Vencedores y vencidos
Las crisis tienen vencedores y vencidos. Cuando salimos del t¨²nel nos encontramos con un paisaje reci¨¦n estrenado, en el que nada est¨¢ en su sitio. Algunos jugadores han desaparecido. Otros han quedado disminuidos y contar¨¢n poco a partir de ahora. Unos terceros son los que han seguido el consejo del nuevo alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, que ha vencido en las elecciones de su ciudad despu¨¦s de dejar la Casa Blanca de Obama, donde fue jefe del gabinete presidencial, el equivalente a un primer ministro: no desaproveches una buena crisis.
Sucede con las crisis econ¨®micas como la que estamos atravesando; pero tambi¨¦n con las pol¨ªticas, como las que afectan a todos los pa¨ªses ¨¢rabes. En este caso, adem¨¢s, es una crisis revolucionaria, que pone de cabeza para abajo los sistemas de poder que han venido funcionando en toda la zona desde que termin¨® la etapa colonial. Si la crisis de las hipotecas subprime se llev¨® por delante la banca de Wall Street, esta crisis revolucionaria ya se ha cargado a tres grandes empresas y monopolios de poder que controlaban nada menos que una poblaci¨®n total de 100 millones de habitantes, dos millones de kil¨®metros cuadrados y tres pa¨ªses enteros, con extensos recursos energ¨¦ticos y tur¨ªsticos y el control de una v¨ªa de comunicaci¨®n estrat¨¦gica como el canal de Suez.
Quien nada arriesga en esta crisis, como Europa, Espa?a incluida, seguro que nada gana
Aprovechar las crisis quiere decir utilizarlas para sacar grasa de los negocios actuales e imaginar otros nuevos, acordes con los nuevos tiempos. Tambi¨¦n estamos hablando de negocios pol¨ªticos. Los clanes mafiosos derrocados poco podr¨¢n aprovechar, pero sus socios, amigos y aliados todav¨ªa estar¨¢n a tiempo, si espabilan. Dos recientes reacciones proporcionan excelentes ejemplos de capacidad de adaptaci¨®n a las nuevas circunstancias. El primero es el del presidente israel¨ª, Simon Peres, en su viaje a Espa?a, entusiasmado con la revoluci¨®n ¨¢rabe: "La democracia de nuestros vecinos es la mejor garant¨ªa para la paz". El presidente iran¨ª, Mahmud Ahmadineyad, no le va a la zaga ni en entusiasmo ni en declaraciones. "En lugar de matar a la gente, esc¨²chenla", ha dicho dirigi¨¦ndose a Gadafi. Seguro que los bancos, fondos de inversiones y socios empresariales de los tres clanes mafiosos seguir¨¢n similar conducta, guiada por las juiciosas y c¨¦lebres palabras inventadas por Giuseppe Tomasi di Lampedusa en boca de su Gatopardo: "Que todo cambie para que nada cambie".
De momento es evidente que algunos se muestran ajenos a la vieja sabidur¨ªa del poder y se aferran al mundo antiguo en su hundimiento. La gran mayor¨ªa de los pa¨ªses ¨¢rabes donde la revoluci¨®n todav¨ªa no ha cuajado est¨¢n maquillando a toda prisa sus miserables sistemas de dominaci¨®n feudal. Liberaci¨®n de presos pol¨ªticos, subsidios a los alimentos, ayudas directas a las familias, destituci¨®n de ministros quemados o promesas de reformas constitucionales. Ejemplo de una mediocre reacci¨®n a los retos que se les presentan a tales reg¨ªmenes lo encontramos en las palabras del rey de Marruecos, Mohamed VI, que se niega a responder ante unas pretensiones de democratizaci¨®n que considera demag¨®gicas.
Algo similar sucede con las viejas potencias coloniales europeas, perdedoras en sucesivas oleadas de cambios, y perdedoras ahora, a juzgar por sus lamentables reacciones ante la crisis revolucionaria. El caso m¨¢s sangrante es el de Francia, cuya pol¨ªtica exterior ha entrado en barrena al mando de Nicolas Sarkozy, un presidente tachado de aficionado, impulsivo y excesivamente medi¨¢tico desde las filas de su propia diplomacia. Lo dice el escrito de un grupo de altos funcionarios del Quai d'Orsay, publicado con pseud¨®nimo en el diario Le Monde, en el que denuncian la desaparici¨®n de la voz de Francia en el mundo. Todo lo que se aplica a Francia tiene valor tambi¨¦n para la Uni¨®n Europea, que inaugura el "servicio exterior mayor del mundo" con un naufragio de reglamento.
?Hay vencedores? Los hay y ya de partida. Turqu¨ªa, claramente. Quienes buscan la mano que mece la cuna en todo proceso de cambios hist¨®ricos pueden fijarse en Ankara y en el pr¨®spero futuro del islamismo moderado de Recep Tayyip Erdogan. Tambi¨¦n los habr¨¢ por fuerza de su voluntad. Dif¨ªcil pensar que Israel, abiertamente perjudicado ahora, no pugne por sacar provecho de la crisis. Teher¨¢n ya ha movido ficha: dos buques de guerra suyos han entrado en el Mediterr¨¢neo por Suez, por primera vez desde 1979. Queda claro que le aprovecha el cambio. Quien nada arriesga, como es el caso de la mayor parte de los pa¨ªses europeos, Espa?a incluida, seguro que nada gana. Los rendimientos de las crisis, tambi¨¦n las revolucionarias, ser¨¢n para quien los trabaje.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.