La construcci¨®n debe 446 millones a la Seguridad Social
El peso del sector en los atrasos al instituto p¨²blico aumenta por la crisis y ya supone el 26% del total
La construcci¨®n aparece en cualquier recoveco de la virulenta variante espa?ola de la crisis econ¨®mica mundial. En este sector se han perdido m¨¢s de un mill¨®n de puestos de trabajo y casi 100.000 empresas. Adem¨¢s, se agazapa detr¨¢s del aumento de la morosidad bancaria. La recuperaci¨®n casi ser¨ªa una realidad sin el ladrillo. La lista es larga, y alcanza hasta a la Seguridad Social. De los 1.714 millones de euros de aplazamientos que ten¨ªa reconocidos a finales de 2010, la construcci¨®n supone el 26%. Es decir, las constructoras e inmobiliarias deb¨ªan al instituto p¨²blico unos 446 millones, seg¨²n sus propios datos.
"El peso de la construcci¨®n en los aplazamientos ha aumentado mucho con la crisis", explica el director general de la Tesorer¨ªa de la Seguridad Social, Javier Aibar. Adem¨¢s, el ladrillo tiene efecto arrastre. Es el motor de buena parte de la industria manufacturera espa?ola. Y este, precisamente, es el siguiente sector que m¨¢s protagonismo ha adquirido en los aplazamientos. Acumula el 15%. La lista la completa la hosteler¨ªa y el comercio al por menor. Tambi¨¦n la construcci¨®n encabeza los fraudes al instituto p¨²blico, acumula el 30% del total. Le siguen la hosteler¨ªa y el comercio al por menor.
Los aplazamientos de pago de cuotas aprobados suman 1.714 millones
La industria manufacturera, ligada al ladrillo, es la segunda morosa
Pero estos 1.714 millones de retrasos reconocidos -o lo que es lo mismo, los concedidos por la Seguridad Social- no es todo el dinero que las empresas le deben. En realidad, la deuda global que contaba el instituto p¨²blico en diciembre ascend¨ªa a 6.071 millones de euros. El grueso de esa cantidad procede de los retrasos de las empresas a la hora de pagar las cuotas. Sobre este monto global la Seguridad Social no facilita el detalle por sectores. No obstante, Aibar se apresura a aclarar que la distribuci¨®n es muy similar a la que se observa en los aplazamientos reconocidos.
Estas demoras son lo que en la jerga de la tesorer¨ªa se llama aplazamiento voluntario. Cuando una empresa se retrasa en el pago de la cotizaci¨®n, la Seguridad Social se pone en contacto con ella para que se ponga al d¨ªa. Si no lo hace, cabe la posibilidad de que el instituto p¨²blico conceda una pr¨®rroga -que puede ser de hasta cinco a?os- y es entonces cuando esa deuda pasa a considerarse un aplazamiento reconocido. Para que lo haga, la compa?¨ªa tiene que demostrar su viabilidad futura, aclara Aibar.
Cuando la deuda supera los 30.000 euros, la empresa tiene que presentar avales y garant¨ªas de cobro. No obstante, la mayor parte de demoras de las m¨¢s de 100.000 concedidas el a?o anterior est¨¢n exentas de cumplir este requisito, ya que solo el 5% superaron la cantidad requerida.
La crisis ha golpeado las cuentas de la Seguridad Social. Se ve en el saldo final. La ca¨ªda de la afiliaci¨®n y el aumento del gasto en pensiones se ha traducido en 2010 en un super¨¢vit ajustado, que se hubiera convertido en d¨¦ficit de no ser por los intereses que generan los m¨¢s de 60.000 millones que tiene el fondo de reserva. Y tambi¨¦n en los impagos. Antes de que comenzara la crisis la deuda total que contaba el instituto p¨²blico ascend¨ªa a casi 4.000 millones, el a?o pasado super¨® los 6.000 y eso que de 2009 a 2010 experiment¨® una reducci¨®n considerable (m¨¢s de 7.624 millones). Y la tasa de morosidad, aunque todav¨ªa se sit¨²a muy por debajo de la que tiene la banca, ha saltado del 1,03% al 2,5%.
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