"Para ganar una batalla tienes que ir a por ella"
1LOS MUERTOS.
Fue un d¨ªa en Los Pinos, la residencia oficial del presidente de M¨¦xico, muy al principio de su mandato, cuando Felipe Calder¨®n mantuvo la siguiente conversaci¨®n con uno de los 30 gobernadores del pa¨ªs:
-Oiga presidente, por favor, ay¨²deme a sacar a los criminales que est¨¢n metid¨ªsimos en mi Estado.
-Mira gobernador, te lo digo con afecto y con respeto. Un d¨ªa t¨² dejas entrar a tres muchachos a la cochera de tu casa, y le dices a tu esposa: mira, me han dicho que se van a portar divinamente, van a bolear algunos zapatos de la cuadra, no se van a meter. Luego pasa el tiempo, y te le encuentras a uno de ellos abri¨¦ndote el refrigerador, comi¨¦ndose el s¨¢ndwich que te ven¨ªas antojando desde que saliste de tu oficina, y dice, perd¨®n, buenas noches. Y luego te lo encuentras justo un d¨ªa que est¨¢s cansado y te quieres echar un ba?o, en la ba?era. Ah perd¨®n, no quise interrumpir. Y un buen d¨ªa que ya te lo encontraste con tu ropa y en tu rec¨¢mara, ya no lo cuentes m¨¢s. Vienes y me dices: oye, por favor, ay¨²dame a sacarlo. ?No te parece que es un poco tarde?
"Veo ahora el mundo y pregunto d¨®nde est¨¢n los que dijeron que M¨¦xico era un Estado fallido"
"Para perder una batalla hay que rendirse. En el tema de las armas no me voy a rendir. Obama es un pol¨ªtico y yo tambi¨¦n"
"Vamos a alcanzar la cobertura universal de salud y hemos construido o modernizado 16.000 kil¨®metros de carreteras"
"El Ej¨¦rcito mexicano es un Ej¨¦rcito valiente, un Ej¨¦rcito popular, un Ej¨¦rcito leal y un Ej¨¦rcito eficaz"
"Para una soluci¨®n integral al problema de la droga se requieren pol¨ªticas que desalienten e inhiban su uso"
"Ha habido una gran resistencia pol¨ªtica, del PRI y del PRD, por hacer la reforma fiscal que se necesita en M¨¦xico"
"En la parte petrolera tenemos un problema por las restricciones pol¨ªticas, laborales, por prejuicios"
"Una parte medular del poder adquirido por los criminales es por omisi¨®n, por asumir que puede haber entendimiento"
"De haber actuado antes el Gobierno en todos los frentes, hace rato que el problema se hubiera resuelto"Felipe Calder¨®n
"En este pa¨ªs, todos los d¨ªas van a la escuela 36 millones de alumnos. Tenemos poderes muy fuertes, separados e independientes; hay elecciones regulares, libertad absoluta para publicar. M¨¦xico es un pa¨ªs que funciona"
Mientras escucho a Calder¨®n relatar la an¨¦cdota, a la que no le ahorra un punto de negro sarcasmo, no puedo dejar de recordar que la ¨²ltima vez que le entrevist¨¦ en Madrid, con ocasi¨®n de una visita oficial en 2008, la cifra de muertos por la violencia de las bandas criminales asociadas al narcotr¨¢fico rondaba los 4.000. Llevaba ¨¦l dos a?os al frente del Gobierno. Ahora van ya m¨¢s de 30.000, y su progresi¨®n es geom¨¦trica: el a?o pasado fueron el doble que el anterior, y el triple que el ejercicio precedente.
?Qu¨¦ significan 30.000 muertos para una sociedad democr¨¢tica y moderna como el M¨¦xico del siglo XXI? ?C¨®mo aprehender la tragedia en t¨¦rminos puramente humanos? Camus explica en La Peste que la ¨²nica forma de hacerse una idea cabal, de no dejarse degradar por la inhumanidad de las estad¨ªsticas, consistir¨ªa en arrastrar los cad¨¢veres v¨ªctimas de la plaga, la gran met¨¢fora de la violencia del siglo pasado, a una playa cercana a Or¨¢n, colocarlos en un ¨²nico t¨²mulo y recubrirlo con los rostros de conocidos y amigos.
No me cabe duda de que a Calder¨®n le incomoda el asunto, y uno puede entender la raz¨®n. Declar¨® una lucha sin cuartel contra los criminales nada m¨¢s tomar posesi¨®n, convirti¨® la batalla contra los narcotraficantes en la prioridad de su gobierno y hoy, entrando ya en la fase final de su mandato, los resultados todav¨ªa no reflejan el esfuerzo realizado, los ciudadanos se han hartado de las balaceras, de los decapitados, de los muertos sin sentido, de la sensaci¨®n de inseguridad en algunas ciudades, del estado de angustia permanente.
La diplomacia mexicana se topa con dificultades para explicar en el resto del mundo que se trata de un fen¨®meno limitado geogr¨¢ficamente a determinadas zonas del pa¨ªs, cuyo territorio en general resulta m¨¢s seguro que muchos otros en Am¨¦rica Latina. Los cr¨ªticos le acusan de haber metido al pa¨ªs en un avispero sin medir sus fuerzas, sin conocer bien al enemigo ni calibrar las consecuencias. Los abusos y las violaciones de los derechos humanos y las garant¨ªas constitucionales menudean. Dos excelentes estudiantes del Tecnol¨®gico de Monterrey, probablemente la mejor y m¨¢s avanzada universidad del pa¨ªs, cayeron abatidos por error el a?o pasado a manos del Ej¨¦rcito, que luego trat¨® de hacerlos pasar por narcotraficantes.
Y finalmente, el presidente comienza a intuir que el juicio ¨²ltimo de los ciudadanos sobre la guerra contra el narco determinar¨¢ su posici¨®n en la historia como presidente de M¨¦xico, independientemente de sus otros logros, que no son pocos: una recuperaci¨®n econ¨®mica brillante despu¨¦s de la crisis financiera global, una consolidaci¨®n de la imagen de estabilidad econ¨®mica de M¨¦xico en los mercados internacionales, avances notables en sanidad, educaci¨®n y en general, en la mayor¨ªa de indicadores sociales, pese a la enorme desigualdad social que a¨²n lastra el pa¨ªs.
Todas esas razones hacen de la violencia un asunto espinoso para el presidente. Calder¨®n, sin embargo, no reh¨²ye la discusi¨®n. Justo al contrario: se extiende de forma deliberada en las respuestas sin alterarse en ning¨²n momento, y ofrece una explicaci¨®n sentida y exhaustiva a todas mis cuestiones. De alguna manera, siente que la raz¨®n de la historia se encuentra de su lado. Y lo que sigue constituye probablemente el relato m¨¢s honesto que yo haya escuchado en p¨²blico de un alto cargo mexicano sobre la responsabilidad del Estado, actual o pasada, en la extensi¨®n de la violencia. Un discurso inaudito en muchos aspectos, especialmente en labios del presidente de la Rep¨²blica.
Estamos sentados en la biblioteca situada junto a su despacho, en su residencia oficial en Ciudad de M¨¦xico, conocida como Los Pinos, donde se celebr¨® esta entrevista el lunes de la semana pasada. La biblioteca, espaciosa y solemne, con elevadas paredes recubiertas de anaqueles de maderas de calidad, tambi¨¦n tiene nombre. Se llama biblioteca Jos¨¦ Vasconcelos, en memoria del pol¨ªtico mexicano del siglo pasado al que se venera como el gran impulsor de la educaci¨®n p¨²blica en el pa¨ªs, y contiene mayormente libros personales de Calder¨®n, abogado de formaci¨®n, que este consulta con frecuencia.
?Por qu¨¦ decide el presidente, nada m¨¢s asumir el poder, el 1 de diciembre de 2006, centrarse en el combate a la violencia organizada? ?Qu¨¦ elementos le llevan a apretar el detonador que, cuatro a?os y pico despu¨¦s ha dejado un rastro inabarcable de muertos, una org¨ªa de violencia a la que no se atisba fin? He le¨ªdo declaraciones suyas, le digo, en las que sugiere que recibi¨® advertencias antes de tomar la decisi¨®n, recomendaciones de "ah¨ª no te metas", alusiones a chantajes, menciones a supuestas traiciones. Le pido al presidente, pues, que aclare esas alusiones veladas. ?Hubo parte de su equipo, o del Gobierno, o de la Administraci¨®n que le sugiriese, que le incitase a no afrontar esta batalla de la manera en que lo hizo?
-No, de mi Administraci¨®n no.
-?Y de Administraciones anteriores?
-Prefiero dejarlo as¨ª.
-Presidente, yo entiendo que la pregunta sobre si el Gobierno del presidente Vicente Fox
[su antecesor en el cargo y de su mismo partido, el PAN] hizo lo suficiente o no, no es c¨®moda, entre otras cosas, porque...
-La pregunta es bastante buena y c¨®moda, la que es inc¨®moda es la respuesta.
Por un instante, el silencio parece inundar la biblioteca Jos¨¦ Vasconcelos. Se alcanza a distinguir por primera vez el liger¨ªsimo zumbido del aire acondicionado. Luego el presidente contin¨²a su relato, sin aspaviento alguno.
-El hecho es que cuando yo llego a la presidencia me doy cuenta del enorme poder que han adquirido los criminales, y tambi¨¦n entiendo que una parte medular del poder que adquirieron fue por omisi¨®n. O por asumir que puede haber cierto tipo de entendimiento con ellos. El problema es que en los lugares donde imperaba esa cultura es donde no solo m¨¢s avanzaron, sino tambi¨¦n donde resultan m¨¢s violentos. Usted puede examinar y las cifras de mayor tasa de homicidios y delitos en M¨¦xico est¨¢n en Chihuahua, en Tamaulipas y en Sinaloa, por lo menos en 2010. Estoy convencido de que de haber actuado antes el Gobierno como tal en todos los frentes, no solo combatiendo a los criminales sino reconstruyendo sus instituciones, revisando las polic¨ªas, aplicando las pruebas de control de confianza o creando unidades especiales para delitos espec¨ªficos como el secuestro hace rato que este problema se hubiera resuelto, o no hubiera alcanzado la magnitud que ha alcanzado.
-?Existe alguna posibilidad de que M¨¦xico acabe siendo un Estado fallido?
-Pues por ahora no, afortunadamente. Cuando sali¨® este tema nos hizo much¨ªsimo da?o. Muchos medios de comunicaci¨®n, muchos, lo retomaron y eso dibuj¨® a M¨¦xico como un Estado al borde de la cat¨¢strofe, que no ten¨ªa futuro.
-El origen fue un informe oficial de Estados Unidos
[del Pent¨¢gono, publicado el 25 de noviembre de 2008].
-S¨ª, que fue muy irresponsable y eso caus¨® un da?o brutal. Yo veo ahora el mundo y pregunto d¨®nde est¨¢n los que dijeron que M¨¦xico era un Estado fallido. Veo lo que est¨¢ ocurriendo en Egipto, veo lo que est¨¢ ocurriendo en todo el Norte de ?frica, veo lo que est¨¢ ocurriendo en Asia, veo lo que est¨¢ ocurriendo en ?frica, veo lo que est¨¢ ocurriendo hace mucho tiempo en Somalia, veo lo que est¨¢ ocurriendo en algunos de nuestros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina. En este pa¨ªs todos los d¨ªas van a la escuela 36 millones de alumnos, puntualmente. El pa¨ªs funciona. Tenemos poderes muy fuertes separados, independientes: el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial. Es un pa¨ªs que tiene elecciones regulares. Se gana y se pierde; se debate muy fuerte, no se persigue a la prensa. Hay absoluta libertad de publicar, de presentar todos los temas en un ambiente de libertad sin precedentes en M¨¦xico. Es un pa¨ªs que funciona y que incluso en el tema m¨¢s grave que tiene, que es el de la delincuencia, se le enfrenta, se le golpea severamente y a la vez se construyen instituciones. La verdad es que M¨¦xico est¨¢ realmente muy, muy lejos de ello.
-?Es posible que alguien en la pol¨ªtica albergue la tentaci¨®n de llegar a alg¨²n tipo de pacto de coexistencia con los criminales? Antes o despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones.
-Ha salido recientemente. Hay unas declaraciones de alg¨²n exgobernador. No me preocuparon mucho, porque se desmintieron. Pero s¨ª hay esa tesitura. S¨ª, la cultura pol¨ªtica en M¨¦xico antes preve¨ªa que la soluci¨®n era arreglarse con los criminales y ya. Cosas que encajan en la vieja cultura pol¨ªtica donde la corrupci¨®n era un engranaje modular. Entonces el acuerdo era, mira yo no te veo porque ese es un asunto federal.... t¨² no me ves, todos contentos. No me meto contigo, t¨² no te metes conmigo y se acab¨®. Suponiendo sin conceder, como dicen, que eso fuera cierto, ya no tiene sentido. Eso se acab¨®. Porque yo no s¨¦ si funcionaba cuando ellos se dedicaban a pasar r¨¢pido y ya. Pero arreglarse con ellos, el arreglo solo consigue que les dejes las llaves del pueblo que t¨² gobiernas, del municipio del que t¨² eres alcalde, del Estado en el que t¨² eres gobernador, o del pa¨ªs del que t¨² eres presidente, y decirle, bueno, si t¨² quieres el control territorial de esto te lo dejo. ?Cu¨¢l puede ser el arreglo conveniente? El d¨ªa que quieras detenerlos, cuando est¨¢n metidos en la vida de todos, no los puedes detener, ya no. Y aunque todo el mundo dice rechazar esa cultura de transa y de corrupci¨®n, mi temor es que s¨ª hay una tentaci¨®n en algunas partes porque esa cultura prevalezca. El ¨²nico arreglo posible entonces ser¨ªa un presidente que d¨¦ las llaves a los criminales y les diga mira, haz exactamente lo que quieras, pero con ciertos l¨ªmites.
2 EE UU. "LA IGNORANCIA DEL SE?OR..."
El desenlace fue r¨¢pido, pero doloroso. El s¨¢bado pasado, el Departamento de Estado dio a conocer una escueta nota sobre M¨¦xico titulada simplemente Ambassador Pascual. En ella se daba cuenta de que su embajador en la capital mexicana, Carlos Pascual, presentaba su dimisi¨®n apenas a?o y medio despu¨¦s de tomar posesi¨®n.
El presidente Obama lamentaba la decisi¨®n. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, agradec¨ªa los esfuerzos del diplom¨¢tico en su breve mandato e informaba de que seguir¨ªa en su puesto hasta encontrarle un sustituto, lo que daba idea de la premura con la que se tom¨® la medida. La nota evitaba cualquier explicaci¨®n de la verdadera raz¨®n de un desarrollo inaudito en las relaciones mexicano-estadounidenses: es la primera vez que un embajador presenta su dimisi¨®n. Al menos, nadie en M¨¦xico recuerda un desenlace semejante. No hay relaci¨®n m¨¢s importante para M¨¦xico que la de Estados Unidos. No hay embajador con m¨¢s influencia en el pa¨ªs que el estadounidense.
Lo cierto es que Calder¨®n y Pascual no se dirig¨ªan la palabra y que todos los intentos del diplom¨¢tico por restablecer una relaci¨®n normal de trabajo hab¨ªan fracasado desde que estallase la crisis el 2 de diciembre pasado. Ese d¨ªa, EL PA?S public¨® una informaci¨®n firmada por el corresponsal en M¨¦xico, Pablo Ordaz, en la que se daba cuenta de un cable de WikiLeaks con opiniones devastadoras del embajador Pascual sobre el Ej¨¦rcito mexicano, sobre sus capacidades para la lucha contra el narcotr¨¢fico y sobre la supuesta descoordinaci¨®n de las instituciones mexicanas. La embajada aseguraba, seg¨²n el despacho secreto, que los militares mexicanos act¨²an con lentitud y tienen aversi¨®n al riesgo.
Calder¨®n mont¨® en c¨®lera y no se molest¨® en ocultarlo. Es m¨¢s, se ocup¨® de que su malestar con Pascual resonase alto y claro en Washington. La estrategia comenz¨® con una entrevista al diario El Universal, en la que declar¨®: "Yo al embajador estadounidense no tengo por qu¨¦ decirle cu¨¢ntas veces me re¨²no con el gabinete de seguridad ni qu¨¦ digo; la verdad es que no es un asunto de su incumbencia. No acepto ni tolero ning¨²n tipo de intervenci¨®n. Pero la ignorancia del se?or se traduce en una distorsi¨®n de lo que ocurre en M¨¦xico y se cae en una afectaci¨®n y una molestia en nuestro propio equipo".
Y prosigui¨® en Washington, donde en una reuni¨®n con la direcci¨®n del diario estadounidense The Washington Post afirm¨® sobre el pol¨¦mico cable: "Es dif¨ªcil, cuando ves el coraje del Ej¨¦rcito. Por ejemplo, ellos han perdido probablemente 300 soldados... y de pronto alguien en la embajada americana dice que no son lo suficientemente valientes".
El d¨ªa que se celebr¨® esta entrevista, el embajador no hab¨ªa dimitido todav¨ªa. Pero buen conocedor de los delicados mecanismos que regulan las relaciones entre ambos pa¨ªses, resulta m¨¢s que probable que Calder¨®n ya supiese que la presi¨®n que hab¨ªa ejercido era m¨¢s que suficiente.
-?Se habla usted con el embajador Carlos Pascual?
-Generalmente, el trato con los embajadores lo lleva la Canciller¨ªa, salvo algunos casos excepcionales.
Se trata de la primera vez, en toda la conversaci¨®n, en la que Calder¨®n se muestra abiertamente inc¨®modo. Piensa varios segundos antes de responder, se revuelve en su asiento, se echa para atr¨¢s, levanta el brazo.
-Lo digo porque usted le ha llamado ignorante. Yo tengo dudas de que un embajador pueda seguir en su cargo cuando el presidente del pa¨ªs le califica p¨²blicamente de ignorante.
-En ese tema ya he dicho todo lo que he tenido que decir y para m¨ª es muy importante la relaci¨®n con Estados Unidos y es una relaci¨®n muy compleja y mucho m¨¢s amplia que el tema relativo a las personas.
-Es innegable que las cr¨ªticas del embajador sobre la lentitud y la aversi¨®n al riesgo del Ej¨¦rcito en la lucha contra la violencia y la descoordinaci¨®n de los organismos en M¨¦xico encargados de la lucha contra la violencia causaron mucho malestar aqu¨ª.
-Hay muchas cosas, pero insisto, para m¨ª es un tema en el que est¨¢ ya se?alado lo que deb¨ªa se?alar.
Efectivamente, eso era lo fundamental. El embajador dimit¨ªa cinco d¨ªas despu¨¦s. El presidente contin¨²a su relato.
-Y s¨ª quiero reiterar, primero, claro que el Ej¨¦rcito mexicano es un Ej¨¦rcito valiente, un Ej¨¦rcito popular, un Ej¨¦rcito leal y un Ej¨¦rcito eficaz, en general las Fuerzas Armadas, la Marina tambi¨¦n y ahora la Polic¨ªa Federal; y segundo que una de las grandes aportaciones que ha tenido esta etapa tan dura es que hemos construido una institucionalidad a nivel federal de una coordinaci¨®n me atrevo a decir sin precedentes. Yo doy seguimiento personal cada semana en reuniones del gabinete de seguridad y diariamente me re¨²no por lo menos una o dos horas con algunos de los miembros del Gabinete para abordar los temas y eso ha contribuido a generar una coordinaci¨®n que a la vez se traduce en resultados cada vez m¨¢s eficaces.
El fiasco Pascual, sin embargo, constituye con toda probabilidad tan solo la muestra m¨¢s visible de una relaci¨®n que no ha acabado de funcionar bien desde el principio. La llegada de la Administraci¨®n Obama supuso unos meses iniciales de dificultad para establecer una relaci¨®n de trabajo, con el inter¨¦s del nuevo presidente centrado sobre todo en Oriente Medio y Asia.
El tir¨®n de la demanda de droga no cede, el tr¨¢fico de armas desde el sur de Estados Unidos hacia M¨¦xico se incrementa y los pactos que Calder¨®n firm¨® con el presidente George Bush, denominados Plan M¨¦rida, con los que el mexicano contaba para sostener la batalla que inici¨® con su mandato se retrasan continuamente por asuntos administrativos.
-Usted insiste en sus discursos en que Estados Unidos deber¨ªa antes que nada atajar su consumo. ?Por qu¨¦ lo plantea como algo crucial, si sabe que no va a suceder?
-Porque s¨ª se requieren pol¨ªticas p¨²blicas que desalienten e inhiban el uso de drogas como una parte de una soluci¨®n completa, integral, hol¨ªstica, como se dice de repente, convergente como dicen los americanos. Es una parte que no puedes olvidar. Segundo, otra cosa muy importante que hemos platicado el presidente Obama y yo en mi reciente visita a Washington es el tema de armas.
-Pero la venta y tr¨¢fico de armas de Estados Unidos hacia M¨¦xico no solo no baja, sino que est¨¢ aumentando. Y usted ha declarado que Estados Unidos no coopera lo suficiente a nivel institucional.
-Bueno, vamos por partes. Ciertamente a m¨ª desde ni?o me dijeron que nunca iba a ganar el PAN y eso no fue cierto; y tambi¨¦n cuando fui candidato, me dijeron nunca vas a ganar, y tampoco fue cierto; entonces eso de que nunca va a ocurrir ...yo por lo menos lo pongo en duda. El tr¨¢fico de armas s¨ª puede bajar.
-Puede bajar, pero no ha bajado.
-Si Estados Unidos restableciera la normativa que estableci¨® el presidente Clinton bajar¨ªa, y eso est¨¢ en el ¨¢mbito pol¨ªtico [George Bush dej¨® expirar en 2004 una norma de Clinton que prohib¨ªa la venta de armas de asalto en EE UU. Obama no la ha restablecido, pese a las peticiones de Calder¨®n]. El presidente Obama es pol¨ªtico y yo tambi¨¦n soy pol¨ªtico. Y lo primero que tienes que hacer para ganar una batalla es ir por ella o al rev¨¦s, lo primero que tienes que hacer para perderla es simplemente rendirte. En el tema de las armas yo no me voy a rendir. Al contrario, mejor presionar, porque es un tema fuerte. La normativa termin¨® en 2004. En 2005 t¨² ves claramente como empiezan tanto los decomisos de armas como los incidentes de violencia entre bandas criminales. Eso es un factor estructural del problema.
-Presidente, s¨²mele todo: el aumento del tr¨¢fico de armas, la falta de cooperaci¨®n institucional, los rezagos administrativos al plan M¨¦rida, todo eso son declaraciones suyas que yo he le¨ªdo. Usted lleg¨®, demostr¨® mucha energ¨ªa para combatir este fen¨®meno. Despu¨¦s de cinco a?os, ?siente un punto de decepci¨®n, que EE UU no le ha ayudado todo lo necesario en esta batalla?
-M¨¢s que decepci¨®n ha sido un reclamo permanente, y no a lo ¨²ltimo, es desde el primer d¨ªa. De hecho la iniciativa de M¨¦rida sali¨® por eso. Y creo que en esos temas no hay que cejar nunca en la insistencia. Y es lo que yo he hecho. S¨ª debo decir que a partir de mi visita con el presidente Obama acordamos avanzar en todos los temas y eso me parece muy bien. As¨ª que no hay decepci¨®n. Porque aqu¨ª yo sigo tambi¨¦n al fundador del PAN, Manuel G¨®mez Mor¨ªn. Una frase brillant¨ªsima suya: "Que no haya ilusos para que no haya desilusionados". Tengo perfectamente las expectativas de lo que puede o no puede ocurrir. Pero tambi¨¦n soy consciente de que hay decisiones muy grandes que en pol¨ªtica s¨ª se pueden hacer. Por eso lucho con todo por ellas.
3 LA SUCESI?N Y SUS RITOS
A los ritos de sucesi¨®n propios, M¨¦xico suma ahora la agitaci¨®n preelectoral de las democracias modernas. Durante las siete d¨¦cadas de hegemon¨ªa del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el presidente eleg¨ªa a su sucesor a discreci¨®n. Se le daba a conocer al pueblo en el momento elegido, el conocido destape, y a continuaci¨®n este era debidamente entronizado en elecciones de cuya limpieza dudaban todos, menos el propio PRI. Y as¨ª, cada seis a?os.
La elecci¨®n del a?o que viene puede suponer la vuelta del viejo partido de r¨¦gimen al poder tras dos sexenios del conservador Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), la formaci¨®n del presidente Calder¨®n. La izquierda del Partido Revolucionario Institucional (PRD) sigue destroz¨¢ndose en una guerra civil aparentemente interminable, en el PAN no despunta nadie, de momento, y el PRI lidera las encuestas con un candidato muy destacado.
Bastan unos d¨ªas en el Distrito Federal para darse cuenta de que no existe otro tema de conversaci¨®n en los cen¨¢culos de la capital mexicana, y que la atenci¨®n del pa¨ªs se centra ya en los comicios del a?o que viene con una intensidad tal que parecer¨ªa eclipsar, al menos en t¨¦rminos de eficacia pol¨ªtica, al todav¨ªa ocupante de Los Pinos. Aunque su mandato finaliza el 1 de diciembre de 2012, las elecciones se celebran en julio, por lo que durante seis meses Calder¨®n tendr¨¢ que convivir con un presidente electo, lo que de alguna manera restringe a¨²n m¨¢s su futuro pol¨ªtico. A partir de ahora, su capacidad de llegar a pactos en las C¨¢maras se ir¨¢ reduciendo de forma progresiva. Privado de la posibilidad de la reelecci¨®n, le digo al presidente, con el pa¨ªs sumido en todo tipo de c¨¢balas preelectorales, ?tiene usted todav¨ªa alguna gran meta para lo que le queda de mandato? ?Alg¨²n objetivo que crea que pueda conseguir en t¨¦rminos pol¨ªticos?
-Vaya, todos. ?No? En primer lugar, probablemente, el pa¨ªs, la opini¨®n p¨²blica, los ciudadanos, puedan estar pensando en la elecci¨®n el pr¨®ximo a?o y eso es normal. Adem¨¢s eso es deseable. Que lo piensen. Adem¨¢s, que lo piensen muy bien. Pero yo estoy en mi tarea, en mis metas y en mis objetivos. En t¨¦rminos taurinos lo que viene es el tercer tercio, en lo que estamos es el de la faena y es precisamente la audacia y es el de m¨¢s cosas.
-Cite uno o dos en concreto.
-Uno concret¨ªsimo: la cobertura universal de salud, por ejemplo, que es una meta que le gustar¨ªa lograrla para cualquier naci¨®n desarrollada o no. El presidente Obama dio una batalla campal el a?o pasado y antepasado por la reforma de salud, para avanzar un poco en la cobertura pero no va a alcanzar la cobertura universal. Nosotros vamos a alcanzar cobertura universal de salud y eso lo tengo clavado y quiero terminar la presidencia de la Rep¨²blica dej¨¢ndole a M¨¦xico cobertura universal de salud. Es decir, m¨¦dico, medicinas y tratamiento para cualquier mexicana o mexicano que lo necesite. Y para eso hemos hecho la mayor obra de infraestructura sanitaria de salud de M¨¦xico en la historia; en cuatro a?os hemos hecho m¨¢s de 1.000 hospitales o cl¨ªnicas nuevas y hemos remodelado y ampliado otras 1.500.
-?Ese es el punto por el que le gustar¨ªa ser recordado?
-Usted me ha pedido un ejemplo o dos y yo estaba entrando en el primero. Le puedo dar otro, por ejemplo en materia de infraestructura. La mayor obra de infraestructura que se ha hecho en M¨¦xico se ha hecho ahora, por lo menos en el pasado reciente del M¨¦xico moderno, en el ¨²ltimo medio siglo. Nosotros hemos construido o modernizado casi 16.000 kil¨®metros de carreteras en cuatro a?os, que es m¨¢s que todo lo que se hizo en M¨¦xico en toda la d¨¦cada de los noventa. A m¨ª me gusta estar incluso realizando los tramos carreteros, el avance, c¨®mo van cumpliendo las constructoras. No puede meterse un presidente en los detalles, pero s¨ª me gusta saber por qu¨¦ y c¨®mo se cumple una meta. Y el tercer tema, evidentemente, me pidi¨® dos, pero el tercero para m¨ª es dejar una s¨®lida base institucional que permita a M¨¦xico no solo seguir enfrentando sino resolver definitivamente el problema de seguridad p¨²blica que tenemos. Y en esto tambi¨¦n hemos avanzado.
-Su partido ha ensayado alianzas con la izquierda en varios Estados para frenar al PRI. ?Es posible que suceda algo similar en 2012 para evitar la vuelta del PRI al poder?
-No lo s¨¦, francamente. Yo lo veo muy remoto. Soy esc¨¦ptico. Pero vaya, si me hubiera preguntado hace dos a?os si ve¨ªa alianzas entre el PAN y el PRD en los Estados tambi¨¦n le hubiera dicho que era muy remoto.
-Y sin embargo ha sucedido. Quiero decir: ha sucedido con ¨¦xito.
-Ha sucedido con ¨¦xito, efectivamente. Yo creo que depende. Al PRI le preocupan mucho. Pero la paradoja es que las alianzas son una funci¨®n directa del antipriismo que el propio PRI suele suscitar.
-La percepci¨®n generalizada, corr¨ªjame si no es as¨ª, es que su partido no dispone ahora mismo de un candidato claro y potente.
-No, ahora mismo, no.
-?Por qu¨¦?
-En M¨¦xico el presidente de la Rep¨²blica no es jefe de bancada, no es jefe de su partido, no puede ser candidato y sin embargo es la figura, quer¨¢moslo o no, la m¨¢s destacada del partido en el Gobierno. Y eso evidentemente genera condicionantes distintas entre quienes puedan sucederlo. Ahora bien, tambi¨¦n se ver¨¢ este a?o o el pr¨®ximo que comenzar¨¢ a crecer la figura de quien sea el candidato y a reducirse la del propio presidente, lo cual es bueno para el partido.
4 NACIONALISMO CONTRA CRECIMIENTO
La de la econom¨ªa resulta seguramente la m¨¢s descarnada de las paradojas que constituyen M¨¦xico. Gigantescas empresas l¨ªderes en Am¨¦rica Latina y en el mundo conviven con un tejido industrial medio de una fragilidad inconmensurable. La desigualdad en la distribuci¨®n de la renta provoca violentos contrastes: zonas plenamente incorporadas al mundo desarrollado pespuntean amplios espacios de rezago econ¨®mico y social. Una riqueza en recursos petroleros que fue legendaria sostiene una industria, Pemex, estatal, en declive los ¨²ltimos a?os, plagada de ineficiencias, incapaz de lograr los recursos con los que reinventarse. Los pol¨ªticos mexicanos debaten desde hace a?os sobre si modificar o no la Constituci¨®n para facilitar el acceso de la industria extranjera a los recursos petroleros mexicanos, una discusi¨®n imposible, plagada de prejuicios nacionalistas. Unos ingresos fiscales cr¨®nicamente deficientes impiden al Estado acometer las necesidades de modernizaci¨®n del pa¨ªs. As¨ª terminamos la conversaci¨®n. ?Se puede construir un Estado moderno cuando la recaudaci¨®n fiscal es directa es apenas del 10% del PIB?, le pregunto a Calder¨®n. ?Es suficiente eso para el M¨¦xico al que sus ciudadanos leg¨ªtimamente aspiran?
-No, no es suficiente. Claramente no. Se requiere una reforma tributaria. Ya hemos hecho dos de ellas, que han sido avances significativos, que en conjunto representan casi el 2% del PIB de recaudaci¨®n. De hecho, yo a finales de 2009 present¨¦ una propuesta muy ambiciosa al respecto y finalmente no pas¨®, o pas¨® solo una peque?a parte.
-?Qu¨¦ parte pas¨®?
-Pues una peque?a parte, que fue un aumento junto al IVA y sin que se ampliara la base; es decir, reforma insuficiente. Pero bueno. Ha habido una gran resistencia pol¨ªtica, b¨¢sicamente del PRI y del PRD, por hacer la reforma fiscal que se necesita en M¨¦xico.
-Los ingresos del Estado dependen excesivamente de Pemex y las previsiones para la pr¨®xima d¨¦cada son claramente descendentes. Ya s¨¦ que eso ser¨¢ un problema de sus sucesores, no suyo. Pero ?no cree que dos sexenios del PAN deber¨ªan haber sentado las bases fiscales para M¨¦xico moderno y con futuro...?
-El hecho relevante aqu¨ª es que han sido Gobiernos sin mayor¨ªa, y con una oposici¨®n claramente orientada a bloquear una reforma tributaria de fondo. El presidente Fox lo intent¨® varias veces, y yo lo he intentado. Seguimos intent¨¢ndolo. Pero aqu¨ª es donde pienso que las imputaciones pol¨ªticas de coste y beneficio por los electores respecto a los partidos que se responsabilizan de sus decisiones es fundamental. Qu¨¦ duda cabe de que la imposibilidad de una reforma tributaria ha venido por ese lado. No por falta de voluntad del Gobierno, sino por falta de voluntad de la oposici¨®n.
-Siguiendo con Pemex. Encontr¨¦ esta afirmaci¨®n de un analista: "Brasil se est¨¢ convirtiendo en una potencia petrolera mundial y M¨¦xico est¨¢ frenado por las restricciones legales, por el populismo de los pol¨ªticos y la corrupci¨®n de los sindicatos". ?Con qu¨¦ parte de esta afirmaci¨®n no est¨¢ de acuerdo?
-Coincido plenamente en que la gran reforma que se hizo en Brasil, y por cierto la hizo Cardoso, est¨¢ dando mayores frutos all¨¢. Y que es la gran pendiente de M¨¦xico.
-?Qu¨¦ le falta entonces a M¨¦xico para estar ah¨ª, en la cabeza del grupo de pa¨ªses emergentes?
-Algunas cosas estamos realmente en la cabeza, a lo mejor no somos vistos as¨ª...
-?Es solo un problema de percepci¨®n?
-No solo, pero hay tambi¨¦n un asunto de percepci¨®n. Yo suelo decir una cosa. Lo que s¨ª me queda claro es que hay una diferencia sustancial entre Brasil y M¨¦xico. Que todos los brasile?os, desde el presidente hasta el ¨²ltimo de los brasile?os, en cualquier parte del mundo y en cualquier momento habla maravillas de su pa¨ªs, y qu¨¦ envidia. Y en cambio, una de las grandes especialidades es hablar mal de M¨¦xico.
-Debe ser algo cultural. No es muy distinto en Espa?a.
-No s¨¦, pero hay algo cultural ah¨ª, hay algo cultural fuerte. Hay gente muy destacada en M¨¦xico, muy inteligente, brillante, que esa inteligencia y esa brillantez no la utiliza. Cuando va a hablar de M¨¦xico por ejemplo en alguna universidad igual lo que habla es al rev¨¦s. Todo lo que pueda decir mal del pa¨ªs lo dice con extraordinaria nitidez. R¨ªo de Janeiro tiene una tasa de homicidios de unos 83 homicidios por cada 100.000 habitantes contra 14 de M¨¦xico. Y sin embargo, R¨ªo de Janeiro va a organizar la Copa del Mundo y los Juegos Ol¨ªmpicos. Tenemos una pol¨ªtica internacional muy activa, contribuimos con lo que podemos en las mejores causas sin estar reclamando para nosotros un lugar permanente en el Consejo de Seguridad. En la parte petrolera, como dije al principio, s¨ª tenemos un problema por las restricciones pol¨ªticas, laborales, por prejuicios. Eso ha impedido que M¨¦xico sea la potencia petrolera que est¨¢ llamada a ser.
-Usted tambi¨¦n ha dicho, hablando de la reforma que Pemex necesita: si la l¨®gica imperara, la reforma ya se habr¨ªa aprobado. ?Qu¨¦ l¨®gica impera entonces?
-Present¨¦ una reforma bastante ambiciosa y la l¨®gica que imper¨® finalmente es la del prejuicio del nacionalismo. Se le impide a Pemex hacer alianzas estrat¨¦gicas, cosa que hizo que Petrobras detonara, y se le impide por los prejuicios pol¨ªticos, en este caso del PRD, del PRI, que impidieron que la reforma fuera m¨¢s all¨¢. Un partido que no tiene mayor¨ªa tiene que alcanzar los acuerdos que le permite su representaci¨®n parlamentaria. Eso fue lo que pas¨®. Eso atras¨® m¨¢s a M¨¦xico.
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