizaci¨®n de la naturaleza, Arte menor se integra en una de las m¨¢s can¨®nicas fases de la poes¨ªa de Juan Ram¨®n, que tambi¨¦n fue, con toda probabilidad, la que m¨¢s notoriamente afect¨® a los modales neopopularistas del 27, en particular a los de Lorca y Alberti. Junto a canciones de sencilla tonalidad descriptiva, no faltan lo que podr¨ªan ser atisbos, perfiles a¨²n inciertos de esa conciencia de penetraci¨®n en lo absoluto que regula la m¨¢s visionaria ruta po¨¦tica de Juan Ram¨®n. Todav¨ªa estaba lejos lo que constituye su normativa magistral: la subordinaci¨®n del pensamiento l¨®gico a la intuici¨®n iluminadora. En todo caso, lo que m¨¢s abundan aqu¨ª son las composiciones de com¨²n aire popular, tan livianas a veces que dudo que su autor las hubiese salvado de un escrutinio de pocos a?os despu¨¦s. Siempre se tiene la sospecha de que los textos -los "borradores silvestres"- que por una u otra raz¨®n permanecieron in¨¦ditos se debe a que su autor no deseaba verlos publicados.
Jos¨¦ Antonio Exp¨®sito Hern¨¢ndez, avezado especialista en la obra juanramoniana, ha indagado en aquellos archivos documentales que mejor pod¨ªan acreditar que este libro alcanzara la condici¨®n de impecable. Y, en efecto, la estructura de la presente versi¨®n de Arte menor coincide rigurosamente con la que su autor previ¨®, de acuerdo con los borradores ahora desempolvados. La fijaci¨®n de los textos y la enumeraci¨®n minuciosa de variantes, as¨ª como los ap¨¦ndices de documentos, ¨¢lbumes y notas, enriquecen de manera notable la edici¨®n, que mantiene las cinco secciones en que dividi¨® el propio Juan Ram¨®n el libro y figuran en distintas antolog¨ªas, esto es: 1: Cancioncillas, 2: El jardinero sentimental, 3: Quinta cuerda, 4: M¨²sica en la sombra y 5: Los rincones pl¨¢cidos. Entiendo que la m¨¢s completa edici¨®n de este libro publicada con anterioridad a la que ahora comento es la de Francisco Garfias (Libros in¨¦ditos de poes¨ªa, 1, Aguilar, 1964). He cotejado ambas ediciones y las diferencias son notorias, no s¨®lo por la ordenaci¨®n general de los textos -algunos de dudosa pertenencia a Arte menor- sino por el n¨²mero de poemas incluidos, que en el caso de Garfias son justamente 59, esto es, 83 menos, contando con los in¨¦ditos, que los reunidos por Exp¨®sito Hern¨¢ndez.
La lectura -o relectura- de este libro nos devuelve a un tramo de la poes¨ªa de Juan Ram¨®n que acaso pudo quedar un poco desvanecido por el poderoso aparejo intelectual que determina la plenitud "¨¦tica-est¨¦tica" de Animal de fondo, Dios deseado y deseante y En el otro costado, donde figura Espacio, uno de los grandes poemas de las literaturas europeas medioseculares. Nada de eso debe restringir, sin embargo, el placer del reencuentro con unas canciones y romances donde se articula un modelo l¨ªrico de exacerbada delicadeza, de espont¨¢nea desnudez, conectado con ese "idealismo krausista" a que se refiere sagazmente Exp¨®sito Hern¨¢ndez en su 'Introducci¨®n' y que el propio Juan Ram¨®n no tard¨® en dar por extinguido. En esas composiciones de "arte menor" hay versos muy h¨¢biles -muy sutiles- de s¨®lo una, dos o tres s¨ªlabas, aunque a veces se ensanchen hasta el eneas¨ªlabo o el endecas¨ªlabo, una peculiaridad que, seg¨²n dictamina el poeta en la nota que encabeza el libro, "no creo que rompan con su r¨¢pida aparici¨®n el ritmo fugitivo y entrecortado de una cancioncilla". Yo creo que incluso lo mejoran.
Juan Ram¨®n Jim¨¦nez fue elaborando las canciones de Arte menor a su regreso a Moguer, hacia 1905, despu¨¦s de haber superado en parte la hiperestesia tras su paso por sendos sanatorios de Burdeos y Madrid. Ten¨ªa entonces 25, 26 a?os. El retorno a aquellos escenarios nativos que nunca dejar¨ªan de alojarse en su memoria estimula en el poeta el gusto por las identificaciones campesinas. Es el mundo expresivo, aunque con otros ecos, que se afianza en Pastorales (1905), en Poemas m¨¢gicos y dolientes (1908), y es tambi¨¦n la manifestaci¨®n de una sensibilidad, por momentos quejumbrosa, superpoblada de vagos registros melanc¨®licos, de jardines y penumbras, lunas y fuentes. La experiencia del poeta se centra de modo absorbente en ese recuento de la intimidad cotidiana de Moguer, vali¨¦ndose para ello de una decidida vinculaci¨®n con los reflujos de los cancioneros populares.
Considero de lo m¨¢s significativo el hecho de que Arte menor est¨¦ dedicado "a la memoria permanente de don Luis de G¨®ngora y Argote, ¨²nico ¨¦tico est¨¦tico de nuestro pasado, se?or y due?o de las Pi¨¦rides". En las fechas en que se escribi¨® este libro -primeros ocho o nueve a?os del siglo XX- los poemas mayores de G¨®ngora a¨²n continuaban siendo vituperados por la cr¨ªtica literaria al uso, con Men¨¦ndez Pelayo erigido en el m¨¢s virulento denostador del "¨¢ngel de las tinieblas". Juan Ram¨®n se anticipa en este sentido a la rehabilitaci¨®n del autor de las Soledades promovida por D¨¢maso Alonso y secundada por los restantes poetas del 27. Que veinte a?os antes de ese rescate se pronunciara el autor de Arte menor reafirmando su devoci¨®n por G¨®ngora, es desde luego un episodio ciertamente revelador. Supone al menos una evidencia m¨¢s de la perseverante asimilaci¨®n de las avanzadas est¨¦ticas que trasmiti¨® Juan Ram¨®n Jim¨¦nez al cont¨ªnuum de su poes¨ªa.
Arte menor. Juan Ram¨®n Jim¨¦nez. Edici¨®n cr¨ªtica, introducci¨®n y notas de Jos¨¦ Antonio Exp¨®sito Hern¨¢ndez. Ediciones Linteo. Ourense, 2011. 372 p¨¢ginas. 25 euros.
Seducciones rom¨¢nticas
IV
Lamentos del d¨¦bil
?Para nada sirven / mis piernas!
?A qu¨¦ rosas de oro / me llevan?
?El cielo est¨¢ azul, / y yerran
esencias de pri- / mavera!
Caminos dorados / se alejan,
hay r¨ªos, con naves / que sue?an,
hay p¨¢jaros verdes / que vuelan,
hay brisas de m¨²sica / y seda...
Existe ya todo, / se acercan
los mundos, ?a todo / se llega!
... Ni rosas, ni carnes, / ni estrellas...
?Para nada sirven / mis piernas!
X
?Luna en el d¨ªa, / pluma de seda, /
pecho de diosa, / mano de reina!
?Oh, luna blanca!, / que en la turquesa / del cielo claro, / dormida, sue?as;
que, tras los parques / con sol, esperas / la brisa malva / que te despierta
-silencio vago, / violeta fresca / que abre el crep¨²sculo / sobre la tierra-
...
Luna son¨¢mbula, / princesa de pena, / casi sin luz, / casi deshecha;
?Oh, vida m¨ªa! / ciega azucena, /
luna sin luz, / ninfa viajera...
Poemas de linaje popular
V
Pensando en una mujer malsana de Leo Putz.
B?cklin
?Piernas redondas, / culebras blancas, / bajo la seda / gris de la falda!
Os enrosc¨¢is, / crudas y blandas, /
en fr¨ªas fiebres / de olas malsanas.
Sois un redondo / mont¨®n de ansias, / sirenas verdes / de sangre p¨¢lida.
?Oh, piernas fr¨ªas, / carne de agua, / muslos marinos / llenos de algas...!
?Piernas de lago, / culebras blancas / bajo la seda / gris de la falda!
X
?Aguas serenas / del azul puro, /
en el encanto/ del plenilunio!
?Finos diamantes / sobre el difuso /
jard¨ªn doliente! / ?brisas de mundos!
?Jazmines p¨¢lidos, / que al oscuro /
viento, so?¨¢is / vuestros nocturnos!
?Playas sin nombre, / viajes confusos / por rosas granas, / entre petunios!
Ritmos de seda, / hervores ¨²nicos, /
arrobamientos... / los ojos h¨²medos...
Calma... silencio... / s¨®lo lo m¨²sico, / lo perfumado, / o lo errabundo...
?Ondas eternas / del azul puro, /
en la nostalgia / del plenilunio!
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