"Yo era un rat¨®n de biblioteca, la mili me vino bien"

Hongkun Park es un cient¨ªfico muy din¨¢mico, le cuesta estarse quieto, y adem¨¢s tiene que coger un avi¨®n, as¨ª que opta por un almuerzo temprano y ligero para no tener que correr luego m¨¢s de lo necesario. Aunque saluda con la reverencia t¨ªpica de su pa¨ªs, le gusta la comida espa?ola y lo primero que prueba es el apetitoso jam¨®n serrano, que acompa?a con un zumo y un caf¨¦.

Ha visitado Espa?a varias veces, las ¨²ltimas como jurado de los premios Fronteras del Conocimiento de la Fundaci¨®n BBVA, y dice que, de Europa, prefiere Espa?a e Italia. ?l es el t¨ªpico cerebro emigrado. De su pa¨ªs, Corea del Sur, donde naci¨® en 1967, se traslad¨® en 1991 a Estados Unidos para hacer el doctorado en Ciencias Qu¨ªmicas y ahora es dos veces catedr¨¢tico, de F¨ªsica y de Qu¨ªmica, nada menos que en la Universidad de Harvard. ?Por qu¨¦ se qued¨® en Estados Unidos? "Tuve el honor de que me llamaran de varias instituciones y no pude decir que no", dice en ingl¨¦s, sonriendo.

El cient¨ªfico coreano de Harvard quiere ahora ense?ar en el curso de Adri¨¤

En su pa¨ªs fue muy buen estudiante y, en 1989, le toc¨® hacer el servicio militar en la frontera con la otra Corea. ?Le disgust¨® este par¨®n de dos a?os en su carrera? "Al principio lo odiaba, como casi todos, pero luego me vino muy bien, porque yo era un rat¨®n de biblioteca y all¨ª conoc¨ª a gente muy distinta".

Sonr¨ªe mucho y, entre picoteo y picoteo, demuestra que hay pocas cosas que no le interesen. Reconoce que le gustan los aparatos electr¨®nicos m¨¢s modernos y que domina los programas inform¨¢ticos. Tras pasar su tel¨¦fono m¨®vil por la tarjeta de visita de la periodista, dice: "Su diario se llama The Country, ?verdad?". Es lo que le dice el traductor autom¨¢tico que lleva en el aparato.

Su laboratorio est¨¢ en las fronteras de la f¨ªsica y de la biolog¨ªa. "En f¨ªsica estudiamos la ciencia b¨¢sica necesaria para hacer circuitos totalmente ¨®pticos", explica. Ahora los circuitos son electr¨®nicos, y luego la informaci¨®n se transforma en luz (fotones) para transmitirla por fibras ¨®pticas y al final vuelven a ser los electrones los que se mueven. Un problema poco conocido es que "cuanto m¨¢s peque?os sean los chips m¨¢s energ¨ªa consumir¨¢n", as¨ª que en la carrera por la miniaturizaci¨®n desaparecer¨ªan muchos problemas si todo fuera ¨®ptico, explica.

Lo que le hizo entrar en la biolog¨ªa, hace cinco a?os, fueron las posibles aplicaciones biom¨¦dicas de sus chips implantables y de sus nanosensores, que interact¨²an con c¨¦lulas vivas sin perturbarlas y permiten atisbar sus complejos circuitos internos. "Estudiamos las c¨¦lulas de pacientes con leucemia para descubrir las diferencias entre ellas, que se traducen en que unos sobrevivan m¨¢s que otros", indica como ejemplo. Pero lo que le interesa sobre todo son las neuronas, conocer c¨®mo se puede hacer un cerebro a partir de tantas peque?as c¨¦lulas. Para ello no dud¨® en tomarse un a?o sab¨¢tico y formarse en neurolog¨ªa.

Con la despedida y un segundo caf¨¦ surge otro inter¨¦s de Park, la ciencia que est¨¢ en la base de la cocina. El curso acad¨¦mico que viene quiere ser profesor del famoso curso Ciencia y cocina de Harvard, que se origin¨® en colaboraci¨®n con Ferran Adri¨¤ y cuenta con la colaboraci¨®n de afamados chefs espa?oles.