Treinta a?os del febrero m¨¢s convulso
El giro pol¨ªtico de la izquierda 'abertzale', a tres d¨¦cadas justas de la disoluci¨®n de ETA p-m, rememora aquel mes de v¨¦rtigo y sacudidas inimaginables hoy d¨ªa
"Como los militares del 23-F,ETA no supo leer la transici¨®n, mantuvo su viejo esquema y ha tardado treinta a?os en enterarse". El juicio es del abogado Javier Olaverri. Lleva fuera de la pol¨ªtica desde 1993, pero en febrero de 1981 era parlamentario por Euskadiko Ezkerra y voz expresiva en la C¨¢mara del potente movimiento popular de oposici¨®n a la central nuclear de Lem¨®niz, que vio fagocitar por la banda terrorista. El asesinato del ingeniero de la obra Jos¨¦ Mar¨ªa Ryan, fue uno de los hechos que convirtieron en infernal el mes de febrero de hace tres d¨¦cadas. En sus 28 d¨ªas se encadenaron y taparon unos a otros acontecimientos terribles: asesinatos a manos de ETA y por torturas; dos huelgas generales y manifestaciones de signo contrario igualmente multitudinarias; un intento de golpe de Estado y -el menor de los males al inicio de aquel mes- la protesta de Herri Batasuna en Gernika a la primera visita de los Reyes.
28 d¨ªas de muertes por terrorismo y torturas, secuestros, y agitaci¨®n masiva
La sociedad clam¨® contra el asesinato de Ryan como luego con Blanco
El d¨ªa que Iberduero dec¨ªa a Olaverri el cierre de Lem¨®niz, Tejero se sublev¨®
Sin respiro entre uno y otro, el pa¨ªs se vio sometido a una cabalgada vertiginosa a lomos de aquellos sucesos, con sacudidas que hoy ser¨ªan inimaginables y resultaron entonces dif¨ªcilmente soportables. Febrero ha sido antes de 1981, pero sobre todo despu¨¦s, un mes luctuoso, con apenas cuatro d¨ªas limpios de asesinatos etarras, 55 en total, entre ellos el del primer vicelehendakari socialista, Fernando Buesa, y el ertzaina Jorge D¨ªez, del que se cumplen once a?os el martes.
La tregua que anuncio el ¨²ltimo d¨ªa del mes ETA p-m, cristalizada a?o y medio despu¨¦s en su disoluci¨®n voluntaria, abri¨® a una cierta esperanza el comienzo de marzo. El lehendakari, Patxi L¨®pez, evoca "meses convulsos en los que se iba de choque en choque sin tiempo a digerir nada". Ten¨ªa 21 a?os y llevaba cinco en las Juventudes Socialistas. Con ellas fue a la masiva manifestaci¨®n contra ETA, 10.000 personas en Bilbao, que recuerda "concurrida y muy emotiva". La noche del 23-F la pas¨® en su casa, solo y en vela: su padre estaba entre los secuestrados en el Congreso, y su madre, en Madrid tambi¨¦n, le llamaba de rato en rato. Estuvo "pendiente de las escasas noticias" y hablando con amigos, optimistas unos, partidarios otros de quemar papeles y salir corriendo.
"Luego viv¨ª con mucha esperanza la disoluci¨®n de ETA p-m y pens¨¦ que, por sensatez y por asegurar la democracia tras el intento de golpe, tambi¨¦n los otros seguir¨ªan por esa v¨ªa". Como tantos, se equivoc¨®. Pero la banda y sus seguidores erraron para peor. "En 1977 metieron la pata al no ir a las elecciones y otra vez en 1979 al despreciar el Estatuto de Gernika; m¨¢s tarde se equivocaron al ignorar la consolidaci¨®n de la democracia que supusieron el fracaso del 23-F, el triunfo de Felipe Gonz¨¢lez o la entrada en la Uni¨®n Europea, y as¨ª hasta hoy", enumera Olaverri. Asesinatos e incontables desgracias para despu¨¦s plegar velas a cambio del derecho a las urnas, abiertas ya hace 35 a?os.
El 7 de febrero, se?alado ahora por Jes¨²s Eguiguren como "el primer d¨ªa de la paz en Euskadi" fue hace treinta a?os un d¨ªa de luto: la v¨ªspera apareci¨® asesinado el ingeniero Ryan. Herri Batasuna acababa de vivir uno de los d¨ªas marcados con laureles en su historia al entonar el Eusko Gudariak ante el Rey. "La m¨¢xima atracci¨®n ¨¦ramos nosotros", escrib¨ªa nost¨¢lgico a?os despu¨¦s el entonces dirigente abertzale Jon Id¨ªgoras, ya fallecido.
La indiferencia, desconfianza o escepticismo con que la sociedad vasca ha recibido la ¨²ltima tregua de ETA, es correlativa a un balance que no puede ser m¨¢s cruel, est¨¦ril y de su casi exclusiva responsabilidad: son 829 muertos, miles de heridos y m¨¢s a¨²n de amenazados y huidos, adem¨¢s de tambi¨¦n miles de presos y escapados a la justicia, con familias concernidas, que no lo habr¨ªan sido de no haberse producido el terror. El cierre, adem¨¢s, no traer¨¢ la independencia y el socialismo, ni el derecho de autodeterminaci¨®n, o la uni¨®n con Navarra, sino tan solo un derecho que ya exist¨ªa desde cinco a?os antes de aquel convulso mes: el de legalizar un partido -algo que los abertzales tampoco hicieron hasta 1986- y recabar el voto; y el de volver a ocupar unos espacios institucionales menospreciados durante mandatos enteros de esca?os vac¨ªos, tanto en el Parlamento como en el Congreso. No as¨ª, de modo significativo, en Navarra.
La sociedad vasca se revolvi¨® contra ETA por el asesinato de Ryan, tras una semana de secuestro y cuenta atr¨¢s, como lo har¨ªa 26 a?os despu¨¦s con el de Miguel ?ngel Blanco. Una huelga general y una manifestaci¨®n multitudinaria en Bilbao fueron la respuesta, la primera tan masiva. Pero cinco d¨ªas despu¨¦s, con Herri Batasuna a¨²n aturdida por el rechazo, todo el mundo miraba ya en otra direcci¨®n: el miembro de ETA Joxe Arregui muri¨® en la c¨¢rcel de Carabanchel tras nueve d¨ªas detenido, y un informe oficial revel¨® la existencia de torturas. Euskadi vivi¨® la segunda huelga general en una semana y las calles, ahora en San Sebasti¨¢n, reventaron en otra demostraci¨®n masiva. Algunos, pocos, estuvieron en las dos; y a¨²n no hab¨ªa acabado el mes.
El d¨ªa 19 ETA p-m secuestr¨® a los c¨®nsules de Austria y El Salvador en Bilbao, y al de Uruguay en Pamplona. Con ellos en su poder recibieron sus dirigentes, que sopesaban una tregua desde cuatro meses antes, las im¨¢genes de la entrada del coronel Tejero en el Congreso. Olaverri se enter¨® en el despacho del presidente de Iberduero Manuel G¨®mez de Pablos: le adelantaba confidencialmente la decisi¨®n de cerrar Lem¨®niz. "Recibi¨® una llamada y me pregunt¨® si yo sab¨ªa algo de un comando de ETA disfrazado atacando el Congreso. Le dije que no, y le pregunt¨¦ a mi vez si ¨¦l sab¨ªa algo de un golpe de Estado. Contest¨® que tampoco y pens¨¦ que entonces no lo era, porque lo primero que toman los militares son las emisoras y las centrales el¨¦ctricas".
Al salir de aquella cita, Olaverri encontr¨® Bilbao desierta y el pa¨ªs sin liderazgo: el lehendakari, Carlos Garaikoetxea, abandon¨® Ajuria Enea para refugiarse en Ollauri (La Rioja). La desuni¨®n de los partidos dej¨® despu¨¦s a Euskadi al margen de las masivas manifestaciones de apoyo a la democracia que respondieron a los golpistas el d¨ªa 27 en toda Espa?a.
Podr¨ªa decirse que febrero de 1981 reuni¨® muchos de los ingredientes en los que, para lo bueno y para lo malo, han macerado estas tres d¨¦cadas. "Son un poco lentos y duros de mollera", ironiza Olaverri. "Creyeron que ganar¨ªan la guerra y doblegar¨ªan al Estado a una negociaci¨®n pol¨ªtica. Les ha costado m¨¢s de treinta a?os de oportunidades y fracasos perdidos para aprender la lecci¨®n".
Cronolog¨ªa de un mes dram¨¢tico y decisivo
- D¨ªa 4. Incidentes de Gernika (Vizcaya) durante la visita de los Reyes a la Casa de Juntas, protagonizados por diversos representantes de la izquierda abertzale.
- D¨ªa 5. Manifestaci¨®n de 10.000 personas clamando a ETA por la libertad de Jos¨¦ Mar¨ªa Ryan, ingeniero de las obras de la central nuclear de Lem¨®niz, hacia la que hab¨ªa un fuerte movimiento popular e institucional de rechazo que la banda instrumentaliz¨®.
- D¨ªa 6. Ryan aparece asesinado tras permanecer secuestrado una semana.
- D¨ªa 7. Masivo funeral con asistencia de unas 10.000 personas.
- D¨ªa 9. Huelga general y mayor manifestaci¨®n conocida contra ETA en Bilbao
- D¨ªa 12. El Parlamento vasco pide la reanudaci¨®n de las obras de Lem¨®niz
- D¨ªa 13. Muere en la c¨¢rcel de Carabanchel el miembro de ETA Joxe Arregui tras nueve d¨ªas en comisar¨ªa.
- D¨ªa 14. Violentos incidentes en Euskadi. El Gobierno promete aclarar las circunstancias. El semanario ERE, pr¨®ximo a Euskadiko Ezkerra, public¨® fotograf¨ªas del cad¨¢ver que mostraban las huellas de la tortura.
- D¨ªa 16. El informe oficial admite las torturas durante los interrogatorios. huelga general y manifestacions en Euskadi.
- D¨ªa 17. Dimiten el director general de la Polic¨ªa, al comisario general de Informaci¨®n y el secretario general de la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa.
- D¨ªa 19. ETA p-m secuestra a tres c¨®nsules en un alarde propagand¨ªstico previo al anuncio de su tregua y en un intento de demostrar que no obedec¨ªa a debilidad operativa.
- D¨ªa 23. Intento de golpe de Estado tras dimitir Adolfo Su¨¢rez y durante la investidura de su sucesor, Leopoldo Calvo-Sotelo.
- D¨ªa 27. Las manifestaciones multitudinarias de repudio al golpe se celebraron en Euskadi con divisi¨®n entre los partidos, cargas policiales y sin el eco del resto de Espa?a.
- D¨ªa 28.. ETA p-m anuncia una tregua sin condiciones y libera a los tres c¨®nsules. El alto el fuego cristaliz¨® en su autodisoluci¨®n a?o y medio despu¨¦s. Un peque?o grupo disidente, con Arnaldo Otegi al frente, se integr¨® en ETA militar.
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