Los que quedan del golpe
Armada escribe sobre Jovellanos. Tejero se prodiga poco. Pardo Zancada se ha vuelto un defensor de la Constituci¨®n. Cortina, que fue absuelto, es un exitoso empresario
Un civil y 32 militares fueron procesados por el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Solo tres fueron absueltos. Uno de los implicados, el entonces capit¨¢n de la Guardia Civil Gil S¨¢nchez Valiente, huy¨® de Espa?a dos d¨ªas despu¨¦s de la intentona, en circunstancias nunca aclaradas, y no regres¨® hasta abril de 1987. Fue condenado a dos a?os de prisi¨®n y expulsado del cuerpo por abandono de destino. Una quincena de oficiales del Ej¨¦rcito y de la Guardia Civil recibieron condenas de uno a tres a?os de c¨¢rcel, con lo que pudieron reincorporarse a sus puestos sin mayores problemas. De los protagonistas de la intentona, han fallecido ya Jaime Milans del Bosch, Luis Torres Rojas, Jos¨¦ Ignacio San Mart¨ªn, Diego Ib¨¢?ez Ingl¨¦s y Pedro Mas Oliver. Tambi¨¦n han muerto otros dos personajes menos relevantes de los que se habl¨® mucho: el capit¨¢n de nav¨ªo Camilo Men¨¦ndez Vives y el civil Juan Garc¨ªa Carr¨¦s.
"Me limit¨¦ a obedecer en todo al general Gabeiras. Esa noche no me despegu¨¦ de ¨¦l", dice el exgeneral Armada
Dicen que Cortina lee con morbosa curiosidad todos los libros del 23-F, y le parecen aut¨¦nticas "novelas" inexactas
"Cuando mi padre quiera hablar ya les llamar¨¢ a ustedes", dice Ram¨®n, el hijo sacerdote de Antonio Tejero
En una carta abierta a San Gil, en 2006, Pardo se declara favorable a que la acci¨®n pol¨ªtica recaiga en la sociedad civil
Los supervivientes del n¨²cleo duro del golpe, el exgeneral Alfonso Armada, el ex teniente coronel Tejero y el excomandante Pardo Zancada, viven en Madrid dedicados a sus familias numerosas, y siguen defendiendo que fueron enga?ados o injustamente castigados. Parad¨®jicamente, el entonces comandante del Cesid Jos¨¦ Luis Cortina Prieto, absuelto de todos los cargos, no se reincorpor¨® al servicio de informaci¨®n.
?Alfonso Armada Comyn
El aristocr¨¢tico exgeneral del Ej¨¦rcito, marqu¨¦s de Santa Cruz de Ribadulla, acaba de cumplir 91 a?os de edad (el 12 de febrero) y, pese a su delicada salud, lleva una vida social bastante activa. Contesta al tel¨¦fono con amabilidad y responde a todas las preguntas. En persona, sin embargo, Armada es cortante y escueto. Un jueves de febrero llega, a bordo de un taxi, a la sede de la Santa, Pontificia y Real Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid, una instituci¨®n de 1705 a la que pertenecen tambi¨¦n los Reyes. De hecho, fue en el refugio, como lo denomina coloquialmente, donde vio a don Juan Carlos por ¨²ltima vez, "har¨¢ siete u ocho a?os". Armada, un anciano enjuto y consumido, vestido con abrigo oscuro, acude a una reuni¨®n del patronato de la instituci¨®n y a una misa. Todos le saludan con respeto. "Mi general", "don Alfonso, cu¨¢nto tiempo sin verle". Armada no quiere posar para el fot¨®grafo en el interior del edificio y le apremia para que acabe pronto.
Pese a los achaques, el que ocupara durante m¨¢s de 15 a?os la Secretar¨ªa del Pr¨ªncipe primero y despu¨¦s del Rey se conserva bien. "Tengo una gran familia que me cuida mucho", dice. "De mis 10 hijos, uno es jesuita; otro, misionero comboniano y lleva a?os en ?frica; otros siete est¨¢n casados, y tengo una hija soltera. Son 25 nietos y 14 bisnietos ya", confiesa orgulloso. Pasa el a?o entre su pazo gallego y Madrid. Va a misa a diario. Sobre el 23-F dice: "Yo no conoc¨ªa a los golpistas, a ninguno de ellos; yo no soy uno de los nombres famosos de aquella historia. ?Se han contado tantas mentiras de m¨ª! Lo que hice fue informar el 13 de febrero de lo que iba a pasar al general Guti¨¦rrez Mellado, que no me hizo caso. Luego, ese d¨ªa me limit¨¦ a obedecer en todo al general Gabeiras. Estuve toda la noche con ¨¦l, sin despegarme, y obedeciendo su iniciativa fui a ver a Tejero y le ofrec¨ª un avi¨®n para salir de Espa?a, y firm¨¦ el que se ha llamado pacto del cap¨®. Todo eso de que iba a ser presidente del Gobierno es rid¨ªculo".
Armada parece cada vez m¨¢s apegado a la historia familiar. "Tengo esa finca heredada de mi padre, en Santa Cruz, y all¨ª he puesto un vivero de camelias. He escrito mis recuerdos de Galicia, un libro en el que hablo de [Gaspar Melchor] Jovellanos, porque ahora se cumplen 200 a?os de su muerte. Y es que era un poco pariente nuestro. Pas¨® all¨ª temporadas y hay correspondencia suya que he podido utilizar". ?Tiene alguna espina clavada por esos casi diez a?os pasados en prisi¨®n? "No. Pese a todo, estoy contento, porque lo que ocurri¨® ha servido para afianzar la monarqu¨ªa, y yo soy cat¨®lico, espa?ol y mon¨¢rquico, y estoy muy orgulloso de ello".
?Antonio Tejero Molina
El cabecilla visible de la intentona golpista, a punto de cumplir los 79 a?os de edad (el 30 de abril pr¨®ximo), es un malague?o que vive en Madrid, no lejos de Alfonso Armada. De misa diaria, como el exgeneral, alguna vez han coincidido en la misma iglesia. Tejero, casado con Carmen D¨ªez, maestra jubilada, tiene seis hijos, uno de ellos teniente coronel en la Guardia Civil, y 16 nietos. Su hijo Ram¨®n, p¨¢rroco en una localidad de la Costa del Sol, es el ¨²nico que contesta al tel¨¦fono: "Mi padre no tiene nada que decir. Y cuando quiera decir algo, ya se pondr¨¢ en contacto con ustedes, los periodistas", explica, antes de colgar para ir a un cursillo de bautismo.
M¨¢laga, que fue uno de los destinos de Tejero en la Guardia Civil, es el lugar donde veranea y donde, al menos hasta hace cuatro a?os, cultivaba aguacates. Los Tejero son una pi?a. Y en torno al exteniente coronel se ha creado un c¨ªrculo de incondicionales. Aunque su hijo sacerdote, Ram¨®n Tejero D¨ªez, es el m¨¢s encendido de sus defensores. En febrero de hace un par de a?os envi¨® una carta al diario Abc llena de elogios a su padre, en la que recordaba lo que le dijo este, la ma?ana del 23-F, antes de dirigirse al Congreso. "Al salir de la capilla, con una mirada penetrante -y me atrever¨ªa a decir que trascendente-, contempl¨® la Bandera Nacional y, con voz serena, tranquila y gallarda, me dijo: 'Hijo, por Dios y por Ella hago lo que tengo que hacer...".
Tejero Molina pas¨® 15 de los 30 a?os a los que fue condenado en tres diferentes penales militares: en Ferrol, en Figueres (Girona), donde el coronel al mando le ofreci¨® una cena-homenaje, y en la prisi¨®n de Alcal¨¢ de Henares. Su imagen, tocado con el tricornio, pistola en mano, y la primera frase que pronunci¨® al entrar en el hemiciclo del Congreso: "?Quieto todo el mundo!", han pasado a simbolizar el 23-F incluso en la prensa internacional. Otra de las frases c¨¦lebres que se le atribuyen: "Se sienten, co?o", no est¨¢ claro que la pronunciara ¨¦l, y hay quien sostiene que fue
dicha por Vicente Ramos Rueda, uno de los oficiales de la Guardia Civil que le acompa?aban.
En una rara entrevista, de febrero de 2006, Tejero declar¨® al diario italiano La Repubblica: "Yo de aquel d¨ªa no hablo, porque no s¨¦ qu¨¦ ocurri¨® aquel d¨ªa". Y a?adi¨®: "Quien habr¨ªa debido hablar, se call¨®. Alguien traicion¨®, hay demasiadas sombras todav¨ªa. Yo cumpl¨ª con mi deber de espa?ol, he pagado por culpas que no tengo. La historia lo dir¨¢".
Tejero es muy aficionado a la pintura y le encantan los trabajos de alba?iler¨ªa, aunque la pol¨ªtica sigue siendo central en su vida. Desde la c¨¢rcel, en 1982, promovi¨® un partido, Solidaridad Espa?ola. El lema de la campa?a era: "Entra con Tejero en el Congreso". La candidatura fracas¨®, pero su activismo pol¨ªtico no ha menguado. Peri¨®dicamente escribe cartas a la prensa quej¨¢ndose de la situaci¨®n pol¨ªtica. Resulta sorprendente, no obstante, que pudiera montar el 23-F tres a?os despu¨¦s de su detenci¨®n como uno de los conspiradores en la trama golpista conocida como Operaci¨®n Galaxia.
?Ricardo Pardo Zancada
Nacido en Badajoz, era comandante de infanter¨ªa de la Divisi¨®n Acorazada Brunete, en Madrid. La madrugada del 24 de febrero de 1981 se present¨® con 113 polic¨ªas militares en el Congreso de los Diputados, cuando era ya evidente que el golpe hab¨ªa fracasado. Fue el encargado de firmar el llamado pacto del cap¨®, que conten¨ªa las condiciones para la rendici¨®n de los golpistas. Pardo Zancada, de 75 a?os, lleva una vida discreta y rechaza hablar del 23-F. "No participo en estas cosas. No colaboro con la prensa. Y en cuanto a mi vida, es algo que solo le interesa a mi familia y a mis amigos". Pero el golpe le interesa. Le ha dedicado dos libros: 23-F. La pieza que falta, publicado en 1998, y una revisi¨®n del mismo, que sali¨® a las librer¨ªas en el 25? aniversario de la intentona: 23-F: las dos caras del golpe. Ese a?o, en una entrevista concedida al diario minutodigital.com, declar¨®: "Los ejecutantes creyeron en el impulso soberano, porque as¨ª lo afirmaban los dos generales de mayor grado implicados en la acci¨®n -Milans del Bosch y Armada-, tambi¨¦n debo
decir que la intervenci¨®n televisada del Rey fue decisiva en la resoluci¨®n del golpe. Recordar¨¦ a este respecto las palabras del entonces capit¨¢n general Quintana Lacaci al ministro Oliart: "El Rey me orden¨® parar el golpe, y lo hice; si me hubiera ordenado asaltar las Cortes, las habr¨ªa asaltado".
En la misma entrevista se declaraba defensor de la Constituci¨®n, pese a reconocer que vot¨® en contra de la Carta Magna en 1978. En 2006, la consideraba como el ¨²nico freno a los separatismos. Condenado a 12 a?os de c¨¢rcel, pas¨® siete en la de Alcal¨¢-Meco, tiempo que aprovech¨® para estudiar periodismo. Y como periodista trabaj¨® al salir en libertad. Fue director de la revista Iglesia Mundo y colaborador del semanario MC, del ex banquero Mario Conde.
Pardo Zancada es ultracat¨®lico, de derecha radical, y tiene fama de persona vehemente. Le interesa la vida cultural y est¨¢ atento a lo que se publica. Al menos una vez acudi¨® a la presentaci¨®n de un libro de P¨ªo Moa. En julio de 2006, en una carta abierta a la entonces l¨ªder del PP en el Pa¨ªs Vasco, Mar¨ªa San Gil, que reprodujo la web franquista generalisimofranco.com, Pardo Zancada romp¨ªa su imagen de golpista. "No espero ni deseo", dec¨ªa en el p¨¢rrafo final, "que sean los militares quienes bajen al ruedo para enderezar una situaci¨®n que es cada d¨ªa m¨¢s alarmante. Creo, con toda sinceridad, que debe ser la sociedad civil la que ponga las cosas en su sitio".
?Jos¨¦ Luis Cortina Prieto
Cortina, de 72 a?os, estaba en 1981 al frente de la Agrupaci¨®n de Operaciones para Misiones Especiales (AOME) del Cesid. Detenido a ra¨ªz de las declaraciones de Tejero, entre otros, pas¨® un a?o en la c¨¢rcel hasta que el Consejo Supremo de Justicia Militar le absolvi¨®, en junio de 1982. Poco despu¨¦s se casaba con Margarita Aracil Pizarro, veinte a?os m¨¢s joven.
Cortina, que dej¨® el Ej¨¦rcito en 1991 con todas las condecoraciones posibles (la Cruz Blanca del M¨¦rito Militar y la Cruz y Placa de San Hermenegildo, que se otorga "a una conducta militar intachable") es hoy un exitoso empresario. Preside i2V, una consultora en torno a la que se ha creado el grupo de actividades Atenea, que se dedica al asesoramiento y an¨¢lisis de mercados para empresas de Defensa, edita una revista, Atenea, y tiene un diario electr¨®nico dedicado tambi¨¦n al mundo militar. El grupo se ha convertido en un think tank, que colabora tambi¨¦n con universidades y escuelas de Defensa en promover la informaci¨®n sobre estos temas. A Cortina se le puede ver en lugares como el Sal¨®n de Tecnolog¨ªas de la Defensa, que organiza su firma en Ifema, o en buenos restaurantes cerrando alg¨²n trato empresarial. Vive en Madrid, ha engordado un poco, tiene blanco el escaso pelo que conserva. El excomandante del Cesid pas¨® a la reserva con el grado de coronel.
Pese a haber sido absuelto de cualquier implicaci¨®n en la intentona golpista, su nombre sigue ligado al 23-F en los miles de art¨ªculos, an¨¢lisis o libros que se han escrito sobre el tema. Cortina, por puro culto a la discreci¨®n, a la cultura de silencio en la que se ha formado, no concede entrevistas ni ha hecho declaraciones p¨²blicas para aclarar nada. Los que lo conocen aseguran que sigue insistiendo en que no hubo intervenci¨®n del Cesid en el golpe, ni la m¨¢s remota implicaci¨®n del Rey en el mismo. Dicen que lee con morbosa curiosidad todos los libros que se escriben sobre el 23-F, y le parecen aut¨¦nticas "novelas", en las que los autores no aciertan jam¨¢s cuando hablan de ¨¦l.
De la misma promoci¨®n que el Rey en la Academia Militar de Zaragoza, y de su misma compa?¨ªa, todav¨ªa decora su despacho empresarial la foto de una audiencia que le concedi¨® el Monarca. La que ten¨ªa dedicada de pu?o y letra de don Juan Carlos se quem¨® en el tr¨¢gico incendio que se produjo en su casa de Madrid en 1983, en el que falleci¨® su padre.
Tras su detenci¨®n, Cortina no regres¨® al Cesid quiz¨¢ por temor a que su reincorporaci¨®n fuera interpretada err¨®neamente. Pero, tras una etapa en Barcelona, regres¨® al Cuartel General del Ej¨¦rcito, donde se produce el peque?o esc¨¢ndalo de los papeles filtrados sobre los planes para enviar una brigada espa?ola a la primera guerra del Golfo. Cortina era uno m¨¢s de los muchos que se hab¨ªa llevado esos papeles a su casa, y eso provoc¨® una sanci¨®n, pero una investigaci¨®n posterior le exculpar¨ªa de la filtraci¨®n. En 1991 sale del Ej¨¦rcito con el grado de coronel.
Es notoria su falta de sinton¨ªa con Tejero y con Pardo Zancada. Para Cortina, el 23-F fue un intento chapucero de torcer el destino de Espa?a. Un golpe de fin de semana que no ten¨ªa posibilidades de triunfar, ni conexi¨®n alguna con las rumoreadas negociaciones, en aquellos a?os de profunda crisis de la Transici¨®n, para crear un Gobierno de concentraci¨®n, con la aquiescencia del Rey, posiblemente presidido por el general Armada e integrado por algunos socialistas.
Tejero le inculp¨® en el juicio del 23-F asegurando haber recibido ayuda de los servicios secretos militares, y aunque Cortina fue absuelto, un hombre del Cesid, el capit¨¢n de la Guardia Civil Vicente G¨®mez Iglesias, fue condenado por su participaci¨®n en el golpe a seis a?os de c¨¢rcel y tuvo que dejar el cuerpo. G¨®mez Iglesias no estuvo mucho tiempo en prisi¨®n porque recibi¨® el indulto en 1984. -
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