Una diplomacia falta de reflejos
"En demasiadas ocasiones nuestra prudencia ha significado benevolencia con los tiranos". La ministra de Defensa, Carme Chac¨®n, hizo esta sorprendente confesi¨®n hace una semana en un mitin en Puertollano, horas despu¨¦s de la ca¨ªda del egipcio Hosni Mubarak y cuando se cumpl¨ªan cuatro semanas del derrocamiento del tunecino Zine el Abidine Ben Ali.
El Gobierno espa?ol no se signific¨® especialmente en su apoyo a Mubarak, aliado privilegiado de Estados Unidos, pero s¨ª en el brindado al r¨¦gimen de T¨²nez. Los diplom¨¢ticos tunecinos consideraban que en la Uni¨®n Europea contaban con un valedor tradicional, Francia, y uno de nuevo cu?o, Espa?a. Italia era tambi¨¦n un amigo fiel, pero sus vaivenes internos le imped¨ªan concentrarse en lo que a ellos les importaba.
Prueba del af¨¢n espa?ol por ayudar a Ben Ali son, por ejemplo, los esfuerzos ¨ªmprobos del secretario de Estado para la UE, Diego L¨®pez Garrido, por conseguir para T¨²nez, durante la presidencia espa?ola de la Uni¨®n, esa relaci¨®n privilegiada llamada "estatuto avanzado". La maltrecha oposici¨®n al r¨¦gimen ped¨ªa entonces a gritos que Europa "no premiase al dictador".
Horas antes de que Ben Ali huyese de T¨²nez, el 14 de enero, el Ejecutivo public¨® un comunicado saludando "las medidas anunciadas por el presidente tunecino (...), que marcan la l¨ªnea adecuada". Ahora que T¨²nez est¨¢ en transici¨®n hacia una democracia, el Gobierno espa?ol no parece tan presto a secundarle en el proceso.
El primero en dejar claro su respaldo fue el presidente Barack Obama, que ya en enero envi¨® a T¨²nez a su secretario de Estado adjunto para Oriente Pr¨®ximo, Jeffrey Feltman. Despu¨¦s, en febrero, viaj¨® hasta all¨ª el secretario del Foreign Office, Wiliam Hague, que modific¨® para eso su gira por Oriente Pr¨®ximo.
El tercero en presentarse en T¨²nez fue el ministro de Exteriores alem¨¢n, Guido Westerwelle. Fue el m¨¢s generoso en sus elogios a una revoluci¨®n "que puede ser un ejemplo para otros pa¨ªses del mundo ¨¢rabe" y en su disposici¨®n a cooperar. Anunci¨® la puesta en marcha de un fondo de "promoci¨®n de la democracia" de tres millones de euros y otro medio mill¨®n para becas a tunecinos. La ¨²ltima en llegar a T¨²nez fue, el martes, Catherine Ashton, la Alta Representante de la UE.
Francia, la antigua potencia colonial que tiene mucho que hacerse perdonar, no envi¨® a ning¨²n ministro, pero la jefa de su diplomacia, Mich¨¨le Alliot-Marie -cuyas vacaciones en T¨²nez han abierto una crisis en el Gobierno de Sarkozy-, s¨ª invit¨® a Par¨ªs a su hom¨®logo tunecino, Ahmed Abderraouf, que despu¨¦s dimiti¨®. Enfadado con las nuevas autoridades de T¨²nez por su supuesta laxitud con la emigraci¨®n ilegal, el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, no planea ninguna visita.
Si se except¨²a a Italia, el ¨²nico pa¨ªs europeo de peso e impulsor de la pol¨ªtica mediterr¨¢nea que no ha hecho un gesto con el nuevo T¨²nez es Espa?a. La ministra de Exteriores, Trinidad Jim¨¦nez, efectu¨® a principios de mes una minigira amputada -renunci¨® a pisar Egipto y Gaza- a Oriente Pr¨®ximo, pero no incluy¨® T¨²nez. A su regreso afirm¨® que Espa?a puede jugar un papel "muy ¨²til" para que Israel y Palestina retomen el di¨¢logo. ?No puede tambi¨¦n ser ¨²til en la transici¨®n tunecina?
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