Internet para listillos

Si no existe formaci¨®n cultural previa, Internet se convierte en un batiburrillo donde los m¨¢s tontos se inspiran para apoyar sus necedades, sus descerebradas teor¨ªas y, en definitiva, su ignorancia supina.

Esto se nota sobre todo en las diatribas de taberna. El otro d¨ªa asist¨ª a una de estas in¨²tiles trifulcas. Dos tipos hablaban de Enrique Morente. Uno dec¨ªa que el cantaor era payo. El otro pontific¨®: "Era gitano porque lo he visto en Internet. Compa?ero, no tienes ni idea. Te hace falta empaparte en la Red". El otro le solt¨® con laconismo socarr¨®n: "Mira, majo, ?por qu¨¦ no aprendes a consultar adecuadamente? En Internet, uno de los inventos m¨¢s admirables del siglo XX, tambi¨¦n se dicen muchas tonter¨ªas y mentiras que se tragan gentes como t¨²".

El rifirrafe acab¨® con una est¨²pida discusi¨®n absurda. Por muchas razones y datos que daba el que sab¨ªa de lo que estaba hablando, el otro no se ape¨® del burro.

Lo de Enrique Morente es solo un peque?o ejemplo de las insensateces de mayor o menor calibre que profieren gentes cuya cultura se basa ¨²nicamente en lo que leen mal en el ordenador. Pero para ellos es la Biblia.

Algo similar sucede con las llamadas redes sociales, que tanto servicio est¨¢n prestando a todo tipo de movimientos ciudadanos y culturales. Hace unos d¨ªas, la Universidad Napier de Edimburgo public¨® un estudio en el que se afirma que el 12% de los suscriptores de banda ancha de Facebook sufre de ansiedad y estr¨¦s con el exceso de amigos que se le cuelan por ese medio, mientras que el 32% se siente culpable o inc¨®modo si rechaza las solicitudes de amistad que recibe.

Otros ignorantes dan todo tipo de datos personales e ¨ªntimos que luego les estropean su vida privada. Internet es un tesoro para los esp¨ªas y los listillos. Pero tambi¨¦n es fundamental.