Esta casa es un museo
El chal¨¦ de un empresario en Aravaca, abierto al p¨²blico desde ayer, descubre una de las mejores colecciones privadas de arte catal¨¢n modernista
Entre grandes chal¨¦s con piscina y jardines primorosamente cuidados, en una peque?a calle algo empinada de una opulenta urbanizaci¨®n de Aravaca, al noroeste de Madrid, se encuentra el que durante un tiempo fue el domicilio de una de las cuatro hijas del empresario catal¨¢n Francisco Daurella. Esa hija decidi¨® un d¨ªa irse al campo. Y el padre, coleccionista empedernido, decidi¨® que esa casa era el sitio perfecto para albergar una de las mejores colecciones privadas de arte catal¨¢n de finales del XIX y principios del XX.
Daurella, que tambi¨¦n escribe libros de ficci¨®n bajo el pseud¨®nimo Fran Daurel, ha dedicado los ¨²ltimos 30 de sus 83 a?os a continuar el af¨¢n coleccionista que le viene de familia. Y ejercer el mecenazgo. "Lo que me ha dado la sociedad yo lo devuelvo", dice el empresario.
Francisco Daurella ha dedicado 30 de sus 83 a?os a afianzar la colecci¨®n
Las obras de Anglada Camarasa recorren las tres etapas del pintor
Ayer abri¨® las puertas la Casa-Museo Fuente del Rey al p¨²blico que podr¨¢ visitarla todos los d¨ªas, salvo los lunes, de forma gratuita. Acoge una colecci¨®n titulada Luz del Mediterr¨¢neo, con 257 obras, de las cuales 198 son pinturas, 32 esculturas y 27 dibujos. La gran parte pertenecen al modernismo catal¨¢n e impresionismo, un periodo art¨ªstico especialmente f¨¦rtil impulsado por la burgues¨ªa catalana que se hac¨ªa de oro suministrando productos textiles durante la I Guerra Mundial.
A lo largo de 2.000 metros cuadrados del interior de la casa familiar, m¨¢s 1.000 metros de jard¨ªn (desde cuyo porche se divisa el perfil de Madrid, desde la Torre de Espa?a hasta el otro extremo, las Torres Kio), conviven artistas imprescindibles en la historia del arte como Sorolla, Anglada Camarasa, Dal¨ª, Mir¨® o Renoir en pintura, escultores como Jos¨¦ Luis Pascual o Jos¨¦ Mar¨ªa Guerrero, y dibujos de Mariano Fortuny, Ram¨®n Casas o Manolo Hugu¨¦.
Esa convivencia no la marca un criterio muse¨ªstico. Las obras est¨¢n repartidas con el criterio de un coleccionista que quiere disfrutar de su colecci¨®n, explic¨® el director del centro art¨ªstico, Eduardo Dur¨¢n. Entre sof¨¢s chester, vitrinas con vajilla de porcelana y sillas tapizadas de terciopelo. Nada m¨¢s franquear la puerta recibe al visitante un gran tr¨ªptico de Josep Cusachs, militar que raramente se alejaba de la tem¨¢tica relacionada con su profesi¨®n. Y que en este caso s¨ª lo hace: Una pareja y su perro (1900) es el retrato de un matrimonio burgu¨¦s catal¨¢n mal avenido y en medio el perro de la discordia.
Las obras de Anglada Camarasa recorren varias de sus etapas: desde las flores (Flores, dalias y peon¨ªa blanca, 1940-1947) o el periodo en que tuvo que retirase a Monserrat durante la Guerra Civil -lo dibuja en cajas de puros, el ¨²nico material del que dispon¨ªa (solo existen 20 y aqu¨ª hay dos)-, hasta su momento m¨¢s oscuro (La cueva, 1925).
La biblioteca de la casa es un compendio de obras y autores de varias ¨¦pocas y un puente entre el arte de Madrid y Barcelona. Encima de la chimenea, Desnudo en el div¨¢n amarillo (1912), de Sorolla, conocido popularmente como La prostituta borracha; un reportaje fotogr¨¢fico sobre c¨®mo Mir¨® realiz¨® la obra Oiseau s'enfuyant (1959), que se encuentra al lado, algunos t¨¤pies de finales de los cincuenta y una obra de Dal¨ª muy poco vista, Pir¨¢mides Gizeh (1957), que, seg¨²n cont¨® el director, es "perseguida" por la Fundaci¨®n Gala.
En una de las grandes salas, un peque?o retrato de Isidro Nonell, Gitana vieja (1901), que habla de la historia de este pintor que a menudo eleg¨ªa a gitanas como amantes y modelos. La retratada es la abuela de una modelo obligada a casarse con un gitano que la maltrataba. Ella se refugi¨® en casa de su abuela y ambas murieron en un incendio. En el comedor, otra obra que habla tambi¨¦n de su autor, El barberillo de Puigcerd¨¤ (1890), de Rusi?ol: el pintor, algo tarambana, le dijo a su mujer que iba al barbero y desapareci¨® durante seis meses.
"Madrid es excepcional pict¨®ricamente, pero siempre hay un hueco", resumi¨® ayer Daurella, durante la inauguraci¨®n de la casa-museo, que tiene un antecedente, el Museo Amic, en Barcelona, tambi¨¦n dedicada a su colecci¨®n. Al final se sirvi¨®, entre otras cosas, Coca-Cola, marca del que el coleccionista es distribuidor.
Casa-Museo Fuente del Rey. Fuente del Rey, 11. Abierto todos los d¨ªas, salvo el lunes, de 11.00 a 19.00. Entrada gratuita. www.fundacionamy.org
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