El Bogui reabre su escenario
La sala del "qui¨¦n es qui¨¦n" de la noche jazz¨ªstica vuelve a abrir sus puertas tras dos a?os y cuatro meses de calvario contra la burocracia municipal
Nadie daba un duro por ello. Cuando Bogui Jazz cerr¨® sus puertas por orden de la autoridad competente, todos -aficionados y m¨²sicos- dieron el asunto por zanjado. Uno m¨¢s, entre las docenas de espacios culturales que echan el candado porque hay quien est¨¢ empe?ado en que no exista m¨²sica en directo en esta ciudad. Y as¨ª hubiera sido de no haber mediado la tozudez a prueba de bombas del padre de la criatura, el norteamericano Dick Angstadt, 40 a?os residiendo en nuestra ciudad y seis desde que abriera Bogui Jazz: "Ese era mi sue?o, tener mi propio club de jazz. Y lo consegu¨ª. Hasta que los hechos se torcieron".
La noche del restreno, Angstadt se pasea feliz por entre el gent¨ªo recibiendo los parabienes de los unos y los otros. La fecha ha sido elegida con cuidado: mi¨¦rcoles 23-F. El momento esperado tras dos a?os y cuatro meses de calvario ha llegado. Bogui Jazz, todo un s¨ªmbolo en la lucha de los locales con m¨²sica en directo en Madrid contra la sinraz¨®n de quienes gobiernan, ha vuelto a la vida.
Se convirti¨® en s¨ªmbolo de la lucha de los locales con m¨²sica en directo
El s¨®tano pasar¨¢ a albergar las actuaciones 'alter hours'
En su lucha con la burocracia municipal, Dick nunca perdi¨® la fe: "lo m¨¢s dif¨ªcil ya est¨¢ hecho, ahora hay que ver si vamos a ser capaces de estar a la altura de nuestra historia". Sintom¨¢tico: entre quienes le saludan -un verdadero "qui¨¦n es quien" de la noche jazz¨ªstica madrile?a- se encuentran no pocos compa?eros de profesi¨®n: "Una cosa tengo clara y es que no habr¨ªa podido resistir todo este tiempo sino hubiese contado con el apoyo de mis colegas del Caf¨¦ Central, Clamores, El Despertar o Bar & Co".
Sobre el escenario, la pianista Marta S¨¢nchez (nada que ver con la cantante hom¨®nima) presenta los temas de su ¨²ltimo disco, La espiral amarilla: "Bogui forma parte de mi vida, y de la de muchos". La caja registradora echa humo, gin tonic va, cerveza -con o sin alcohol- viene; para fumar est¨¢ la acera, no vaya a ser que volvamos a las andadas. Lo importante: el esp¨ªritu del viejo Bogui est¨¢ de vuelta. Con alguna novedad. El s¨®tano del local que, anta?o, carec¨ªa de funci¨®n alguna, pasar¨¢ a albergar las actuaciones alter hours de peque?o formato.
Habr¨¢ jazz en directo cuatro d¨ªas a la semana, de mi¨¦rcoles a s¨¢bado, y se va a dedicar atenci¨®n preferente a los nuevos valores: "En estos dos a?os y medio pateando los recovecos del jazz madrile?o he podido olfatear lo que se est¨¢ cociendo. Existe una cantera de m¨²sicos j¨®venes pisando fuerte, gente que ha optado por buscarse la vida tocando con lo que eso implica de sinsabores, renuncias, las pocas ayudas... aut¨¦nticos supervivientes. Como dice otro gran m¨²sico, Richie Ferrer, despu¨¦s de un holocausto nuclear solo sobrevivir¨¢n las ratas y los m¨²sicos de jazz".
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