Tarifas del agua: intereses, pasiones y razones
Recientemente se ha levantado cierta pol¨¦mica sobre las tarifas del agua en algunos municipios que aplican cuotas fijas distintas para residentes y no residentes. Llevo a?os estudiando el asunto e intervine como mediador entre la Entidad Metropolitana y la Confav para encontrar una salida a la guerra del agua en el ¨¢rea de Barcelona (1991-2001). Tambi¨¦n presid¨ª la comisi¨®n t¨¦cnica de Pol¨ªticas de Ahorro de la Agencia Catalana del Agua (ACA). S¨¦ con qu¨¦ facilidad la falta de informaci¨®n suele mezclarse con intereses o pasiones sobre agravios comparativos, algunas veces supuestos y otras muy reales. Esta vez, sin embargo, me ha llamado la atenci¨®n con qu¨¦ rapidez se ha montado tama?a tormenta en un vaso de agua.
Lo injusto es cobrar lo mismo cuando las irregulares demandas de los no residentes exigen unos elevados costes fijos
Soy copropietario de una vivienda en Barcelona y de otra en Figar¨®. Este mes he pagado 65,49 euros a Aguas de Barcelona por un consumo trimestral de 28 metros c¨²bicos con una tarifa tipo C, la m¨¢s com¨²n. Sin contar impuestos que no van al proveedor, el agua de Barcelona me cuesta un euro el metro c¨²bico. Ese precio es resultado de una cuota fija de 14,97 euros, un primer tramo hasta 27 metros c¨²bicos al mes de 0,4552 euros el metro c¨²bico y un segundo de 0,9106 euros para consumos superiores. En Figar¨® el servicio p¨²blico del Congiac cobra el primer tramo a 0,3940 euros el metro c¨²bico y el segundo a 0,8225, un 13%-10% menos. ?Cu¨¢nto cuesta a los no residentes la tan discutida cuota diferencial? Pues 13,95 euros trimestrales para el mismo tipo C, un 7% menos de lo que Agbar cobra a m¨¢s del 80% de los catalanes. Los residentes pagan una cuota de 6,98 euros, pero eso no significa doblar el precio del agua para los dem¨¢s como se ha dicho. Para 28 metros c¨²bicos trimestrales, el precio final por metro c¨²bico es de un euro en Barcelona, 0,9 para los no residentes y 0,7 para los residentes en Figar¨®. ?Por qu¨¦ considerar injustas unas diferencias y no otras? ?Por qu¨¦ hay municipios que quieren cobrar m¨¢s a los no residentes?
Las protestas por agravio comparativo est¨¢n acallando la cuesti¨®n principal. A poco que uno indague la cuesti¨®n, salta a la vista que lo injusto es cobrar tasas indiferenciadas cuando las irregulares demandas de la poblaci¨®n no residente exigen unos elevados costes fijos que repercuten desproporcionadamente sobre los residentes. Muchos estudios sobre servicios p¨²blicos constatan esas subvenciones cruzadas. El problema se agudiza si se buscan tarifas m¨¢s justas y estimuladoras del ahorro, a la vez que se aplica la recuperaci¨®n ¨ªntegra de costes prescrita por la directiva marco de la UE. Es decir, cuando se busca aunar eficiencia econ¨®mica con equidad social y sostenibilidad ambiental. Municipios como Figar¨®, que en 2007 recibi¨® el premio de medio ambiente de la Diputaci¨®n de Barcelona por su ejemplar gesti¨®n del agua, se han enfrentado a ese dilema: cuanto m¨¢s se protegen los consumos b¨¢sicos con tarifas asequibles, m¨¢s hay que gravar de forma progresiva gastos menos b¨¢sicos o situaciones de privilegio. Cobrar todo por igual, o suavizar diferencias, desincentiva el ahorro y esconde bajo la alfombra situaciones injustas. El informe del S¨ªndic de Greuges lo reconoce y simpatiza con las intenciones de Figar¨®, pero se ve obligado a urgirle a que adecue su tarifa a la jurisprudencia contraria del Tribunal Supremo. Es decir, tenemos un problema pol¨ªtico que deber¨¢ resolverse legislativamente. El Ayuntamiento de Figar¨® y el S¨ªndi de Greuges han decidido trabajar conjuntamente en esta direcci¨®n.
En la foto de Figar¨® que acompa?aba la noticia de EL PA?S aparece una piscina. Me consta que sus propietarios han mantenido el agua durante cinco a?os y en el sexto tuvieron que vaciarla para repintar el fondo. Tambi¨¦n me consta que otros propietarios siguen llenando sus piscinas cada temporada. Lo que necesitamos son tarifas justas que protejan los consumos vitales a la vez que incentivan el ahorro penalizando el derroche. No es f¨¢cil, pero tampoco imposible. Se requiere mucha transparencia y una deliberaci¨®n social que permita alcanzar consensos basados en los principios de justicia, progresividad y ahorro. Todos saldremos ganando con un debate sereno que ayude a sacar a la luz cosas como estas.
Enric Tello es catedr¨¢tico de la Facultad de Econom¨ªa y Empresa de la UB.
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