Roja Luz de pasi¨®n

Puntual como las fatalidades, alegre como la esperanza, segura de s¨ª misma como quien se ha superado. Es Luz. Vestida de rojo se dej¨® acariciar por el torrente de aplausos que le llovi¨® desde una platea que celebr¨® el reencuentro con una artista que est¨¢ escribiendo los mejores momentos de su carrera desde que su talento como int¨¦rprete ha volado libre asociado a un repertorio en el que el amor, el desamor, las esperanzas y desesperanzas escriben los renglones del gui¨®n. Anoche, con todas las entradas vendidas y un Liceo que casi no necesitaba argumentos para rendirse, la int¨¦rprete gallega volvi¨® a reivindicar su forma de vivir las canciones que escogi¨® para su cita con Barcelona.

Luz ha ganado aplomo esc¨¦nico, seguridad y estampa

La versi¨®n de 'Es por ti' incorpor¨®, como acostumbra, estrofas en catal¨¢n

Abri¨® la velada sola, o casi, ya que ¨²nicamente se acompa?¨® del piano para citar al p¨²blico con el amor apasionado y la entrega de los amores sin raciocinio. Cant¨® Lo eres todo rindi¨¦ndose a la pasi¨®n, pauta de los mejores momentos de una noche que acab¨® con el p¨²blico arrebolado, rendido. Una banda de varios m¨²sicos, tres de ellos metales que aparecieron eventualmente en escena, arrop¨® un primer recorrido por piezas que ella present¨® como parte de nuestra historia, de nuestra memoria y, por tanto, de nuestra vida. Piezas fechadas hace d¨¦cadas que fund¨ªan de pura entrega, de tanta ceguera amorosa y pasional. As¨ª sonaron Mar y cielo, Alma m¨ªa y Con mil desenga?os, cr¨®nicas de amores no siempre coronados por la felicidad. Segura y retadora, elevaba Luz los brazos para dejarse aplaudir, rend¨ªa pleites¨ªa a su p¨²blico, cada vez m¨¢s adulto, con reiteradas y prolongadas reverencias, y compon¨ªa la figura de una int¨¦rprete que ha ganado aplomo esc¨¦nico, seguridad y estampa.

No lo necesitaba, pero apremi¨® a las mujeres presentes en el Liceo a que manifestasen su presencia con gritos de entrega, y el Liceo se torn¨® agudo. Fue justo despu¨¦s de Entre mis recuerdos y antes de No me importa nada, c¨¢lida preciosidad que regal¨® a los o¨ªdos y sensibilidad de ellas, las suyas. El rojo de su vestido parec¨ªa a¨²n m¨¢s carmes¨ª a medida que el concierto avanzaba -luego se cambiar¨ªa en dos ocasiones- y las voces del p¨²blico la arroparon cuando lleg¨® Un nuevo d¨ªa brillar¨¢, antesala de Es por ti, versi¨®n que, tal como acostumbra, incorpor¨® estrofas en catal¨¢n que acabaron con la escasa resistencia que el m¨¢s conspicuo de los espectadores pudiese oponer. La preciosa Besar¨¦ el suelo concluy¨® este tramo del repertorio, que a partir de este instante, bordeando la hora de concierto, apur¨® sus esencias m¨¢s rockeras.

Porque Luz, aunque alcanza sus mejores prestaciones a medida que se acerca al clasicismo apasionado, no olvid¨® sus inicios m¨¢s ligeros y Rufino, Dame un beso, Plantado en mi cabeza, Loca y Pedazo de cielo configuraron la oferta m¨¢s festiva y l¨²dica de la noche, y cerraron el concierto para dejar al p¨²blico embocado hacia los bises.

El postre vino servido por piezas como Piensa en m¨ª y Gracias a la vida, para cerrarse la noche con Te dej¨¦ marchar, algo que el p¨²blico de Barcelona no parece dispuesto a hacer con ella. Brillando as¨ª, aqu¨ª hay muchas pasiones que esperan su luz.