El canon de la venganza albanesa
Joshua Marston es un director californiano bastante at¨ªpico por su vocaci¨®n de n¨®mada, por ambientar los argumentos de sus pel¨ªculas en culturas, personajes, ambientes e idiomas que supuestamente le quedan lejanos. En la primera que hizo, Mar¨ªa, llena eres de gracia, narraba de forma escalofriante la historia de varias mujeres colombianas contratadas como burras ciegas para transportar la droga dentro de su cuerpo. Todav¨ªa recuerdo con sudores largas y tensas secuencias que se desarrollan en un avi¨®n, mostrando el pavor de las camellitas a que una de esas c¨¢psulas se desparrame por su organismo.
En su segunda pel¨ªcula The forgiveness of blood, el sorprendente Marston se ha trasladado a las monta?as de Albania, ese pa¨ªs del que los extranjeros sabemos poco, baluarte durante mucho tiempo del comunismo ultraortodoxo en una sociedad con huellas de subdesarrollo. Pero el prop¨®sito de Marston no es hacer un an¨¢lisis pol¨ªtico del derrumbe de esos esquemas, sino hablarnos de sus leyes ancestrales y los rituales de sangre en un canon protagonizado por la venganza. Ocurre en las disputas entre clanes familiares en las que se produce la muerte de alguno de sus miembros. Si el asesino huye, toda la familia de este deber¨¢ recluirse a perpetuidad en casa hasta que se pague la deuda de sangre. De la supervivencia econ¨®mica de la familia se encargar¨¢n las mujeres, ya que cualquier var¨®n joven o viejo ser¨¢ asesinado si abandona los l¨ªmites de esa casa.
Fatalismo
Marston describe con poderosa sensaci¨®n de verdad esa historia que ocurre ahora aunque sus or¨ªgenes y su nunca abolida pr¨¢ctica desprendan hedor medieval. El atroz costumbrismo, la ruina a la que est¨¢n condenados tantos inocentes, la incomprensi¨®n de los ni?os ante las razones de ese horror que les obliga a enclaustrarse, est¨¢ descrito con una expresividad, un realismo y un sentimiento fatalista que llegan a hacer da?o. Es una pel¨ªcula tan extra?a como perturbadora. Y te preguntas cu¨¢l ser¨¢ el ex¨®tico mundo que este director recrear¨¢ en su siguiente proyecto.
Unknown la dirige el catal¨¢n Jaume Collet-Serra, pero todo en ella lleva el sello del Hollywood m¨¢s aparatoso y previsible, de las siempre ruidosas y taquilleras producciones de Joel Silver. El director hace con solvencia su trabajo, pero el gui¨®n no se priva de ning¨²n disparate. Es un soporte innecesario para exhibir sin desmayo persecuciones de coches y peleas. El arranque te despista, ya que recuerda poderosamente al de Fren¨¦tico. Sucesivamente la fuente de inspiraci¨®n es la muy atractiva saga de Jason Bourne. Estas referencias tan prestigiosas se quedan en la epidermis. A la media hora todo te suena para mal a visto y o¨ªdo, a enigmas resueltos a capricho, a espect¨¢culo trivial en el que resulta imposible encontrar algo coherente. Que esta pel¨ªcula figure en la pretendidamente art¨ªstica secci¨®n oficial de la Berlinale debe de obedecer a que la aventura de ese bioqu¨ªmico norteamericano que sufre una peligrosa amnesia a ra¨ªz de un accidente se desarrolle ¨ªntegramente en Berl¨ªn. Tambi¨¦n habr¨¢n deducido los generosos programadores que un thriller y toneladas de acci¨®n nos relajar¨¢n tras 10 d¨ªas visionando dramas y presunto cine de autor. Se agradecen sus intenciones, pero la elecci¨®n pod¨ªa haber estado m¨¢s cuidada.
Mi ¨²nico inter¨¦s ante Unknown era la posibilidad de observar de cerca a una de sus protagonistas, la actriz January Jones, la se?ora que interpreta a la rubia, turbia, sexy e inquietante esposa de Don Draper en Mad men. Pero la muy cauta no se ha presentado en la rueda de prensa. Tal vez oli¨¦ndose que su magnetismo funciona mucho mejor en esa extraordinaria serie de televisi¨®n que en el olvidable personaje que le han ofrecido en esta pel¨ªcula.
![El director Joshua Marston fotograf¨ªa a Sindi Lacej y Tristan Halilaj.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/A5VS4AXRHROYGOGW7ON7M2PVSY.jpg?auth=f3a066ede50b190d87be4b69de1c1b47b605f86e16d3df8fd2f51f9070bdeaaa&width=414)
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