20.000 refugiados se hacinan en la frontera con T¨²nez
ACNUR prepara un campo de tr¨¢nsito para alojar a la multitud
T¨²nez ya no puede soportar la llegada de los refugiados del conflicto libio. En la frontera de Ras el Ajdir m¨¢s de 20.000 personas, seg¨²n datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, han colapsado el paso y se amontonan en el lado libio tras una verja azul. Tienen hambre, sed, sufren lipotimias y la desesperaci¨®n les hace saltar la valla de la frontera aunque reciban los palos de los militares tunecinos. La revoluci¨®n contra el r¨¦gimen del coronel Gadafi se ha convertido ya en una crisis humana.
El caos se ha apoderado de Ras el Ajdir. Los tunecinos han demostrado ser unos anfitriones perfectos durante toda la semana. Han proporcionado alimento, agua y cobijo a las miles de personas que llegaban por carretera desde las ciudades del oeste donde todav¨ªa hay combates entre las fuerzas del dictador y los rebeldes. Pero el ritmo de llegada se ha acelerado en los ¨²ltimos d¨ªas y la frontera se ha desbordado. El domingo por la noche, los refugiados, la mayor¨ªa egipcios que trabajaban en Libia, intentaron asaltar la verja. Los militares tuvieron que utilizar la violencia para contenerlos. Un hombre en el suelo trataba de protegerse con las manos mientras un soldado le golpeaba. Otro se tapaba el cuello cubierto de sangre. Las maletas de los egipcios sobrevolaban la tapia pero sus due?os se quedaban detr¨¢s.
El caos se ha apoderado de Ras el Ajdir en los ¨²ltimos d¨ªas
J¨®venes tunecinos controlan la entrada en el pa¨ªs con palos y barras de hierro
Ante la falta de efectivos militares en ese lado y de la polic¨ªa de fronteras en las cabinas donde se revisan los pasaportes, un grupo de j¨®venes tunecinos se ha erigido a s¨ª mismo como el garante de la paz en Ras el Ajdir y ayudan a los soldados a su manera. Son violentos. Van armados con palos o barras de hierro y se ensa?an con quienes logran alcanzar el territorio por un lugar distinto a la verja. A veces se les ve pidiendo papeles o pasaportes a los egipcios. Si algo les parece que no va bien, ellos mismos les hacen volver a saltar de nuevo la muralla.
Otros que se han adue?ado del territorio son los contrabandistas y los cambistas. La relajaci¨®n de las autoridades por la llegada masiva de refugiados les hab¨ªa permitido hacer negocio sin mucha vigilancia. Pero un reportaje de la televisi¨®n Al Arabiya les dej¨® al descubierto. Su reacci¨®n fue tomarla con los periodistas y romper parte del material con el que cubren las noticias que salen de la frontera. "Hay mucha tensi¨®n", se?ala un tunecino llamado Salim, que lleva horas curioseando por la zona y que se identifica como miembro de una ONG. "Hasta ahora pod¨ªamos ayudar en algo, pero ahora hay demasiados refugiados. Por eso todo el mundo est¨¢ enfadado. Necesitamos ayuda internacional de inmediato".
Por si la situaci¨®n no era ya complicada, una tormenta de arena azot¨® ayer Ras el Ajdir y oblig¨® a los miles de refugiados que ya hab¨ªan sido autorizados a cruzar la frontera a guarecerse en unos pabellones industriales en la aduana. El viento entraba por todos los lados del edificio. Las corrientes les imped¨ªan descansar tras un viaje lleno de peligros por la carretera que llega a Tr¨ªpoli. Por all¨ª deambulan personas de diferentes nacionalidades que se mueven sin criterio preguntando a cualquiera si saben cu¨¢ndo podr¨¢n marcharse y cu¨¢ndo podr¨¢n regresar a sus pa¨ªses de origen. "No sabemos lo que va a pasar", dice un ciudadano de Bangladesh rodeado de algunos de sus compatriotas. "Nos sacaron del trabajo una noche. Hubo disparos todos los d¨ªas, pero esa noche fue peor. Llegaron los hombres de Gadafi y nos dijeron que nos fu¨¦ramos. A un compa?ero le golpearon en las piernas. A otro les tiraron al suelo y dispararon a su lado".
De lejos, el paisaje se hace cada vez m¨¢s desolador. Incluso en el camino de 35 kil¨®metros que va desde la ciudad tunecina de Ben Gardan a la frontera, las cosas tampoco fueron demasiado bien ayer. Hasta hace unos d¨ªas el trayecto se hac¨ªa sin problemas y tan solo se interrump¨ªa durante unos minutos en alg¨²n control de pasaportes. Pero ahora los atascos son continuos y los militares tienen tomada la carretera ante la avalancha de refugiados.
Por ahora solo los ciudadanos chinos consiguen escapar de Ras el Ajdir, en autobuses que luego les llevan hasta el aeropuerto de Djerba o de T¨²nez, donde les esperan aviones fletados por su Gobierno. Los dem¨¢s, esperan. ACNUR tiene planeado instalar hoy mismo un campo de tr¨¢nsito en T¨²nez para dar cobijo a la multitud que huye de los enfrentamientos en Libia. "Las autoridades tunecinas est¨¢n acomodando a la gente en refugios y escuelas, pero ahora se dan cuenta de que no pueden abarcar la situaci¨®n y necesitan de la ayuda de la comunidad internacional", asegur¨® ayer Liz Eyster, de ACNUR, a la BBC.
Ayer estaba previsto que unos 2.000 egipcios salieran en barco del puerto de Djerba en direcci¨®n a El Cairo. Seg¨²n anunci¨® la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones, el viaje en el buque fue suspendido por las condiciones climatol¨®gicas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.