De se?orito a se?or
Primera andanada: "La voz que habla en sus poemas est¨¢ siempre a favor de las propias emociones, y ¨¦sa es la marca indeleble del poeta menor". Segunda: "A una excepcional capacidad para sentirse a s¨ª mismo, JRJ un¨ªa una excepcional incapacidad para verse en relaci¨®n con los dem¨¢s y en relaci¨®n consigo mismo. Quiz¨¢ por ello, en la vileza instintiva de sus arremetidas contra otros poetas -Machado, Salinas, Guill¨¦n, Lorca, Aleixandre y Neruda- nunca le embarg¨® el pudor de disimular lo que en ¨¦l hab¨ªa de pelendr¨ªn, de mezquino y malicioso se?orito de casino de pueblo de Huelva". Las palabras con las que Jaime Gil de Biedma despach¨® a Juan Ram¨®n Jim¨¦nez en 1981 han sido durante largo tiempo el resumen de la actitud de muchos -y a veces muy grandes- poetas espa?oles hacia la obra del premio Nobel de 1956.
Si esas palabras son el resumen, el s¨ªmbolo es Veinte a?os de poes¨ªa espa?ola (1939-1959), la antolog¨ªa que Jos¨¦ Mar¨ªa Castellet public¨® en 1960 y reedit¨® ampliada un lustro m¨¢s tarde como Un cuarto de siglo de poes¨ªa espa?ola (1939-1964). Ambas selecciones contribuyeron a la consagraci¨®n de la brillante generaci¨®n de los a?os cincuenta y, de paso, certificaron el olvido al que se somet¨ªa a JRJ Aunque algunos autores, como Francisco Brines, nunca dejaron de reconocer su deuda con el poeta de Moguer, la tendencia dominante de la ¨¦poca prefiri¨® como maestro a Antonio Machado. Como si no cupiera m¨¢s que uno.
El triunfo del realismo de ¨¦ste frente al simbolismo de aqu¨¦l trazaba en brocha gorda un panorama bipolar. Con el tiempo, y sin necesidad de prescindir de Machado, el p¨¦ndulo volvi¨® a iluminar a Juan Ram¨®n m¨¢s all¨¢ de Platero y yo, cuando los lectores de a pie se encontraron con dos revelaciones en forma de libro: La estaci¨®n total con las canciones de la nueva luz (Tusquets, 1994) y el volumen L¨ªrica de una Atl¨¢ntida (Galaxia Gutenberg/C¨ªrculo de Lectores, 1999). El primero era un poemario de 1946 cuya recuperaci¨®n corri¨® a cargo del poeta Vicente Valero. El segundo, preparado por Alfonso Alegre Heitzmann, reun¨ªa cuatro libros escritos entre 1936 y 1954: En el otro costado, Una colina meridiana, Dios deseado y deseante y De r¨ªos que se van.
Espa?a se pon¨ªa as¨ª al d¨ªa con el JRJ del exilio, el m¨¢s metaf¨ªsico, y los poetas comenzaban a reivindicar su obra. Lo hicieron una vez m¨¢s los juanramonianos de siempre -el propio Brines, Tom¨¢s Segovia, Andr¨¦s Trapiello, Antonio Colinas- y empezaron a hacerlo los, por entonces, j¨®venes como Carlos Marzal, Vicente Gallego o el mismo Vicente Valero.
La labor de los herederos y de los eruditos hizo el resto. As¨ª, en los ¨²ltimos a?os no han dejado de editarse y reeditarse hitos como el primer tomo de la correspondencia de JRJ, ?lbum o Guerra en Espa?a y de publicarse in¨¦ditos que dorm¨ªan en sus archivos como Libros de amor, La frente pensativa o, ahora, Arte menor. En primavera aparecer¨¢ el segundo tomo de las cartas. En 2012 lo habr¨¢ un nuevo in¨¦dito: Monumento de amor.
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