"Nos hemos propuesto terminar con la pobreza extrema en cuatro a?os"

1EL PERSONAJE POL?MICO. Estuvo claro desde el principio, sin necesidad de esperar a concluir una conversaci¨®n que finalmente se alarg¨® m¨¢s de una hora en uno de los salones que el presidente de Chile ocupaba en el Hotel Excelsior en la lujosa Via Veneto de Roma el mi¨¦rcoles pasado, cuajado de muebles estilo Biedermeier e Imperio, sea el imperio que sea, y adornado con cuatro severos retratos de damas de la nobleza de la Italia del XVII, que la impresi¨®n de los observadores m¨¢s atentos a la realidad en Am¨¦rica Latina resulta acertada: Sebasti¨¢n Pi?era se ha convertido en una de las figuras m¨¢s interesantes, pero tambi¨¦n m¨¢s controvertidas, en el tablero pol¨ªtico del continente.

"El modelo que estamos siguiendo en Chile es el mejor para Chile y el modelo de Venezuela no va por el camino correcto"

"La Concertaci¨®n fue una coalici¨®n muy exitosa y fecunda, decisiva para lograr el retorno a la democracia" "La palabra dicha, la flecha lanzada no vuelven. Por eso cada d¨ªa pienso m¨¢s en la prudencia. Y me gusta m¨¢s la calma"

"Soy un hombre que vive con un cierto sentido de urgencia, me doy cuenta de que la vida es corta y las metas son muchas"

"La mejor forma de libertad econ¨®mica es la econom¨ªa social de mercado abierta, libre, competitiva""Nos hemos propuesto terminar con la pobreza extrema en cuatro a?os"

"Entre el a?o 2009 y 2010, el crecimiento econ¨®mico pas¨® de -1,5% a +5,2% y el empleo de menos 45.000 a m¨¢s 420.000"

"La palabra dicha, la flecha lanzada no vuelven. Por eso cada d¨ªa pienso m¨¢s en la prudencia. Y me gusta m¨¢s la calma"

"En Am¨¦rica Latina basta ver la calidad de la cuna para predecir c¨®mo va a ser la calidad de la tumba"

"Nunca se logr¨® aprobar una ley que regule la actividad privada de los que tenemos vocaci¨®n de servicio p¨²blico"

"Una familia d¨¦bil significa menos oportunidades, menos educaci¨®n, m¨¢s delincuencias, m¨¢s droga"

"El Estado va a transferir subsidios a las familias que viven en la pobreza, pero no de forma incondicional"

Cuando le conoc¨ª hace dos a?os, en Santiago de Chile, en un ambiente informal de compartir charla y copas, Pi?era ten¨ªa, para ser francos, casi todo en contra en su intento de conseguir la imagen en la historia a la que sin duda aspira. Todo excepto, claro est¨¢, los sondeos electorales, que le colocaban ya en posici¨®n de desalojar del poder a la Concertaci¨®n, una conjunci¨®n inimaginable en cualquier otro pa¨ªs latinoamericano de socialistas y democratacristianos, explicable s¨®lo por el trauma que supuso la dictadura de Pinochet y que no s¨®lo hab¨ªa dirigido con gran ¨¦xito la transici¨®n desde el detestado r¨¦gimen de los espadones a una de las democracias m¨¢s estables de Am¨¦rica Latina, sino que hab¨ªa asegurado 20 a?os de prosperidad y avances sociales.

Casi todo en contra significa, para empezar, que optaba a la presidencia con una coalici¨®n cuyos personajes m¨¢s conspicuos no s¨®lo defendieron la dictadura de Pinochet sino que propugnaron abiertamente su permanencia en La Moneda, cuando ¨¦l, Sebasti¨¢n Pi?era, doctorado en Harvard, profesor de econom¨ªa, emprendedor de ¨¦xito, se hab¨ªa mostrado abiertamente antipinochetista e incluso hab¨ªa ayudado en la campa?a por el no en el refer¨¦ndum que finalmente supuso la expulsi¨®n del poder del tirano.

Pero adem¨¢s era empresario. Y no uno cualquiera, sino uno rico e influyente, con una larga carrera salpicada de no pocos esc¨¢ndalos. Controlaba o dispon¨ªa de participaciones importantes en LAN Chile, una de las l¨ªneas a¨¦reas m¨¢s importantes de la regi¨®n, en la cadena de televisi¨®n Chilevisi¨®n, en un popular equipo de f¨²tbol, hospitales privados y as¨ª una larga lista que elevaba su fortuna personal, a falta de un dato oficial, a cualquier cifra por encima de los 2.000 millones de d¨®lares seg¨²n las fuentes, la imaginaci¨®n o la malquerencia de cada uno. El clich¨¦ resultaba tan inevitable como veros¨ªmil: Sebasti¨¢n Pi?era era el nuevo Silvio Berlusconi de Chile, dispuesto a cimentar sus negocios desde el poder pol¨ªtico, a ignorar los conflictos de intereses que inevitablemente se iban a derivar de su doble condici¨®n de hombre de negocios y presidente del pa¨ªs y s¨ª, de creer a sus enemigos, a utilizar las palancas del poder para aumentar su patrimonio.

La comparaci¨®n le irrit¨® siempre, y poco dado a la contenci¨®n verbal, al menos mientras no fue presidente, zanj¨® la pol¨¦mica sin contemplaciones ni finuras diplom¨¢ticas en una entrevista de 2004: "La comparaci¨®n con Berlusconi no me gusta nada. Adem¨¢s de las razones obvias, que insin¨²an una utilizaci¨®n de los medios para una carrera pol¨ªtica, hay otras m¨¢s: Berlusconi es pelao y yo todav¨ªa tengo mi cabellera. Y ¨¦l ha pasado varias veces por el quir¨®fano para cirug¨ªa pl¨¢stica y yo todav¨ªa ninguna". Berlusconi es el primer ministro con el que precisamente se vio este mi¨¦rcoles horas antes de esta entrevista. Antes de comenzar la conversaci¨®n, Pi?era quiere repasar con una ayudante las im¨¢genes del encuentro con el primer ministro italiano.

-A ver, mu¨¦streme m¨¢s fotos. ?s¨®lo hay estas?

-Hay m¨¢s de 80, se?or presidente. Pero estas tres son las mejores.

-Mu¨¦stremelas de nuevo. La anterior. Est¨¢ bien.

Es ejecutivo, imperioso y aparentemente no le importa mostrarlo en p¨²blico. "M¨¢s que ansioso", me explicar¨¢ luego, "soy un hombre que vive con un cierto sentido de urgencia, me doy cuenta de que la vida es corta, que las metas son muchas, y por tanto, detesto perder el tiempo, y me gusta avanzar a la mayor velocidad posible. Y eso es un estilo que he tratado de imprimir a nuestro Gobierno, a los ministros, a todas las autoridades p¨²blicas". Consulta de pie alg¨²n documento en un ordenador port¨¢til que alguien le acerca. Contesta de pie un mensaje en el tel¨¦fono m¨®vil. Se sienta. Encargamos t¨¦ y coca-cola. Se disculpa por quitarse la chaqueta, se queda en mangas de camisa y se dispone a contestar mis preguntas.

Gobernar es elegir, le espeto. Elegir con quien se quiere estar en el poder. Elegir los socios. Elegir para qui¨¦n se va a gobernar. ?Por qu¨¦ entonces ir de la mano con la derecha pinochetista, ¨¦l, muy de derechas, pero que no fue partidario del dictador? ?Por qu¨¦ no otros socios?

-Le cuento: durante el Gobierno militar estuvimos en trincheras opuestas, porque yo era partidario de recuperar la democracia lo antes posible y muchos en la Alianza eran partidarios de prorrogar el mandato del general Pinochet. Pero una vez que recuperamos la democracia, la recuperamos ?para qu¨¦? Para que cada uno pudiera seguir libremente su camino. Y todos nos comprometimos con esa democracia. Yo pens¨¦ que el sector m¨¢s af¨ªn a esa trilog¨ªa de la libertad - pol¨ªtica, econ¨®mica y social - era la Coalici¨®n a la cual me incorpor¨¦.

-Se lo tuvo que pensar usted mucho.

- Por supuesto que lo tuve que pensar, porque hab¨ªamos tenido muchas diferencias en relaci¨®n al Gobierno militar, pero hoy d¨ªa, dentro de la Coalici¨®n por el Cambio, el compromiso con la democracia, con los derechos humanos, es algo que no se discute, es tan natural como el aire que respiramos.

Siendo su fortuna personal y los posibles conflictos de inter¨¦s que esta pudiese suscitar el otro foco de atenci¨®n si alcanzaba la presidencia de la Rep¨²blica, Pi?era anunci¨® su disposici¨®n a desactivarlos. "He vendido todo", explic¨®, una decisi¨®n que no debe resultar f¨¢cil para quien ha construido ese todo, lo que es en los negocios, lo que era en la vida, a lo largo de las d¨¦cadas que cubren su juventud y madurez. Pi?era tiene ahora 61 a?os.

-Antes de ser elegido presidente yo puse una parte muy importante de mis inversiones en un fideicomiso ciego, en instituciones financieras chilenas, y eso est¨¢ siendo administrado por ellos sin ning¨²n conocimiento m¨ªo. Y sin embargo, yo decid¨ª vender algunas empresas, como una l¨ªnea a¨¦rea, un canal de televisi¨®n, un equipo de f¨²tbol. Y esa fue una decisi¨®n que yo tom¨¦ voluntariamente, porque pese a todo lo que prometi¨® la Concertaci¨®n nunca logr¨® aprobar una ley que regule la leg¨ªtima actividad privada de aquellos que tenemos una leg¨ªtima vocaci¨®n de servicio p¨²blico.

2 UNA APUESTA ANTE LA HISTORIA. A lo largo de la entrevista Pi?era detallar¨¢ las l¨ªneas maestras por las que discurre su proyecto pol¨ªtico para Chile, "la mejor forma de libertad pol¨ªtica es la democracia, la mejor forma de libertad econ¨®mica es la econom¨ªa social de mercado abierta, libre, competitiva; y la mejor forma de libertad social es derrotar la pobreza y crear una sociedad con igualdad de oportunidades", un discurso que en s¨ª mismo podr¨ªa no diferir en demas¨ªa de tantos otros que los latinoamericanos han escuchado durante d¨¦cadas s¨®lo para descubrir, finalmente, como la ret¨®rica se disolv¨ªa ante la impotencia, aunque ella sea de buena voluntad, o peor, ante la demagogia y aun la corrupci¨®n o el enga?o. Pero a m¨ª me sorprende la fijaci¨®n con la lucha contra la miseria. Me sorprende su insistencia, su fijaci¨®n. ?Y si esta vez es diferente? Brasil, desde la izquierda, ha dado pasos de gigante con Lula. ?Est¨¢ cambiando el patr¨®n hist¨®rico en la regi¨®n, o al menos en algunas partes de ella, con la llegada de una nueva generaci¨®n de l¨ªderes pol¨ªticos? ?Se puede hacer lo mismo desde la derecha? ?Cu¨¢l es la raz¨®n de que un presidente tan conservador elija la pobreza como el objetivo por el que ser¨¢ juzgado?

-La pobreza es un verdadero c¨¢ncer en las sociedades, no solamente porque significa condenar, en nuestro pa¨ªs, a casi tres millones de chilenos a vivir por debajo de la l¨ªnea de la dignidad, que es lo que nosotros llamamos la l¨ªnea de la pobreza. Adem¨¢s, genera problemas de fondo en el desarrollo de las sociedades, en la calidad de la democracia y la paz social, incluso en el potencial de desarrollo. Por eso nos hemos propuesto terminar con la pobreza extrema durante nuestro Gobierno, cuatro a?os, insertar las bases para que Chile logre, antes que termine esta d¨¦cada, dejar atr¨¢s el subdesarrollo y derrotar la pobreza. No es una meta imposible; es ambiciosa, pero absolutamente factible. Le voy a dar un s¨®lo dato: la brecha de la pobreza en Chile, es decir, el porcentaje del ingreso nacional que deber¨ªamos transferir, si pudi¨¦ramos transferirlo, directamente a cada una de las familias que viven en pobreza, es aproximadamente un 1,5% de nuestro producto nacional bruto. Este a?o Chile va a crecer un 6% y por tanto, c¨®mo no va a ser razonable, posible, y ¨¦tica y moralmente un imperativo hacer lo que sea necesario para que un peque?o porcentaje del crecimiento econ¨®mico vaya a esos tres millones de chilenos que viven en condiciones de pobreza. Chile es un pa¨ªs que puede hacerlo. Tal vez a otro pa¨ªs de Am¨¦rica Latina le va a tomar m¨¢s tiempo, y por eso la gran misi¨®n de nuestra generaci¨®n, que es la generaci¨®n del bicentenario, es derrotar la pobreza y superar el subdesarrollo.

- ?Y c¨®mo piensa hacerlo? Porque los gobiernos conservadores, por lo general, desconf¨ªan de los instrumentos del Estado y tienden a pensar que basta con crecimiento econ¨®mico para que algo de esa riqueza acabe llegando de una forma u otra a los m¨¢s desfavorecidos. Lo que casi nunca sucede.

-La econom¨ªa de mercado y el crecimiento son grandes generadores de riquezas y de oportunidades, pero no son mecanismos que permitan distribuir esa riqueza y esas oportunidades en forma justa. Por eso, se requiere la acci¨®n del Estado, porque en ese error el Estado no solamente es insustituible, sino que es el ¨²nico que puede cumplir esa tarea. ?C¨®mo queremos atacarlo nosotros? Primero es erradicar las causas, las verdaderas causas de la pobreza y de las desigualdades excesivas, que yo pienso que son b¨¢sicamente tres: la mala calidad de la educaci¨®n. En esta sociedad del conocimiento y de la informaci¨®n; que la educaci¨®n sea un elemento tan discriminatorio, lo que hace es perpetuar las diferencias, y por eso muchas veces en Am¨¦rica Latina basta ver la calidad de la cuna para poder predecir c¨®mo va a ser la calidad de la tumba. Segundo: crear trabajos, buenos trabajos. Y por tanto nuestro prop¨®sito es crear un mill¨®n de nuevos empleos, equivale a que Espa?a creara seis millones de nuevos empleos. Y la tercera medida a la causa es fortalecer la familia, porque est¨¢ muy demostrado que una familia d¨¦bil significa menos oportunidades, menos educaci¨®n, m¨¢s delincuencia, m¨¢s droga de sus ni?os. Y como esto toma tiempo, estamos implementando otro tipo de medidas, mucho m¨¢s r¨¢pidas: crear un ingreso ¨¦tico-familiar, y va a consistir en que el Estado, usando los recursos de todos los chilenos, les va a transferir a esas familias que viven en la pobreza, ingresos a trav¨¦s de subsidios, pero no de forma incondicional, sino que condicionado a que la familia se comprometa con su propio futuro. Y en cosas muy concretas: para que la familia sea beneficiaria de este ingreso ¨¦tico-familiar va a tener que asumir un compromiso y esto parte del mes de abril de este a?o, que sus ni?os van a la escuela, y no desertan, que sus ni?os tengan sus controles de salud al d¨ªa, que los que est¨¢n en edad de trabajar trabajen o busquen trabajo, o se capaciten. Y hay un mecanismo de medici¨®n en Chile, muy conocido por todos, que mide qu¨¦ es lo que es la pobreza extrema y qu¨¦ es lo que es la pobreza, y por tanto la gente nos va a poder medir.

-?Es consciente de que se juega su papel en la historia con promesas tan concretas sobre la pobreza?

-Feliz de jugarme mi papel en la historia con una promesa tan noble y tan digna y tan factible como es que nuestro pa¨ªs logre ser o tal vez el primer pa¨ªs de Am¨¦rica Latina, porque es el que est¨¢ m¨¢s cerca de lograr derrotar la pobreza y superar el subdesarrollo.

3 EL PROYECTO POL?TICO. A estas alturas de la conversaci¨®n resulta necesario reconocer, con todo, que el discurso de Pi?era, a expensas de que la realidad lo valide o no en los pr¨®ximos meses y a?os, supone una aparente ruptura con las pr¨¢cticas tradicionales de descalificaci¨®n del contrario, de alineamiento incondicional con los propios y de ninguneo m¨¢s o menos diplom¨¢tico de los vecinos.

En un pa¨ªs sobre el que todav¨ªa gravita y mucho, a izquierda y derecha, la moral cat¨®lica, Pi?era ha prometido una legislaci¨®n para reconocer los derechos de las parejas no casadas, incluidas las del mismo sexo. Ha aceptado la p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s tras un razonamiento interior un tanto extra?o -"despu¨¦s de estudiar muy a fondo el tema llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que la p¨ªldora no es abortiva porque lo que hace es evitar la concepci¨®n, y en consecuencia, creo que no hay ninguna raz¨®n para prohibir la distribuci¨®n de la p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s en Chile", que no ha sentado muy bien a sus socios de gobierno, a¨²n m¨¢s a la derecha que ¨¦l y, por encima de todo, mantiene un discurso cr¨ªtico pero no apocal¨ªptico sobre la oposici¨®n.

De Brasil acepta el liderazgo regional -"nosotros reconocemos eso como un hecho, y esperamos que Brasil pueda representar cada vez con m¨¢s fuerza no s¨®lo su propia voz sino que tambi¨¦n juntos representemos la voz de Am¨¦rica Latina en este mundo nuevo que est¨¢ emergiendo". Y hasta de Hugo Ch¨¢vez, en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas, matiza que suponga peligro alguno, excepto para sus propios ciudadanos: "Mire, mucha gente pens¨® eso hace diez, cinco a?os atr¨¢s. Yo pienso que la dif¨ªcil situaci¨®n que est¨¢ viviendo Venezuela dentro de ella misma ha disminuido notablemente la intenci¨®n que en alg¨²n momento apareci¨® de exportar ese modelo e intervenir en otros pa¨ªses. Y por tanto, no quisiera calificar a mis colegas presidentes, solamente decir que el modelo que estamos siguiendo en Chile es el mejor para Chile, y que el modelo que est¨¢ siguiendo Venezuela no va por el camino correcto".

Once d¨ªas antes de tomar posesi¨®n, en marzo del a?o pasado, el peor terremoto de la historia de Chile no s¨®lo supuso una tragedia en t¨¦rminos de vidas humanas, de destrucci¨®n de infraestructuras, de escuelas, hospitales, viviendas, sino que pareci¨® por un momento hipotecar de un golpe brutal toda la acci¨®n de gobierno del entonces presidente electo.

Da?os por 30.000 millones de d¨®lares, un 17% del PIB nacional borrado de un mazazo. Todas las promesas de la campa?a en el aire. Todos los proyectos, en suspenso. Y con todo, justo un a?o despu¨¦s, y pese a las cr¨ªticas por la lentitud en la reconstrucci¨®n, Pi?era recita a toda velocidad sin titubear un instante, como una hoja de Excel, los logros de su gobierno: "Nuestra econom¨ªa duplic¨® la tasa de crecimiento del Gobierno anterior; cre¨® m¨¢s del doble de los empleos que se hab¨ªan creado a?o a a?o en el Gobierno anterior; aument¨® la inversi¨®n a un ritmo de m¨¢s del 20%, aument¨® la exportaci¨®n; le voy a hacer una breve comparaci¨®n entre el a?o 2009 y el a?o 2010: crecimiento econ¨®mico: de -1,5% a +5,2%; creaci¨®n de empleo: de menos 45.000 a m¨¢s 420.000; inversi¨®n: de menos 15% a m¨¢s 20%; exportaciones: de estancadas a m¨¢s del 27%".

Escuch¨¢ndole, le digo, da la impresi¨®n que Chile haya pasado los ¨²ltimos 20 a?os de su historia dormido o abotargado, cuando existe un cierto consenso entre observadores internacionales de que, durante las dos d¨¦cadas de gobierno de la Concertaci¨®n el pa¨ªs registr¨® avances enormes hasta el punto de que se ha convertido, por supuesto antes de la llegada de Pi?era a la presidencia, en ejemplo y modelo admirado en toda Am¨¦rica Latina.

-Mire, cuando uno eval¨²a un pa¨ªs, la pregunta es con qu¨¦ vara lo mide, con qui¨¦n se compara. Si uno lo compara con Am¨¦rica Latina, tal vez los resultados son favorables, pero si uno lo compara a Chile con los l¨ªderes del mundo, la verdad es que nos empezamos a quedar atr¨¢s. Yo acepto y reconozco que durante la Concertaci¨®n se hicieron muchos avances, veinte a?os de Gobierno, pero tambi¨¦n quiero que tomemos conciencia de la verdad y de los hechos. La tasa de crecimiento de nuestra econom¨ªa empez¨® a caer: de ser un pa¨ªs l¨ªder en materia de crecimiento, 7% al a?o, en el ¨²ltimo Gobierno de la presidenta Bachelet la tasa de crecimiento fue menos del 3%, que para un pa¨ªs como Chile no es suficiente. A eso apunta nuestro Gobierno, a recoger lo bueno de Gobiernos anteriores, pero no seguir cayendo en esa tentaci¨®n de dormirse en los laureles, y vivir de las glorias pasadas.

-Aceptar los logros de gobiernos anteriores no es un discurso que se oiga con frecuencia en otras partes, desde luego no en Espa?a, por ejemplo. Ni en casi ninguna otra parte en Am¨¦rica Latina.

-La Concertaci¨®n fue una coalici¨®n pol¨ªtica muy exitosa y fecunda en Chile. En primer lugar, porque fue decisiva en lograr un retorno a la democracia anticipado con el triunfo del no en el plebiscito del a?o 1988. Y yo particip¨¦ de esa cruzada y de esa causa; y activamente, comprometidamente. Y despu¨¦s logr¨® hacer que la transici¨®n fuera muy exitosa. Por lo tanto, yo aprecio mucho lo que la Concertaci¨®n signific¨® para Chile en la recuperaci¨®n de la democracia y en la transici¨®n hacia la democracia en sus primeros Gobiernos, pero poco a poco fue llevando a Chile por un camino que significaba menos crecimiento, menos empleo, menos inversi¨®n, no logr¨® corregir las desigualdades, no hizo grandes reformas para poder entrar a este mundo nuevo de la sociedad del conocimiento y la informaci¨®n con pilares s¨®lidos. Y por tanto, yo creo que el cambio era absolutamente necesario.

-Perdone que insista, pero en esto Chile vuelve a ser una excepci¨®n a la polarizaci¨®n absoluta de la pol¨ªtica en casi todas partes, de blanco o negro, de todo o nada, de negar al adversario sin matices.

-Eso es verdad, es verdad porque en Chile, despu¨¦s de haber vivido periodos de confrontaciones ideol¨®gicas brutales, como fue el periodo del Gobierno del presidente Allende, que quiso seguir un camino de socialismo marxista para Chile, que llev¨® a una confrontaci¨®n total, o el periodo del Gobierno militar, que tambi¨¦n llev¨® a una confrontaci¨®n total. Afortunadamente, los chilenos logramos un acuerdo en las grandes l¨ªneas: el compromiso con la democracia occidental, que ya no es descalificada como lo era en los sesenta, los setenta, como una democracia burguesa sin ning¨²n valor, como lo hac¨ªa la izquierda; el compromiso con la econom¨ªa social de mercado, libre, abierta, competitiva, y no esta pretensi¨®n de establecer un sistema socialista o estatista, y el compromiso con lograr mayores igualdades, y luchar con mayor eficacia contra la pobreza, son compromisos que cruzaron toda la sociedad chilena, y eso le dio una gran estabilidad al modelo y a Chile. Por tanto, yo no estoy hablando de una confrontaci¨®n ideol¨®gica total, de dos sectores del pa¨ªs quieran llevar al pa¨ªs en direcciones totalmente opuestas.

-Cuatro a?os parecen pocos para su proyecto pol¨ªtico, tal como lo ha esbozado hasta ahora. En Chile, como en tantos otros pa¨ªses latinoamericanos no existe la reelecci¨®n en el cargo, fruto de la perpetuaci¨®n en el poder de tantas tiran¨ªas. Mantener esa pol¨ªtica se ha convertido de alguna manera en un indicador de la calidad de la democracia.

-En Chile existe la posibilidad de reelecci¨®n, pero no de forma inmediata, y no tengo ninguna intenci¨®n de cambiar la Constituci¨®n en esa materia.

- No de forma inmediata...

-Est¨¢ permitido. Cualquier expresidente de Chile, como lo intent¨® el expresidente Frei, puede aspirar a ser presidente nuevamente.

- ?Aspirar¨¢ usted?

-Mire, cada d¨ªa tiene su af¨¢n. Yo estoy hoy d¨ªa comprometido con hacer un gran Gobierno durante estos cuatro a?os y, por supuesto, quisiera, me gustar¨ªa, y voy a trabajar para traspasarle el mando a un Gobierno que contin¨²e nuestra obra.

La entrevista termina y antes de que el presidente se levante rumbo al siguiente acto oficial, ya noche cerrada en Roma, mientras diluvia sobre Via Veneto, le leo lo que declar¨® en 2004 de Berlusconi, sobre cuyo encuentro de esa tarde La Repubblica dir¨¢ al d¨ªa siguiente que fue inusitadamente breve, pese a las declaraciones oficiales de cordialidad, y sin la acostumbrada conferencia de prensa conjunta posterior. El jueves Pi?era, de fuertes convicciones cat¨®licas, tiene previsto ver al Papa. Le pregunto si alguna vez se arrepiente de sus declaraciones. Al o¨ªr en voz alta sus propias palabras parece sorprenderse, se queda en silencio unos segundos por primera vez en una hora de conversaci¨®n, duda, no recuerda, alarga la mano para darle la vuelta al papel en el que las he anotado, las lee, reflexiona otro instante y responde lentamente, como no lo ha hecho hasta ese momento.

-Mire, hay una canci¨®n maravillosa de Edith Piaff, que dice "No me arrepiento de nada". Yo no soy de los que no se arrepienten de nada, me arrepiento de muchas cosas, y con los a?os uno pierde fuerza en los m¨²sculos, flexibilidad en las articulaciones, se pone m¨¢s blanco el pelo, pero gana en sabidur¨ªa, comprensi¨®n y prudencia. Y yo creo que he ido ganando en esos factores y por supuesto que me arrepiento de muchas cosas. Desgraciadamente, existe eso de que la palabra dicha, la flecha lanzada, no vuelven. Y por eso cada d¨ªa pienso m¨¢s en la prudencia. Y me gusta m¨¢s la calma.