Hambre y agua
Un mes o dos meses han bastado para cargarse a tres dictadores, aunque el nivel de sangre en la revuelta ha ido subiendo considerablemente. Ben Al¨ª, Mubarak, Gadafi -yo le doy por pol¨ªticamente muerto, porque la revoluci¨®n libia es imparable y el exc¨¦ntrico dictador solo busca un pase y un destino donde olvidarse y que le olviden-. ?Contagio?, ?casualidad?, ?movimiento organizado? No esperen de m¨ª que encuentre las claves de la revoluci¨®n. Porque esto es una revoluci¨®n popular en toda regla, aquellas con las que tanto se so?aba en los setenta y tantas l¨ªneas ocupaban en los manuales, documentos, proclamas, manifiestos, etc¨¦tera sobre las fam¨¦licas legiones. Pues s¨ª, el hambre es como el agua; siempre encuentra una salida.
Por m¨¢s diques, presas, muros que se construyan el agua siempre encuentra servidumbre de paso. El agua es imparable cuando se embravece. El hambre tambi¨¦n. El agua puede esperar, aguantar hasta encontrar la salida; el hambre no puede esperar demasiado.
Quiz¨¢s ha pasado eso. O quiz¨¢s sea algo m¨¢s profundo. Desde luego, no creo que sea una revuelta religiosa, aunque los temores sean licitos cuando se piensa en el d¨ªa despu¨¦s. Y, por cierto, el hecho de ser musulmana no implica que sea una revoluci¨®n peligrosa. Ser¨ªa una postura injusta por parte de la carpetovet¨®nica Uni¨®n (?) Europea, suponiendo que la Uni¨®n (?) Europea tuviera alguna postura que no tuviera que ver con los pozos petrol¨ªferos.
Quiz¨¢s -?y dale con el latiguillo!- hemos olvidado las revueltas griegas, brit¨¢nicas, italianas, distintas, con otro acento, quiz¨¢s menos desesperadas, aunque lo de Grecia amenaza derrumbe colectivo, pero igualmente inquietantes. La crisis va por barrios. El barrio ¨¢rabe o asi¨¢tico est¨¢ m¨¢s h¨²medo. Cabe pensar si Gadafi realmente existe, visto su aspecto cer¨¢mico, o s¨®lo existe su pistola, esa que tanto abomin¨® el mundo occidental y que luego tanto protegi¨®, pensando que era el muro que aguantaba el agua isl¨¢mica. Los intereses creado no los cre¨® Jacinto Benavente; s¨®lo los recre¨®, de manera y forma que ya te digo...
Cuando una parte del mundo cambia, cabe pensar que todo el mundo cambia. El mundo no es igual cuando una parte de su cuerpo se altera o se transmuta. Tampoco sabemos que ocurrir¨¢ en esos pa¨ªses que han hecho una revoluci¨®n popular, dirigida por el manual del hambre y la desesperaci¨®n. No, nadie sabe que pasar¨¢, ni si la p¨®lvora se extender¨¢ a Yemen, a Ir¨¢n, Pakist¨¢n -si es que all¨ª ya no est¨¢ extendida-... Tiene buena mala pinta este asunto sangriento. Tiene la buena pinta de la dignidad humana y la mala pinta de la sangre derramada. Otra vez el hambre y el agua. La tierna Europa, mientras tanto, se entretiene proclamando las mujeres belgas huelga de sexo mientras flamencos y valones no sean capaces de acordar un Gobierno para ese presunto pa¨ªs. Absurdo como un belga por soleares...
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