Obama y el ajuste
Obama ha presentado los Presupuestos del a?o fiscal 2012, que en EE UU comienzan el 1 de octubre del ejercicio anterior. La novedad m¨¢s subrayable es que son los primeros de este presidente en los que predomina una reducci¨®n del gasto, aunque no tanta como exigen sus oponentes. Los dem¨®cratas, que han sufrido una muy dura recesi¨®n de dos a?os y medio, en la que se perdieron ocho millones de empleos, buscan el equilibrio entre la vuelta a la ortodoxia fiscal y evitar una reca¨ªda en el crecimiento que traslade m¨¢s parados al ej¨¦rcito de reserva. Aunque ha previsto un crecimiento del 3,6% del PIB en 2012, la creaci¨®n de empleo en enero pasado fue muy t¨ªmida (36.000 personas, la cifra m¨¢s baja en cuatro meses y cuatro veces menos de lo pronosticado).
Los dem¨®cratas quieren encontrar un equilibrio entre la reducci¨®n del d¨¦ficit fiscal y el est¨ªmulo al crecimiento
El d¨¦ficit fiscal asciende ahora en EE UU a casi un 11% de su PIB. El director de la Oficina del Presupuesto de la Casa Blanca, Jack Lew, ha declarado que el plan de reducci¨®n supondr¨¢ un ahorro de un bill¨®n de euros (la producci¨®n de un pa¨ªs como Espa?a en todo un a?o) de aqu¨ª a 2021. Pero, como dec¨ªa Keynes, a largo plazo todos muertos. M¨¢s significativa es la secuencia inmediata: entre 2011 y 2012 se prev¨¦ una reducci¨®n del d¨¦ficit fiscal de cuatro puntos, y para 2015, volver a la senda de un 3% m¨¢ximo de desequilibrio fiscal. Es decir, dos a?os m¨¢s de flexibilidad para volver a la "normalidad" fiscal de los que se ha dotado Europa, cuyos pa¨ªses tienen que llegar a ese objetivo en 2013.
Ello significa que la principal parte del ajuste comienza ahora en EE UU, cuando el pa¨ªs ya ha recuperado el crecimiento. Esos cuatro puntos -del 11% al 7%- se pretenden lograr con una reducci¨®n del gasto y un incremento de los ingresos. Lo m¨¢s significativo es la composici¨®n de esas dos partidas: se van a tocar gastos sociales de segunda magnitud por su volumen (subsidios a la calefacci¨®n de los hogares m¨¢s desfavorecidos, becas, ayudas a instituciones educativas afroamericanas, programas ambientales secundarios, etc¨¦tera) y el presupuesto de Defensa, pero no se va a sacrificar el grueso del peculiar Estado de bienestar americano (ayudas a los jubilados, mayores de edad y pensiones) y los cap¨ªtulos dedicados a educaci¨®n, infraestructuras, innovaci¨®n y energ¨ªas renovables. Los mayores ingresos llegar¨¢n por el incremento de los impuestos a las rentas m¨¢s altas y el recorte de exenciones fiscales a la compra de viviendas.
Esto es lo que pretende Obama, pero es dif¨ªcil que se aproxime a lo que ocurra dada la correlaci¨®n de fuerzas entre dem¨®cratas y republicanos en el Congreso. Estos ¨²ltimos pretenden reducciones m¨¢s fuertes del d¨¦ficit p¨²blico y la historia remite a las tremendas dificultades de este tipo de negociaci¨®n. Por ejemplo, los Presupuestos de 2011 todav¨ªa no han sido aprobados y la Administraci¨®n de EE UU gasta en una especie de excepci¨®n legislativa. Si no se llegase a un acuerdo, se podr¨ªa volver a los tiempos de Clinton en los que se paraliz¨® la actividad estatal.
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