Al optimismo por la v¨ªa del negro
?ngel Schlesser y Alejandra Alonso, premios L'Or¨¦al - Mayoritaria apuesta por el negro en la jornada del cierre
"Mi desfile ha estado lleno de vitalidad y buen rollo, pero creo que nadie se ha dado cuenta", explic¨® entre bambalinas Mar¨ªa Escot¨¦ de Honolulu Dark, una colecci¨®n en la que renunci¨® por primera vez al color y que, en realidad, poco o nada ten¨ªa de hawaiano. "Part¨ª de la idea de que dejaba de salir el sol para reformular una vida despu¨¦s de la muerte". ?Tan profundamente le ha afectado la crisis? "Cerr¨¦ mi tienda madrile?a en Triball y ahora vendo en la de Carlos D¨ªez. Mantengo la de Barcelona, pero no voy a enga?ar a nadie: busco ser m¨¢s comercial", confes¨®.
En su curiosa manera de rebajar el tono, la catalana volvi¨® a arquear unas cuantas cejas con sus triquinis-vestido en pedrer¨ªa y sus caperucitas g¨®ticas con pantalones de campana. Una boutade que quiz¨¢ solo llegue a buen puerto en sus manos, capaces de mezclar Versace y AC/DC con la est¨¦tica tiki y salir airosa.
El negro tambi¨¦n impregn¨® la colecci¨®n de Carlos D¨ªez, que se muestra "optimista" despu¨¦s de que en septiembre "tocara fondo y estuviera pensando muy seriamente en cerrar". Fue el mes en que present¨® su desfile m¨¢s colorista y tropical, pero tambi¨¦n en el que las cifras de su negocio alcanzaban m¨ªnimos hist¨®ricos. "A partir de octubre todo se reencauz¨® y volv¨ª a ver la luz. Y con ella, al negro y la perversi¨®n, que forman parte de mi felicidad".
Su regreso al fetichismo vino acompa?ado de extra?os ramalazos de luz que le concedieron una extra?a inocencia. Un estampado con huellas de pisadas de zapatillas Converse es, en sus manos, "una met¨¢fora del amor, de c¨®mo alguien te acaba dando una patada". Otro vizca¨ªno, Ion Fiz, renunci¨® al frufr¨² burgu¨¦s de sus ¨²ltimas colecciones y trat¨® de recuperar la energ¨ªa que le convirti¨® hace ocho a?os en el ni?o malo de Cibeles. Lo consigui¨® solo a medias, pero reemprende una senda esperanzadora.
Juana Mart¨ªn siempre parece descontenta con su anterior desfile y, por en¨¦sima vez, volvi¨® a partir de cero. Adi¨®s a los trajes de flameca esprayados, al retrofuturismo o a los z¨ªngaros de anteriores colecciones. Su ¨²ltima resurrecci¨®n nos la devolvi¨® en el cuerpo de una costurera de trajes para bodas y bautizos monocromos inspirados en los siete pecados capitales. Quiz¨¢ por la senda de la sosez arrastre m¨¢s adeptos, porque sus vestidos de plumas y pedrer¨ªa son lo m¨¢s estimable que ha presentado en la cita. Enigmas de Cibeles.
Por la ma?ana, Elisa Palomino se hab¨ªa inspirado en la geisha y actriz Sada Yacco, musa japonesa de los pintores impresionistas. Sorte¨® lo esperable (las mil maneras de destrozar un quimono) y present¨® plum¨ªferos bordados y exquisitas chaquetas de borrego que vertieron la necesaria contemporaneidad a una historia demasiadas veces contada. Minutos despu¨¦s, la habitualmente solvente Teresa Helbig se estrellaba con un aburrido desfile.
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