Vuelve la pesadilla
Nueva Rumasa, al borde de la quiebra, segu¨ªa las mismas pr¨¢cticas da?inas de la vieja
Veintiocho a?os despu¨¦s de la expropiaci¨®n de Rumasa, Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos amenaza con provocar otra grave crisis empresarial, llev¨¢ndose por delante el dinero de los inversores que c¨¢ndidamente suscribieron sus pagar¨¦s de empresa de Nueva Rumasa (m¨¢s de 5.000) y unos 10.000 empleos repartidos por sus 117 empresas, gestionadas todas ellas desde una caja ¨²nica. Ruiz-Mateos ha repetido en Nueva Rumasa las ma?as de la vieja: pagar¨¦s sin solvencia, trasvase alocado de fondos desde unas empresas a otras y el truco cl¨¢sico de las emisiones de capital que se utilizan para pagar pr¨¦stamos o emisiones anteriores. Resultado: 10 de las mayores empresas del grupo est¨¢n en presuspensi¨®n de pagos, los suscriptores de pagar¨¦s al 8% corren el riesgo de perder su dinero, los empleados denuncian el impago de las n¨®minas para convertirse en acreedores y el patriarca Ruiz-Mateos ha vuelto a las bufonadas ofensivas, siempre presto a culpar de todo a otros (a la banca y al Gobierno, naturalmente).
Del nuevo desastre de Ruiz-Mateos se deducen algunos hechos incontrovertibles. Los potenciales inversores en los pagar¨¦s de Nueva Rumasa fueron repetidamente advertidos (hasta siete veces) por la CNMV del riesgo que corr¨ªan. Los precedentes de la vieja Rumasa eran motivo de alarma suficiente para no comprometer los ahorros en los castillos de naipes del empresario jerezano.
Falta por averiguar cu¨¢l es el riesgo de bancos y cajas con Nueva Rumasa. Convendr¨ªa saber adem¨¢s qu¨¦ tipo de cualificaci¨®n crediticia se adjudic¨® a las aventuras empresariales del empresario jerezano. Ser¨ªa ir¨®nico que mientras empresas peque?as, pero solventes, no consiguen un cr¨¦dito de 50.000 euros para sobrevivir, la tramoya empresarial de Ruiz-Mateos hubiese contado con financiaci¨®n preferente.
La expropiaci¨®n de Rumasa en 1983 resumi¨® el deseo pol¨ªtico de librar al sistema econ¨®mico de pr¨¢cticas da?inas para los accionistas y los ahorradores. La Nueva Rumasa es una prueba m¨¢s (recu¨¦rdese el caso Afinsa) de que aquellas pr¨¢cticas no han sido extirpadas. Para extinguirlas quiz¨¢ sea necesario crear una agencia que defienda al consumidor de servicios financieros. Pero lo imprescindible es que los inversores no coloquen su dinero en inversiones no verificadas por la CNMV. Ese es el primer paso, todav¨ªa no superado, de la alfabetizaci¨®n financiera.
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