La historia se repite

En enero de 2011 llen¨® de escalofr¨ªos a los franceses la noticia de que en Pornic, cerca de Nantes, desapareci¨® Laetitia Perrais, de 18 a?os. D¨ªas despu¨¦s, en las aguas de un estanque, aparecieron sus extremidades y su cabeza. Ha sido arrestado como presunto autor del crimen Tony M., de 31 a?os, con 15 antecedentes penales, uno de ellos por la violaci¨®n de otro detenido por los mismos hechos. Al parecer ha confesado la muerte, pero se niega a declarar sobre el paradero del resto del cuerpo. El presidente de la Rep¨²blica, que es presidente del Consejo Superior de la Magistratura, no ha formulado institucionalmente ninguna propuesta de reforma del sistema penal, que permanecer¨¢ inalterado. Se ha pronunciado a t¨ªtulo individual, de protagonismo medi¨¢tico, cargando sobre los jueces la situaci¨®n de libertad del presunto criminal. Los jueces franceses se han declarado en huelga.

No cabe hacer populismo a costa del dolor de las v¨ªctimas. Las leyes deben nacer solamente de la serenidad

Ya lo dijo don Carlos Marx en su 18 Brumario. La historia se repite, primero como drama, luego como farsa. Y as¨ª, este horrible crimen nos trae a la memoria otros similares acaecidos en Espa?a. En enero de 2009, conmovi¨® a la opini¨®n p¨²blica la violaci¨®n y el asesinato en Sevilla de Marta del Castillo, de 18 a?os, cuyo cuerpo, posiblemente arrojado a las aguas del Guadalquivir, a¨²n no ha aparecido. Un a?o antes, en enero de 2008, se hab¨ªa producido en Huelva el crimen de Mari Luz, de cinco a?os, cuyo cuerpo apareci¨® mes y medio despu¨¦s en una charca. El criminal, con antecedentes penales, estaba en libertad a causa de posibles disfunciones judiciales que determinaron una sanci¨®n disciplinaria leve al juez. Los jueces espa?oles se declararon en huelga.

En marzo de 2007, en Barcelona, un condenado por m¨²ltiples violaciones estaba a punto de cumplir su larga condena, y salir en libertad con un pron¨®stico expl¨ªcito y alarmante de reincidencia que llen¨® de estupor a la opini¨®n p¨²blica. Razonablemente se desencaden¨® el debate jur¨ªdico y medi¨¢tico. Por entonces, en Francia, acontecimientos similares dieron lugar a que el presidente de la Rep¨²blica se pronunciara a favor de aumentar la severidad represiva mediante la propuesta, tambi¨¦n a t¨ªtulo individual, de protagonismo medi¨¢tico, de lo que denomin¨® la "castraci¨®n qu¨ªmica". Esta propuesta result¨® jur¨ªdicamente inviable. Tras el incidente, el sistema penal permaneci¨® inalterado.

La reacci¨®n institucional catalana, en los acontecimientos de 2007, fue mejor. Nadie critic¨® a los jueces por la obligatoria excarcelaci¨®n. Nadie trat¨® de obtener ventaja pol¨ªtica personal. Se procur¨® canalizar una soluci¨®n serena, y para el futuro, formulando una propuesta de reforma legislativa. Y tres a?os despu¨¦s, en junio de 2010, esta propuesta fue acogida en la reforma del C¨®digo Penal, fragmentaria, y sin el incremento de recursos imprescindibles para su aplicaci¨®n efectiva. Otra vez, el complejo sistema penal, que es mucho m¨¢s que los jueces, permanece, entre nosotros tambi¨¦n, inalterado.

Esta es la segunda fase de la repetici¨®n de la historia. Los dramas se repiten, con la insoportable carga de sufrimientos para las v¨ªctimas y sus allegados. Pero la sensaci¨®n de que les acompa?a la farsa no puede ser evitada. Tomando la palabra farsa en su significado acad¨¦mico menos hiriente, como "enredo para aparentar", es razonable que muchos ciudadanos puedan entender que las instituciones, aqu¨ª o en el pa¨ªs vecino, escenifican un enredo para aparentar que se aborda la soluci¨®n de un problema angustioso, y que este permanece inalterado.

Tiene car¨¢cter de enredo el gesto de aparentar que se dispone de soluciones que impliquen "riesgo cero". Porque esto es imposible. Tiene car¨¢cter de enredo derivar la responsabilidad del fracaso, o la ineficacia, del complejo sistema penal, a los jueces, porque ellos no son los causantes de los cr¨ªmenes. Tiene car¨¢cter de enredo el af¨¢n de hacer populismo a costa del dolor de las v¨ªctimas y del inevitable af¨¢n vindicativo de sus allegados, porque las leyes tienen que nacer solamente de la serenidad. Por todo ello, la repetici¨®n del drama de las v¨ªctimas, en la escena del sistema penal, dif¨ªcilmente puede escapar al viejo augurio de don Carlos.

Jos¨¦ Mar¨ªa Mena es exfiscal superior de Catalu?a.